Con nosotros está Pablo Palazuelo, autor de la novela Nunca es tarde para morir. Pablo acaba de sacar, hace escasos meses, su novela al mercado mediante la plataforma Amazon y ya está empezando a cosechar sus primeras críticas positivas en el mundo blogger (tenéis la reseña del libro en el número de este mes de la revista). Hoy lo tenemos aquí para que nos conteste a unas preguntas para conocerlo a él y a su novela.
CHEMA: Pablo, lo primero darte las gracias por atendernos a Patricia y a mi y de paso felicitarte por tu primera novela que está calando bien entre el público.
Gracias a ti, Chema, por darme esta oportunidad de estar con vosotros y por dar a conocer mi trabajo en vuestros blogs y en la revista.
PATRICIA: Cuéntanos algo sobre ti que no podamos leer en tu blog.
La verdad, no sabría por dónde empezar. Apenas cuento detalles personales en mis redes sociales, aunque esto no quiere decir que mi vida sea una fuente inagotable de curiosidades y anécdotas. Quizá, lo que más pueda interesar a los lectores de la revista sea mi afición a los buenos libros, al cine y a la fotografía. Esta última nació cuando estuve en el Ejército, en una Unidad de Operaciones Especiales, en la cual me convertí extraoficialmente en su fotógrafo.
CHEMA: Licenciado en Ciencias Empresariales y ahora te adentras al mundo de la escritura, ¿que fue lo que te ha llevado a dar este salto?
Primero, ver si era capaz de reinventarme, de hacer algo radicalmente diferente a lo que había realizado durante buena parte de mi vida. O casi toda. La excepción es, claro está, mi paso por el Ejército. El otro motivo surgió poco a poco, cada vez que leía un libro o veía una película. En muchos de estos casos, tenía la sensación de que, a pesar de tratarse de buenas historias, les faltaba algo. Y fue cuando pensé: ¿y si lo hago yo? ¿Y si intentó, además, hacerlo mejor?
PATRICIA: 8 años para escribir la novela. ¿Por qué tanto tiempo? ¿Eso significa que eres muy perfeccionista?
Ocho años es mucho tiempo, sí, pero también es un periodo en el que he tenido otros dos hijos y, cómo no, tenía que ir a trabajar. Eso te deja muy poco tiempo para escribir. Por otro lado, dado que no tenía prisa por terminar el libro ni tenía un plazo de entrega, quise asegurarme de que le daba una calidad que realmente me satisficiera. En este sentido, lo que más tiempo me ha llevado ha sido elaborar una trama realmente atractiva, que renueva la intriga de manera constante, con muchas subtramas que le dan la adecuada profundidad a la historia y a los personajes. Y, por supuesto, un final que nadie sea capaz de anticipar. Eso es esencial en una novela policíaca. Luego está el tema de la documentación. Entre mis objetivos estaba conseguir que el lector se sumergiera de verdad en la historia, que acompañara a los protagonistas por el mundillo en el que deben desenvolverse y que sintiera y padeciera sus alegrías y sufrimientos tanto como ellos.
CHEMA: Esta es una pregunta que me gusta hacerle a todos los autores que hablan conmigo. ¿Como resumirías tu novela en una palabra o frase?
Pues, sí, esa sí que es una buena pregunta. De hecho, es una de las cuestiones que más quebraderos de cabeza me ha dado. Lo digo por la sinopsis, que tiene mucho que ver con tu pregunta. ¿Hago una con mucho detalle o me limito a una frase, aunque larga, que tenga fuerza, que tenga gancho? Al final, me decanté por esta última opción, pero. ¿cómo resumir todo mi trabajo en una sola frase?. La solución vino por el método más sencillo: echarle muchas horas de trabajo y abusar de la paciencia de mis amigos, de mis lectores cero. El resultado es uno que ha gustado bastante:
«Las Trompetas de Jericó tronaron desde el cielo anunciando la inminente llegada de la muerte».
Así arranca esta novela negra y de misterio, en la que
cinco enigmáticos veteranos de sus respectivos servicios secretos
conocen a una cautivadora adolescente, de mala vida y peor fortuna,
que desatará una espiral de sorprendentes fatalidades
y los arrastrará hacia un enemigo despiadado.
Y si quieres una única palabra, esta sería: INTRIGA. Mucha, muchísima.
PATRICIA: La historia se desarrolla en Nueva York. ¿Por qué elegir precisamente esa ciudad? Además, la describes al detalle, lo que significa que la conoces a la perfección, ¿no?
Nueva York… Una ciudad apasionante, una ciudad que es casi más un escenario que una ciudad. Y es un escenario perfecto. Por su contrastes, por su complejidad, por su riqueza y la variedad de culturas y razas que llenan sus calles. Y, por supuesto, porque es el lugar en el que casi cualquier cosa es posible. Eso sí, para reflejar todo eso de un modo original y creíble, hay que trabajar mucho y conocerla muy a fondo.
