- Tras años de estar vinculada profesionalmente al mundo de las letras, finalmente se lanza a escribir su propia novela, ¿cómo es el proceso, cómo empieza a escribir?
- He escrito cosas desde jovencita, ensayos en la universidad y algún guión para cortos, pero nada que yo considerase un producto completo y digno de publicación como sucedió con Palmeras. Sí es cierto que desde siempre me había rondado la idea de dedicarme a escribir, porque se me da bien y tengo muchas ideas, pero no encontraba el tiempo.
- ¿De dónde surge Palmeras en la nieve, el germen de la historia?
- Con mi padre bromeaba con frecuencia sobre la idea de sentarnos y escribir una historia basada en sus experiencias como capataz en las plantaciones de cacao de Fernando Poo habiendo nacido en un pequeño pueblo del Pirineo, pero no terminaba de cuajar. Yo veía que allí había un diamante en bruto, un relato cargado de exotismo, aventura, reflexión y pasión. Cuando el falleció me di cuenta de que otros tantos como él que vivieron esos momentos de nuestro pasado colonial estaban desapareciendo y que pronto no habría quien pudiese contar a mis hijos, por ejemplo, esas historias de palmeras y cacao como él había hecho con sus tres hijas. Hay tantas historias que caen en el olvido... Para eso están los escritores, para rescatarlas y acercarlas al lector.
- Escribes la historia, llega a una editorial y luego a Planeta, ¿Cómo fue exactamente?
- Una vez terminado el primer manuscrito me lancé a la búsqueda de editor. Envié decenas de cartas, fragmentos, resúmenes, pero no parecía interesar a nadie porque o no me respondían o si lo hacían no estaban interesados. A algunas editoriales en cuyo perfil yo creía que encajaban mis Palmeras mandé también el manuscrito (no a todas porque era un dineral). Un año después me llamó una pequeña editorial de Lleida cuyo editor era un enamorado de temas africanos y después de la alegría nos pusimos a trabajar en la edición, que, todo hay que decirlo, le asustaba un poco por la extensión del novelón. Cuando estaba a punto de salir al mercado, suena el teléfono y la misma Raquel Gisbert, la editora de El tiempo entre costuras me dice que están interesados en publicar mi novela. Casi me da algo... Total, que la editorial Temas de Hoy compró los derechos a la editorial Milenio y nos pusimos de nuevo a trabajar para ser editada por la editorial del Grupo Planeta.
- Y se posiciona en el número uno de listas de ventas, ¿cómo vive este éxito?
- La verdad que con mucha tranquilidad emocional, que no física, porque voy de aquí para allá. Me siento muy orgullosa de la novela, de ver el fruto de muchas horas de trabajo. Nunca olvidaré el día que tuve el libro entre mis manos, me dio por llorar y llorar. El éxito para mí es la culminación de un trabajo intenso realizado. El otro éxito, el de las presentaciones y entrevistas, es cansado pero ilusionante porque la gente es muy cariñosa y percibo que se apasionan con la novela tanto como yo a la hora de escribirla. Me han comprendido. Eso es muy bonito.
- La novela tiene muchos puntos en los que se nota un tono especial, ¿Qué hay de ti en ella?
- Mucho. La forma de comprender el mundo; la necesidad de reflexionar sobre situaciones y personas; la percepción y relación con el entorno; la búsqueda permanente; la manera de recuperar el pasado y comprenderlo; las cuestiones esenciales de la vida, la familia, el amor, la pasión, la amistad... Ese tono especial que mencionas creo que ha servido para que unas historias de personas de carne y hueso hayan podido trascender su mundo local y convertirse en universales
- ¿Es, en cierto modo, un tributo a las historias que te contaba tu padre?
- Es más que eso; es un recuerdo a modo de homenaje para todos aquellos que vivieron en una situación tan especial y compleja como fue la colonización y descolonización, en este caso de Guinea por parte de España, ya fueran parte del elemento colonizador como del colonizado. No te puedes imaginar la cantidad de testimonios que están saliendo a la luz por la novela. Es como si ahora muchos pudieran contar sus experiencias porque tienen quien les escuche.
- Has elegido un lugar y momento sobre los que quedan mucho por contar, ¿Cuánto tardas en documentarte?
- El proceso total, desde que decidí hacerlo hasta que salió la novela, ha durado 5 años. Los dos primeros los dediqué a documentación, reflexiones y anotaciones. Luego dibujé la trama argumental y diseñé los personajes. Escribí sin parar durante un año; otro para buscar editor y el último año para la revisión final. Ha sido una novela difícil de escribir por la información tan compleja que debía ser disuelta entre la acción y los personajes de modo que se pudiera leer de forma sencilla y eso es más complicado de lo que parece en una novela que es sobre todo una historia de amor.
- ¿Es cierto que veremos la historia en la pantalla?
- Los derechos están vendidos y creo que el guión está terminado y comenzarán a filmar en 2013. Me hace mucha ilusión. Puede salir una película muy bonita.
- Alcaldesa y escritora…¿es compaginable?
- Es difícil pero de momento, sí. Hay muchas personas que escriben al margen de su jornada laboral. Es pronto para saber si algún día podré dedicarme sólo a la escritura. Una novela que gusta mucho no significa que tenga la vida como escritora resuelta. Hacen falta muchos más folios. De todos modos, yo veo la alcaldía como un paréntesis en mi vida en el que he decidido trabajar por mi pueblo y mi comunidad. Es mucho más duro de lo que parece. Probablemente si la novela hubiera sido publicada antes no hubiera liderado la lista para la alcadía, pero para mí era impensable entonces que Palmeras en la nieve tuviera el éxito que está teniendo. Por cierto, Federico Moccia también es alcalde de su pueblo en Italia, y él se presentó y ganó¡después de ser un bestseller! En respuesta a tu pregunta de si es compaginable, te diré que trabajo de lunes a domingo todas las horas del día y eso es demasiado con dos niños pequeños, pero ahora es lo que hay. Me mueve la ilusión.
- ¿Estas trabajando en otro libro?
- Sí. Me pasa como con Palmeras. Estoy en la fase de leer y leer y diseñar una trama que va cogiendo forma en mi mente y en mi corazón. No me sentaré a escribirla hasta que me palpite como lo hizo Palmeras. Calculo que antes de dos años no habrá nada porque además nunca se me ocurren historias fáciles.
- Y, por último, no puedo dejar de preguntarte qué estas leyendo ahora.
- Suelo tener cuatro o cinco libros en danza a la vez. Muchas lecturas son rápidas porque me interesa más la estructura y no tengo mucho tiempo, sólo puedo leer por la noche. Acabo de terminar La leyenda del ladrón, La isla de los malditos y una historia de mi tierra. Y tengo abiertos varios de documentación para la siguiente novela que intercalo con la lectura de Los ojos amarillos de los cocodrilos, La sombra del viento y La curandera de Atenas. Soy caótica, sí, y leo muy deprisa, la costumbre... Y entre col y col reviso algún clásico de la época universitaria que si no se me olvidan. Los últimos, Steinbeck y Delibes.
Quería dar las gracias a Luz por su extrema amabilidad y, ya sabéis, a todos vosotros por seguir viniendo a esta nuestra estantería virtual.
Gracias