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Entrevista a Yves Saint Laurent. La última entrevista

Publicado el 16 febrero 2011 por Lilik
Entrevista a Yves Saint Laurent. La última entrevista
JESÚS MARÍA MONTES-FERNÁNDEZ
El experto en moda Jesús María Montes-Fernández, colaborador de Yo Dona, recupera una de las pocas entrevistas que el diseñador francés concedió en su último año al frente de la 'maison' Yves Saint Laurent. Era octubre de 2001 y el mundo entero acababa de asistir al Prêt-à-Porter parisino.
¿Cómo concibe usted a la mujer, señor Saint Laurent?
La concibo elegante, serena. La mujer ha de derrochar armonía en su vestimenta, señal de que tiene un carácter templado. Siempre he huido de los artificios porque no los comparto. El disfraz no es para vestir, es para epatar.
¿Por qué sus trajes sastre parecen perfectos?
Siempre me he exigido mucho a mí mismo y lo paso bien cuando se logran las cosas, pero también sufro cuando no me salen. Hasta que una manga no queda como yo la concibo no paro.

¿Tiene una mujer ideal?
Me gusta que el físico y el carácter vayan unidos al traje. Son muchas las mujeres que me impregnaron su estilo y 'savoir faire': Lou Lou de la Falaise, Paloma Picasso, Catherine Deneuve...
La actriz francesa nunca le ha fallado en sus desfiles...
Bueno, Catherine es realmente especial. La he vestido tanto en el cine como en su vida privada y hace tiempo que me robó el corazón.
También le gusta mucho la modelo española Nieves Álvarez, ¿no?
Ella es de una dulzura y elegancia innatas. Mis trajes de alta costura los luce como pocas maniquíes. Además, es una buena chica. La escogí entre muchas para que fuese la imagen en mi desfile retrospectivo de la final del Mundial de fútbol del 98.
Cuéntenos la anécdota de las flores que siempre se repite en cada uno de sus desfiles...
Yo adoro a la mujer, cuido la feminidad... por eso, me gusta regalarles diez minutos antes de que empiece el desfile a cada una de las modelos un bouquet de rosas blancas. Mi flor favorita. Es una manera de agradecerles sus contribuciones para que se luzca mi trabajo.
¿Qué siente cuando escucha los aplausos y ovaciones del público que asiste a sus desfiles?
Siento una alegría interna inmensa. Es mi recompensa a tanto sufrimiento por buscar la perfección. elmundo.es

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