CHEMA: A lo largo de la novela vemos que algunos personajes aparecen y desaparecen por diferentes motivos, ¿qué personaje de todos ellos te ha costado más deshacerte de él?
Otra buena pregunta, Chema. Siento una gran inclinación hacía varios de ellos, pero, quizá, el más difícil de retratar, el que más veces ha visto cambiar su papel en la historia y el que más me ha costado perder de vista, hasta el punto de que ha ido y venido bastantes veces en las diferentes versiones del libro, es el de la chica de los ojos verdes.
PATRICIA: Cuál ha sido el personaje que más te ha costado escribir.
Yo creo que el mismo personaje, esa adolescente que desata la tormenta. Tiene un peso tan importante en la historia y oculta tantas cosas que dar con el punto de equilibrio de todas ellas ha sido un auténtico problema.
CHEMA: ¿En que momento te planteaste escribir una novela negra y de misterio? ¿Tenías la historia ya planeada desde hace tiempo rondando en la cabeza?
Cuando comencé a darle vueltas a la idea de escribir un libro, inicialmente opté por una novela policíaca cargada de acción. Sin embargo, descubrí enseguida que sería una historia muy visual y poco fácil de reflejar en papel. De modo que, poco a poco, la idea fue convirtiéndose en otra muy distinta: una novela de intriga. Ahora bien, nunca dejaría de lado el género negro ni el de acción, dos facetas que permiten hacer más intensa una historia como la que nos ha traído hasta aquí. Luego tuve que buscar un motor para la historia, uno que tuviera la fuerza suficiente como para hacerla funcionar sin demasiados problemas. Y ahí entró en juego la divergencia de la que hablo en mi web, la que nace del abismo que separa a unos veteranos de los servicios secretos, todo ellos hombres, de una adolescente peligrosamente atractiva. Ese cóctel explosivo lo sumé después a ciertos hechos históricos bastante increíbles, que me permitían darle toda la credibilidad necesaria a lo que el lector iba a descubrir.
PATRICIA: Entras en el mundo de la literatura con un libro de suspense y servicio secreto, un tema complicado, y además con un número considerado de páginas ¿Supuso mucho reto para ti?
Bastante. Es más, en algunos momentos estaba realmente atascado, sobre todo con la descripción del pasado de uno de los protagonistas, uno realmente importante. Y de no ser por la inestimable ayuda de Manuel Arce, a quien menciono en la página de agradecimientos del libro, yo creo que seguiría bloqueado. Y no lo digo porque no supiera qué contar, que lo sabía, sino porque lo que hasta ese momento había contado no me llenaba.
CHEMA: ¿Quienes fueron tus “lectores cero”? Me imagino que ellos mismos te irían ayudando durante el proceso con apuntes, recomendaciones, etc.
Mis lectores de prueba fueron amigos, vecinos en algunos casos, y, como podrás imaginar, su ayuda fue esencial para pulir multitud de aspectos de la novela; desde temas de vocabulario hasta escenas completas, que han desaparecido por sus comentarios. Incluso, llega a darse el caso de que uno de los principales personajes lo es finalmente por sus más que merecidas críticas a lo que entonces era el final del libro.
PATRICIA: ¿Qué o quién te animó a escribir un libro?
Pues, para serte sincero, nadie. Fue un empeño personal mío, que saqué adelante a base de dormir menos durante muchas noches. Por otro lado, no le puedo culpar de ello a nadie. ¿Quién iba a apostar por alguien de ciencias, que nunca había escrito más que cartas de empresa, a la hora de pensar que podría escribir un libro tan largo y complejo?
CHEMA: Todos sabemos que con Amazon se abrió una puerta enorme para los autores que se quieren dar a conocer y tener la oportunidad de dar a conocer su obra. Cuéntanos, ¿que ventajas te ha proporcionado ser un autor “indie”? ¿Y cuáles son las desventajas?
Las ventajas son muchas y muy claras. Uno controla todo el proceso creativo de un libro, desde cómo tiene que ser la primera página hasta cómo debe ser la portada. No dependes de nadie, ni para bien ni para mal. Es algo que te obliga a trabajar mucho, pero también te permite aprender sobre una gran variedad de temas. Luego está el pago de derechos de autor. Es mes a mes y muy transparente, lo que no ocurre casi nunca con las editoriales. Estas pagan a año vencido, y los datos de ventas no siempre se publican. Por no hablar de las condiciones leoninas de sus contratos. A veces dan hasta miedo. Por el contrario, no cuentas con el apoyo mediático de un grupo editorial, lo que te fuerza a llevar a cabo toda la promoción por tu cuenta y riesgo. Tampoco cuentas con lo que representa el aval de una editorial. En este sentido, y a modo de ejemplo, hay muchos blogs literarios que no trabajan con autores autopublicados. Ahora bien, por lo que sé, las editoriales no siempre se vuelcan con el autor y, al final, es este el que tiene que hacer todo el trabajo, como si fuera un autopublicado más.
