Vivimos en un momento histórico de acción/reacción, y ahora, el énfasis está en lo último, la reacción. Como se ha escrito en prensa: “el machismo, se crece ante la igualdad”. Así, tras unos notables avances de las mujeres, la reacción se rearma con energía y saca del viejo armario patriarcal vistosos revivals. De este modo, y sólo son algunos ejemplos, digo: Nunca creí que los tacones lejanos (Almodóvar dixit) se volvieran tan cercanos, agudos y con 15 centímetros de altura - Nunca creí que la mujer objeto volviera a tener tal auge y con tales costes de cirugía estética hoy - Nunca creí que, pese a una notable presión política desde el Gobierno y el Parlamento, los grandes periódicos nacionales se aferren a anunciar la prostitución, sin suprimirla de sus páginas, como se le pidió - Nunca creí que un periódico vanguardista y feminista como El País, con su comprometida página web de Women, llegase a sacar un suplemento nuevo los sábados, papel couché y ultrafeminino que se autodefine como de “contenidos de mujeres”. En suma, por un lado, la web radical y progresista Mujeres; por otro lado, una especie de “ajournamento” del viejo Hogar y la Moda que leían las señoras bajo el franquismo, que fue, sin duda, el gran imperio de la hiperdomesticidad - Nunca creí que llegáramos a ver fenómenos sociales como los que resume Gabriela Cañas en esta cita tan acertada: “Así hemos generado un mundo de esquizoides, en el que se invita a las mujeres a estudiar como leonas y vestir como panteras” [El País, 24 de agosto del 2010].Pues bien, sobre toda esa plataforma de fenómenos sociales he querido trabajar y emitir el siguiente diagnóstico: Cabeza moderna / corazón patriarcal (que da título a la obra) una especie de esquizofrenia social que afecta a mujeres, a hombres y a la sociedad en su conjunto.
2. Dices también: “Vivimos en une especie de esquizofrenia social”, ¿cuáles son sus rasgos fundamentales?
Ya no seremos más “las hijas de Bernarda Alba” (cabeza patriarcal, corazón patriarcal, ninguna contradicción, calma chicha de género) ni nos mataremos más por el típico arquetipo del macho, Pepe el Romano.Pero dicho este adiós a Bernarda y a sus hijas, la épica feminista no ha hecho más que cubrir una segunda etapa del Gran Giro que debería producir un estado civilizatorio, igualitario y beneficioso, tanto para mujeres como para hombres y la sociedad en su conjunto.
No hay que cejar en el empeño personal y colectivo. La nostalgia del patriarcado acecha a las mujeres. A veces encontramos jóvenes melancólicas que dicen querer “un novio como los de antes que me traiga flores, se case y me deje estar en casa sin trabajar, si quiero” [entrevista a joven ejecutiva, 21 de septiembre de 2010].Sin duda, el sistema patriarcal ha hecho bien su trabajo a lo largo de centurias de ahormar a mujeres y a hombres. Y reverdece fácilmente.
3. “Biografía y género”: ¿por dónde transcurre ese itinerario personal que tú propones?
La obra recoge mucho elemento biográfico de las académicas, pero también de las difíciles identidades de las escritoras, de la dificultad de una subjetividad propia y autonomía personal bajo el Patriarcado. De “las idénticas”, como estatus colectivo de las mujeres, ha hablado Celia Amorós (a la que agradezco infinito el brillante prólogo que acompaña al libro). Ya se sabe, “las idénticas” y “sus contenidos de mujeres”, por volver al ejemplo que dimos.Hasta tal punto me ha impresionado las vidas de estas escritoras que las he llamado tragedias contemporáneas de Género (Carmen Laforet, Elena Soriano, Clarice Lispector, entre otras que trato).En suma, aparece también mi tradicional línea de investigación sobre mujeres élites profesionales, a las que he dedicado más de tres décadas de investigación (políticas, ingenieras, catedráticas, literatas, etc.).Dentro del significativo e importante binomio de Género y Poder, en la actualidad trabajo sobre lo que llamo “Espacios Espejismos” (es decir, ámbitos culturales donde las falsas apariencias señalan que son tierra conquistada por las mujeres, y sin embargo tienen un fuerte filtro androcéntrico, y un efecto de discriminación de las mujeres muy notable. La épica continúa: así hemos creado una pujante asociación llamada Clásicas y Modernas para dar la batalla en ese terreno. En ella participo activamente junto a Laura Freixas, Margarita Borja, M.A. Cabré... y tantas mujeres profesionales que nos empeñamos en una sociedad igualitaria y armónica para el futuro, empezando por el hoy.