-¿Cómo surgió la idea de abrir las dos librerías?
-Yo trabajaba ya en una librería y estuvimos buscando locales. Se nos ocurrió que el precio de los locales en los mercados es más barato que en la calle, y bueno, es una cosa original, vamos a probar, vamos a ver qué pasa.
-¿Qué representa para usted este lugar ?
-Pues, mi vida, porque yo ya estoy a punto de jubilarme, tengo 61 años, y este es mi último disparo. Pero bien, la verdad es que estoy muy contento.
-¿Cómo nació su pasión por los libros?
-Yo siempre he sido muy lector, mi padre era muy lector, era abogado, y también especialista en arte, en humanidades. Siempre ha habido muchos libros en casa.
-¿Los libros le han ayudado en algún momento de su vida?
-Siempre, me han ayudado. Ninguno en concreto, creo que todos.
-Ha vivido en la calle entre 2005 y 2008. En su libro Reducción de daños, y otros cuentos e historias sobre la vida en la calle, cuenta la historia de sus compañeros. ¿Por qué contar las historias de los demás y no la propia?
-Porque quería cambiar la idea que tiene la gente de las personas que viven en la calle. Son gente que no te esperas encontrar. La mayoría tiene estudios. Simplemente les ha pasado algo en su vida, nada más. Para mí, ya es una época pasada, por suerte. Creo que soy uno de los pocos privilegiados que ha logrado superarlo. Y aquí estoy... no creo que mi historia aporte mucho ya.
-¿Qué es lo que le permitió salir de la calle?
-No lo sé, creo que fue el psiquiatra... consiguió que superara mi trastorno. Y aquí estoy.
-Y realizando su sueño...
-Claro claro, eso es un sueño. Quien me iba a decir a mi que iba a tener dos librerías, es una maravilla. La vida es sorprendente, nunca sabes que te puede ocurrir. El otro día me encontré con un amigo y me dijo “yo siempre digo a mis que estén bien preparados pero que no hagan planes porque no sabes por dónde te va a llevar la vida”. Es lo duro y lo bonito que tiene la existencia, que nunca sabes lo que va a pasar pasado mañana.
-¿Cómo pasó de vivir en la calle a abrir dos librerías?
-Bueno, esto se hizo con tiempo. Primero estuve trabajando de colaborador en un programa de radio, hice otra serie de cosas... me contrataron, y poco a poco fui haciendo cositas, empecé a trabajar en una librería y aquí estoy.
-¿Siempre ha escrito?
-Sí.
-¿En la calle escribía?
-No, mentalmente no estás para escribir, ni para escribir ni para nada. La calle es muy dura... la calle es durísima.
-¿Hoy diría que hay más gente sobreviviendo en las calles de Madrid?
-Yo creo que es igual que hace unos años, una cosa es la pobreza y otra cosa es vivir en la calle. Son cosas distintas. Normalmente a la calle, hasta ahora, no se llegaba por pobreza. Un pobre tiene casa, tiene problemas, pero no está en la calle en los cartones. Si está en los cartones es que te ha pasado algo en tu vida. No es lo mismo el que pide limosna... esta gente no está en la calle.
-Se puede decir que usted ha tenido varias vidas...
-Sí, he vivido tres vidas -risas-.
Fuente: La Vanguardia