PATRICIA: Muchos autores se inspiran en otros, los toman como ejemplo. ¿Tú eres de esa clase de personas? ¿Tienes algún autor predilecto que te inspire a la hora de crear tus personajes? Ya se por la temática que usan, su forma de escribir o contar la historia, etc.
Yo creo que no. Al menos, de forma consciente. Lo digo con dudas porque supongo que, de una u otra manera, todo lo que hemos leído, hasta el momento de escribir, nos influye aunque solo lo haga sutilmente, sin que nos demos cuenta.
CHEMA: Me imagino que para dar a conocer tu libro en estos tiempos está siendo complicado. ¿En que basas tu estrategia para que los posible lectores se sientan atraídos y compren tu novela?
Internet, redes sociales… Estamos en la era digital, la misma que posibilita el auge de los libros autopublicados. Eso sí, la competencia es feroz.
PATRICIA: ¿Tienes en mente algún otro proyecto con el que sorprendernos?
Ahora mismo estoy trabajando en un libro muy especial. Se trata de un libro infantil cargado de un humor, al que, para darle un mayor atractivo, para aprovechar a fondo la idea que lo hace surgir, he creado un equipo de trabajo, en el que hay un coautor y dos dibujantes. ¿Y cuál es esa idea?, te preguntarás. Pues, Patricia, sintiéndolo mucho, no te la puedo contar. Ni yo, que soy su padre, ni ninguno de mis colaboradores. El contrato que les he hecho firmar los obliga, y a mí también a guardar el secreto. Y es que todos estamos convencidos de que tenemos entre manos una idea que no tiene precedentes en el mundo editorial, y cuyo potencial, si se aprovecha bien, puede ser realmente increíble.
CHEMA: Normalmente un autor antes de serlo siempre es un gran lector. ¿Qué libros te han marcado como lector? Y ahora dinos, ¿qué libro estás leyendo actualmente?
De adolescente, me encantó El Señor de los Anillos. Descubrí todo ese mundo gracias a mi madre, a quien también le apasionaba Tolkien. En cuanto a libros más recientes, te puedo mencionar El fin último de la creación. Y luego está el que me encuentro leyendo ahora, El nombre de la rosa, un libro al que le tenía muchas ganas desde hacía ya bastante tiempo.
PATRICIA: Cuando empezaste a escribir el libro, tenías claro como sería el inicio, nudo y desenlace, o eres de los que empiezan con una idea y cuando acaba no se parece en nada a lo que tenías pensado?
¡Que va! Ojalá todo hubiera sido así de fácil. Ojalá hubiera sabido desde un principio cómo empezar y terminar mi historia. Esas son cosas que se van ajustando a medida que avanzas por el argumento. Es como hacer un puzle, con el que sabes cuál es la primera ficha que pones, pero desconoces por completo cuál será la última.
CHEMA: Imagina que el día de mañana te dan a elegir entre escribir o el trabajo de tus sueños. ¿Qué elegirías? ¿Por qué?
Quizá no tuviera que elegir. Quizá el trabajo de mis sueños sea escribir. Ahora que ha terminado la pesadilla que supone enfrentarme a un folio en blanco, ahora que las ventas repuntan de día en día, cada vez me gusta más la idea de vivir de la escritura.
PATRICIA: A la hora de escribir la historia, ¿Tienes algún sitio predilecto dónde hacerlo? ¿Eres de los que siguen un ritual a la hora de sentarte a escribir?
Me gusta sentarme en un sitio tranquilo, donde pueda imaginarme las situaciones y a los personajes que las protagonizan sin distraerme por continuas interrupciones. Ese sitio puede estar en mi casa, por la noche, cuando todos se han ido a dormir, o en mi despacho. Y no, no tengo un ritual concreto para comenzar a escribir. Como mucho, si no encuentro la inspiración, navego por Internet en busca de noticias curiosas o escucho música.
CHEMA: Pablo, de verdad, muchísimas gracias por atendernos y esperamos que tu novela siga cosechando muchos más éxitos. Patricia y yo estaremos atentos a tu carrera como escritor a partir de ahora :)
Soy yo quien debe daros las gracias. Sin el apoyo de gente como vosotros, las posibilidades de los autores noveles serían mucho más limitadas. Con vuestro trabajo, y el otros muchos blogs, ha surgido todo un mundo de escritores que antes ni siquiera existía y que, en muchos casos, se trata de creadores con un potencial inmenso, con libros de una gran calidad y que compiten de tú a tú con los autores consagrados de las editoriales.
Esta entrevista es del número de noviembre de la Revista Comentamos hecha por Patricia del blog Las hermanas de Cenicienta y yo mismo.