La idea era suscitar una pequeña reflexión sobre un tema importante mientras nos reímos, reflexionar con sonrisa sobre algunas contradicciones que caracterizan nuestro tiempo. Y hacerlo a través de una historia que abarca muchas situaciones irónicas y divertidas siempre fue el objetivo que nos habíamos fijado.
Y está claro que la película provoca muchas risas. Sobre todo, las contradicciones de quienes no practican lo que predican, un hábito generalizado en ciertos entornos. Hay muchos que por su profesión, como es el caso de nuestro protagonista, teorizan sobre soluciones para los barrios periféricos italianos, pero nunca los visitan y, sobre todo, no les conocen de verdad. Ofrecen soluciones pero no intentan comprender las razones de los demás, ni saben quién vive en esos lugares.
Lugares que conocen bien.
Sí, son lugares y personas con las que he crecido y que me han ayudado con el maquillaje. En casa, con gente política y culturalmente diferente a la mía, con quienes intento hablar a través de las películas que hago. No me produce ninguna satisfacción llegar solo a las personas que piensan como yo y con las que tengo afinidad cultural y política. Eso es fácil.
¿Siempre pensaste en Antonio Albanese y Paola Cortellesi para encarnar a los dos protagonistas?
Así es. Paola y Antonio lo pasaron muy bien en el set de mi película Mamma o papà?. Ambos se complementan muy bien ya que son dos actores que se mueven con facilidad entre el teatro, el cine y la televisión y son muy similares. Tanto para mí como para ellos, el desafío de esta película fue encarnar dos mundos opuestos. Giovanni (Albanese) es el típico intelectual comprometido que vive en Roma.
Dirige un 'think tank' dedicado al análisis de políticas públicas y sociales y trabaja con el Gobierno para acceder a los fondos del Parlamento Europeo destinados a los barrios periféricos.
Cree firmemente en la integración, tiene una buena posición económica y vive en el centro histórico de la ciudad. No conoce las realidades en las que está interesado, lo que demuestra que en Italia el lado teórico suele estar alejado del lado práctico de las cosas. Mónica (Cortellesi) es una antigua cajera que lleva el pelo rojo y mucho maquillaje. Trabaja ocasionalmente en un comedor para ancianos y vive en una zona bastante conflictiva llamada Bastogi (Boccea, al oeste de Roma). Tiene que lidiar a diario con muchas dificultades como llegar a fin de mes y pagar las facturas. Así es como entran en escena estas dos formas diferentes de vivir los conflictos sociales: el hombre se enfrenta a ellos desde fuera y la mujer desde dentro. Nuestros dos protagonistas son totalmente diferentes. Frecuentan lugares radicalmente opuestos, pero el abismo social y cultural que los separa se verá reducido cuando sus respectivos hijos adolescentes inician una relación. La noticia provoca en Giovanni una reacción de alarma y desorientación: de acuerdo con su "mentalidad" abierta y tolerante, no puede prohibir explícitamente que Agnese vea a su novio adolescente.
Por otro lado, sigue al chico para ver dónde vive y conoce la realidad de su familia que se apoya en los hombros de su madre, Mónica, una trabajadora precaria enérgica y combativa con dos hermanas gemelas y un esposo en prisión (Claudio Amendola). Los dos progenitores, tan alejados el uno del otro, se dan cuenta de que comparten un objetivo común que consiste en poner fin al romance de sus hijos. Mientras tanto, empiezan a conocer y a entrar en el mundo del otro: Mónica, que está acostumbrada a pasar sus vacaciones en el calor sofocante de las populares playas de Coccia di Morto, se encontrará de repente en las silenciosas y exclusivas playas de Capalbio. Con el tiempo, la desconfianza y la preocupación de los padres por los chicos dará paso a un descubrimiento mutuo: Gracias a este encuentro inesperado, absorben algo positivo el uno del otro. Creo que nuestra película nació de creer que en un país dividido cultural y políticamente en dos como el nuestro, es importante hacer un esfuerzo por comprender y conocer los motivos de los demás.
La película no tiene un final feliz ni ofrece una solución, pero deja abierta una posibilidad.
La película proviene de una experiencia autobiográfica, ¿puedes contarla?
El primer novio de una de mis tres hijas vivía en Bastogi. Yo acababa de ver "Residence Bastogi" un gran trabajo de Claudio Canepari, y al principio reaccioné exactamente igual que nuestro protagonista Giovanni. Seguí al autobús que llevaba a casa al novio de mi hija, vi su barrio y conocí a su familia. Cuando no perteneces al mismo mundo siempre existe una sospecha fisiológica. Pero en nuestro caso nació una relación que aún perdura. Nos hemos mantenido en contacto después de que nuestros hijos se separaran, conocí las casas y el entorno así que cuando escribíamos la película añadimos parte de lo que había experimentado.
¿Qué tipo de relación tienes con Antonio Albanese?
Siempre he admirado a Antonio. Tiene inteligencia, talento, mimetismo, un gran dominio de su cuerpo. Sabe entender a las personas y tiene un enfoque para las cosas de la vida que nunca es ideológico. Sus padres emigraron al norte de Italia desde un pequeño pueblo siciliano y esas raíces siempre han sido importantes para él. Conscientemente o no creo que siempre alimentan sus interpretaciones y sus personajes.Fuentes:
Entrevista extraída del Pressbook.
Fotos realizadas por © Claudio Iannone.
Pressbook e imágenes cortesía de © Caramel Films
http://www.caramelfilms.es/
https://www.filmaffinity.com/es/film571132.html
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