Traducción de Iñigo Aguirre
De la mano del Teniente General Leonid Ivashov, uno de los vicepresidentes de la Academia de Asuntos geopolíticos rusa, analizamos punto por punto todas las claves del conflicto ucraniano y la posición de Rusia.
Los combates en el sureste no cesan y da la impresión que Poroshenko no se va a detener ante nada, hasta arrasar todo el Donbass…
Poroshenko, valiéndose de toda esa incapacidad y responsabilidad jurídica de los responsables, va a intentar, recurriendo al uso masivo de la fuerza, aplastar el levantamiento del sureste y su aspiración a la independencia, aplastarlo por la vía violenta, sin reparar en la sangre, víctimas, destrucción y demás. Es el momento más propicio para la Junta: Poroshenko no ha asumido el cargo de presidente, y todos esos Yatseniuk, Turchinov, Avakov, como gente de paso que son, pueden cargar con todo, con la responsabilidad de esas decisiones, aunque no queda del todo claro, quién precisamente es el que está adoptando esas decisiones en esta operación. Todos están cubiertos por la ilegitimidad, por eso están dispuestos a llegar hasta el final, con tal de aplastar esa aspiración de independencia de una serie de regiones.
¿Por qué, como muchos piensan, Rusia se mantiene pasiva, qué sería necesario que hiciese, desde ya mismo?
Rusia sigue hoy celebrando la victoria de la selección de hockey, la incorporación de Crimea, los JJ.OO., el Foro económico de San Petersburgo etc., pero no está trabajando como le correspondería en la situación del sureste de Ucrania. No se ve ninguna ofensiva política ni diplomática. Hace tiempo que se debía haber exigido una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, proponer una resolución para la creación de una zona de exclusión aérea, sobre el cese de la violencia, exigir la creación de una comisión del Consejo de Seguridad; lo mismo habría que hacer en la OSCE y demás organismos internacionales.
Hace tiempo ya que el fascismo ucraniano debería haber recibido una valoración jurídica dese las instancias internacionales. Al mismo tiempo, considero, que Rusia hoy, por boca del presidente o del ministro de Exteriores debería anunciar un ultimátum como el siguiente: “si en el plazo de 24 horas no cesan los bombardeos y el asesinato de civiles inocentes, Rusia iniciará el proceso de reconocimiento de independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, con todas las consecuencias que de ello se derivan”. Además, es imprescindible prestar ayuda humanitaria a la región, movilizar a organizaciones como la Cruz Roja, la Unesco, etc.
Es decir, la ofensiva diplomática debe ir en todas las direcciones, con respaldo en la fuerza militar.
¿A qué se refiere cuando habla de fuerza militar?
Introducir tropas en el sureste, es algo que por supuesto no se puede, pero retirar nuestras tropas de la frontera, con tanta descoordinación, cuando el presidente dice una cosa y el ministerio de Defensa otra, tampoco se puede. Estamos retrocediendo bajo el empuje de los fascistas. Son nuestros territorios y estamos en nuestro derecho a crear grupos, a permitir a las agrupaciones de civiles, de oficiales, sobretodo de cosacos, que puedan formar destacamentos de voluntarios, organizarlos y prepararlos para enviarlos a la región. Podemos prestar respaldo político a las fuerzas de las milicias populares y a los nuevos gobiernos de esas repúblicas. Se pueden hacer muchas cosas; demostrar poderío militar, pasar a la ofensiva política y diplomática, prestar ayuda humanitaria. Es nuestra obligación.
¿Es posible la formación de un corredor humanitario para el envío de ayuda humanitaria, para la salida de refugiados, de niños, y lo más importante, para el envío de armas a las milicias?
El corredor humanitario es algo que se debía haber organizado hace tiempo conjuntamente con la Cruz Roja, la OSCE y demás organizaciones humanitarias internacionales. Crear un corredor exclusivamente humanitario, por el que poder evacuar a los refugiados, a los heridos, prestar ayuda, víveres, medicamentos y todo lo que pueda necesitar la población. Hace tiempo que estábamos obligados a hacer eso. En cuanto al envío de armas y vehículos militares, hay que reconocer la independencia de esas dos repúblicas y acto seguido firmar acuerdos de colaboración mutua en cuestiones de seguridad con una y otra república, con todas las consecuencias que de ello emanan.
¿Se puede establecer alguna analogía entre la situación del sureste y los bombardeos de Yugoslavia?
Indudablemente hay muchas semejanzas con el propio Kosovo, solo que en aquel caso, los norteamericanos y la OTAN bombardearon a los serbios, mientras que nosotros lo tenemos prohibido. Yo por supuesto estoy en contra de bombardeos precisos contra núcleos de población, como bombardearon en su día a la población de Yugoslavia, pero infringir ataques selectivos contra la aviación del ejército ucraniano, contra las posiciones de Banderistas y sus vehículos blindados, es algo que bien se podría hacer. Que se vea como un acto de operación humanitaria. Son ellos en Occidente los que acuñaron esos términos: “intervención humanitaria”, “operación humanitaria”…Por eso considero posible golpear contra objetivos militares.
