El famoso humorista Luis Piedrahita llega a Valladolid con su espectáculo “¿Por qué los mayores construyen columpios siempre encima de un charco?”, un show de monólogos que se para en aquellos pequeños detalles que pasan desapercibidos en nuestras vidas. El éxito arrollador del monologuista no impide que se le siga valorando y reconociendo por su humor siempre familiar y surrealista.
El tema central del espectáculo son los pequeños detalles, ¿por qué decidiste entrarte en ellos? ¿cómo nació este espectáculo?
Las cosas pequeñas son un punto de vista fantástico para hacer el humor que más me gusta. Además, casi todos los seres humanos excepto Gasoll, comparados con el universo, somos bastante pequeños.
¿El espectáculo hace pensar al público sobre ello más a menudo, o solo se trata de un buen rato de risas y humor?
Es un buen rato de risas y humor, nada más. Vaya respuesta, eh… a que da qué pensar.
Para todos los que hayan estado en “Dios hizo el mundo en siete días… y se nota”, ¿sigue la misma línea de ese espectáculo? ¿qué tiene de innovador?
Es un monólogo distinto, pero sigue siendo un monólogos. Es distinto, pero es igual. Es como los discos de David Bowie, que son todos distintos siendo todos redondos.
¿Se refleja la personalidad de Luis Piedrahita en el show?
Por supuesto. Lo he escrito yo y lo interpreto yo. Solo un mentiroso profesional sería capaz de evitar que se reflejara su personalidad. Si fuera capaz de hacerlo, me dedicaría a la política.
Tus espectáculos son unipersonales, ¿qué es lo mejor de un espectáculo unipersonal? ¿Le encuentras inconvenientes?
Por ahora no le encuentro inconvenientes ni ventajas. Dejémoslo en que es lo único que sé hacer.
¿Con qué tema es más difícil hacer reír al público español?
Con la teoría de cuerdas.
¿Qué es lo mejor y lo peor de hacer humor?
Lo mejor del humor es que hace del mundo un sitio mejor. Lo peor es cuando la gente considera humor cosas que sólo hacen reír a unos pocos. Es una pena cuando la gente confunde la risa con el humor.
Sin comedia y humor, ¿qué sería de la sociedad?
Nunca lo sabremos porque nunca ha pasado. El hombre sigue vivo, aún en las peores situaciones, cuando es capaz de digerir lo que ve y convertilo en un motivo para sonreir.
La risoterapia se ha puesto de moda últimamente, ¿crees en ella?
Creo más en la “humorterapia” La risoterapia trabaja mucho el fenómeno de la risa, la oxigenación del cuerpo, la relajación de los músculos… pero no se preocupa tanto de qué cosas es la que produce esa risa. El humor es eso está detrás de la risa. Es el motivo y la causa que la produce. El humor es esa cerveza fresquita y con cuerpo que está debajo de la espuma. La risa es sólo la espuma. Por supuesto que yo quiero que mi cerveza tenga espuma, dos deditos pero si alguén me sirve un vaso de espuma sola, no me interesa.
¿Cuáles son aquellos puntos que pueden convertir las risas en malas caras? ¿Todo vale en el humor?
El humor aspira a entender y explicar la vida. El problema viene cuando uno quiere hacer humor con esos temas tan difíciles de entender, sin estar preparado. Es muy fácil hacer humor sobre dejar levantada la tapa del retrete, todo entendemos de qué va eso. Pero si uno quiere hacer humor sobre temas más delicados, por ejemplo: el holocausto y los campos de concentración, hay que tener talento. Se puede hacer, pero hay que ser un genio. Lo hizo Tonino Guerra, el guionista de Fellini. Él estuvo prisionero en un campo de concentración y cuando lo liberaron escribió esto:
“Contento, lo que se dice contento,
he estado muchas veces en la vida
pero más que ninguna cuando
me liberaron en Alemania
que me quedé mirando una mariposa
sin ganas de comérmela.”
El humor, cuando es genial, se acerca a la poesía y viceversa.
Por último, los títulos de tus shows son cuanto menos llamativos. Tienes una respuesta para la pregunta ¿por qué los mayores construyen columpios siempre encima de un charco?
En esos casos las preguntas son lo importante, nunca las respuestas. Aunque siempre habrá algún cabezacorcho que trate de dar una explicación.
Ana Bueno
Estudiante de 2º de periodismo en Valladolid. Curiosa por naturaleza y viajante por devoción.
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