Entrevista a Nacho Vigalondo y a los actores de Open Windows
Pilar Baena 10 julio, 2014 0
El pasado lunes acudimos a un encuentro con Nacho Vigalondo director de Open Windows y con tres de los actores que aparecen en la película, Jaime Olías, Adam Quintero y Daniel Pérez Prada.
Durante el encuentro el equipo de la película comentó algunas de las anécdotas del rodaje y lo diferente que ha sido rodar Open Windows debido a su método de grabación. Ya desde el guión se encontraban con un formato distinto porque como comentaba Vigalondo, esta vez tenía que incluir claramente los movimientos de cámara, algo que normalmente no se suele hacer, y que alargó el guión más de lo normal. “Me decían que lo simplificara para agilizar la lectura cuando tenía que presentar el proyecto por ejemplo a algún productor”
Dos de los actores presentes, Quintero y Pérez interpretan a unos hackers que acaban involucrados en la trama del acoso a Jill de manera al parecer, accidental. Vigalondo comentaba cómo tuvo que adaptar el mundo hacker a la película, por una parte para obviar la imagen típica que se ha reflejado en los medios y por otra para hacerlo más cinético. A pesar de tener algunas referencias y guiños a la realidad “tenía que hacer esa trama accesible” y reconoció que muchas de las cosas que ocurren en la película son imposibles.
Más allá del guión, los actores también tuvieron el reto de tener que interpretar un personaje que interactuaba con la cámara. En el caso de los hackers, ellos grabaron sus diálogos antes que Elijah Wood sin tener su referencia por lo que ellos eran los que marcaban el ritmo, en el caso de Jaime Olías pasaba lo contrario. Como comentó, él tenía la referencia de Sasha Grey para hacer las réplicas. En el caso de Adam Quintero tenía una tarea aún más complicada, a pesar de manejarse muy bien en inglés, tenía que interpretar a su personaje con acento francés y estuvieron probando varios tipos de acentos para hacerlo más creíble. “La tarea de Adam fue muy complicada y todo el equipo quisimos apoyarlo y abrazarlo por la dificultad” comentaba Vigalondo.
Daniel Pérez comentaba que la trama de los hackers a él le parecía que se encontraba en la película para ofrecer otro punto de vista que no fuera el de Jill y el de Nick interpretado por Elijah Wood. Esta trama en ciertos momentos agilizaba la historia y ofrecía momentos de relax a la tensión que sufrían los dos protagonistas y los actores comentaban que hasta tenían algo de comedia, aunque no estaban seguros de si era intencionado. “Es que no lo dije, pero se nota en el momento de quitarse las gafas y que uno tuviese que ayudar a otro porque no veía nada” confesaba Vigalondo. El personaje de Quintero además, es como un tercer protagonista, el líder de los hackers tiene un arco argumental propio y evoluciona como lo harían los personajes protagonistas.
La naturaleza de la historia y la forma innovadora de plantearla ha hecho que le lleguen críticas diversas, Vigalondo comentaba que se siente muy agradecido por todo el apoyo que ha recibido, a pesar de que aún no haya obtenido muy buenos datos en taquilla. La cinta además, dice que ha supuesto entrar a un público nuevo que a lo mejor no era seguidor suyo, pero que también le ha pasado lo contrario, incluso a amigos que siempre les ha encantado su cine y que con esta “se han divorciado”. La película abre un debate interesante sobre las nuevas tecnologías y el uso que le damos.
“No quiero que la película se diluya en tu cabeza” afirmaba Nacho Vigalondo. Además del punto de vista de la historia, el formato con el que se ha rodado la película invita a varios visionados, Jaime Olías comentaba haber ido al cine con su madre y que ella se daba cuenta de algunos detalles en los que él no se había percatado. El planteamiento de Open Windows coincidió con algunos casos como el de Olvido Hormigos donde a través de las tecnologías se vulneraba el derecho a la intimidad de ciertas personas. La idea de que Internet ha supuesto una traba más a la intimidad o cómo muchos se esconden detrás de un nick con el que se creen que tienen el derecho de insultar a otros, han ayudado a conformar la historia.
Esto es algo que el propio Vigalondo ha vivido en redes sociales y especialmente criticaba la actitud de ciertos individuos que en foros especializados de cine mostraban una actitud grosera al leer la noticia de que Sasha Grey (que ha trabajado como atriz porno) había sido escogida para la película. “La grosería lo define a él y no a ella”. Además comentaba que la actitud de Grey ante estos comentarios y “personajes” le ha enseñado mucho “ella está de vuelta de todo esto y no le da importancia”. Criticaba el “pensamiento cretino” de que estos trolls luego al encontrarse cara a cara con él se excusaban en que sólo hacen un personaje.
“Esto es algo del día a día” comentaban los actores, por ello consideraban que era una historia que llegaría a todo tipo de público. “Es la ventana indiscreta 2.0″ decía Daniel Pérez. Más allá de su formato innovador, la historia era entendible. Pérez además había trabajado anteriormente en Al final todos mueren, una historia sobre el fin del mundo formada por una serie de cortos con estilos muy diferentes que a pesar de recibir mucho apoyo en el Festival Nocturna del año pasado, no consiguió mayor éxito comercial. “Fue problema de distribución, no había dinero pero Open Windows puede calar más” comentaba al hablar sobre la adaptación de un nuevo lenguaje audiovisual para enfrentarse a la crisis y a la piratería.
Con la pregunta de si Internet es el malo o lo somos nosotros, Pérez comentaba que la herramienta en verdad somos nosotros y lo ejemplificaba además con una escena clave de la película en la que Jill es obligada a desnudarse, “ahí no es la herramienta la que dice que se desnude, es Nick y es lo que el espectador quiere”. Internet y las nuevas tecnologías reciben críticas de la sociedad por haber distorsionado la realidad o por potenciar el crimen como ya se ha hecho con el cine o los videojuegos y Quintero comentaba al respecto “es que siempre es muy fácil echarle la culpa a otros, eso nunca va a cambiar”. Aunque Olías apuntaba que lo que sí ha hecho es insensibilizarnos “yo ya estoy curado de espantos, hace unos años me hartaba de reír con los típicos videos de caídas de El Rellano y ahora se han quedado en nada” o Quintero que comentaba como películas como Tesis ya no llamarían tanto la atención en una sociedad acostumbrada a ver videos de decapitaciones en las noticias.
“Internet somos nosotros” afirmaba Vigalondo que lamentaba la idea que tienen algunos de que lo que se hace en Internet no tiene consecuencias y creen que eso es una justificación, “eso no nos justifica, nos describe”. Esto se ve reflejado en varios momentos de la película en especial con el malo, que como comentaba Vigalondo, ante Jill se quitaba su careta, mostraba una personalidad distinta a la que nos había mostrado. Neil Maskell que interpreta a este personaje llega a convertirse en un momento dado en los ojos del espectador “quería señalarlo, mostrar a través de sus ojos que somos el villano” algo que también ocurre en una escena crucial de la película en la que como meros espectadores estamos condenando a la propia protagonista.
Al comentarle que esa escena en particular recordaba mucho a Black Mirror de Charlie Brooker, Vigalondo habló del primer episodio de la serie y lo interesante de que retratase cómo somos en Twitter y le preguntamos si se plantearía hacer una serie parecida en España “Sería una gozada, pero no me dejarían hacerla”.
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