Mientras no hagamos “entrar en razón” a ese fascismo de Occidente y a esos Banderistas que están en el poder en Kiev, no vamos a conseguir nada. Todas esas declaraciones de protesta, esas peticiones o exigencias de cesar los bombardeos, tienen la misma eficacia que si le hubiéramos pedido a Hitler en el 41, mediante notas que no bombardease Smolensk, que no bombardease las ciudades etc.
¿Significa eso que el sureste por sí solo, sin la ayuda de Rusia no podría hacer frente a la Junta?
Si de correlación de fuerzas hablamos, desde luego la camarilla de Kiev cuenta con gran ventaja. Superan a las milicias en todos los parámetros. El espíritu combativo de la milicia de las Repúblicas Populares es superior, pero en todo lo demás salen perdiendo. Las leyes de la guerra dictan que por muy alto que sea el espíritu de combate, no pueden atacar tanques con palos. Por eso si Rusia ahora no interviene de un modo decidido, no cabe duda, que los fascistas, los Banderistas, van a acabar sometiendo a la resistencia. Hay que pensar, que hoy se está formando una brigada conjunta polaco-ucraniano-lituana, y mañana en Donetsk y Lugansk habrá sistemas DAM, y aviones de la OTAN aparcados junto a nuestras fronteras; y luego vamos a comernos los codos diciendo que todo eso no está bien.
Nuestra pasividad raya con la connivencia con el crimen que se está cometiendo contra el Estado ruso y la población rusoparlante.
Ha aparecido un nuevo foco de inestabilidad en Abjasia, donde en apenas un día, se ha producido un golpe de Estado con la participación de no se sabe muy bien que “oposición”. ¿Quiénes son y por qué en su opinión está pasando eso ahora en Abjasia?
Para poder hablar de lo que ocurre en Abjasia, habría que entender qué es lo que quiere Rusia de Abjasia. Sí, en el 2008, obramos de un modo razonable e incluso decidido, pero después lo abandonamos todo, pusimos nuestras tropas, creamos una base y en eso termina nuestra presencia. Ahora parece que solo interesa hacer negocios, ver cómo sacar beneficios. ¿Dónde quedan la geopolítica, la estrategia política, los problemas de seguridad de la Federación Rusa? Nos detuvimos y dejamos que Abjasia siguiese bullendo en su cazuela política y social. Por eso lo que está pasando en Abjasia es algo inesperado para nosotros.
Está claro que Ankvab, después de Serguei Bagapsh ha llegado con otros objetivos, con otro equipo, con el apoyo de otros negocios. Y nosotros lo hemos dejado correr sin más para ver como hoy distintos grupos influyentes, apoyados por distintos grupos de población, se pelean entre ellos. Debemos definirnos y ponerle a Abjasia una condición: u organizan un referéndum para convertirse en un sujeto de la Federación de Rusia, o vais a ser independientes del todo. E evidente que se necesita ese referéndum y estoy convencido de que la mayoría de la población de Abjasia se mostraría favorable al ingreso en la Federación de Rusia. Aunque sea como sujeto independiente; después de todo a comienzos de los 90, estaban dispuestos incluso a formar parte de la región de Krasnodar.
Así que ellos también necesitan decidirse y dejar de mirar hacia Washington para ver qué dice el tío Sam y si les amenaza con el dedito.
¿Da la impresión de que tras la masacre de Odesa, el golpe en Abjasia y por cómo calientan los ánimos con los tártaros de Crimea, Occidente pretendiese expulsarnos del Mar Negro?
Nuestros ineptos funcionarios, que se dedican a la seguridad de Rusia y a su política exterior, deberían haber entendido hace tiempo, que Occidente nunca ha sido nuestro amigo, ni nuestro socio confiable. Los EEUU y una parte considerable de Europa Occidental, hace tiempo que nos tiene en su lista de principales oponentes y permanentemente están en guerra con nosotros. Incluso en los años de la Gran Guerra Patria, sabíamos que no nos estaban ayudando así como así, que equipando y armando a cambio de oro a nuestros soldados, ellos estaban ayudándose a sí mismos, defendiendo sus intereses y sus territorios. Es algo que debemos comprender. Occidente, los EEUU, van a estar permanentemente, en todas direcciones en guerra con nosotros. Pronto perdimos la esperanza de que la guerra fría se hubiera acabado con el comunismo. Hay una eterna confrontación geopolítica que nos han impuesto.
Por eso allí donde ven un punto débil, ellos van a insuflar sin falta recursos financieros y organizar operaciones especiales, para que esa grieta se convierta en un abismo. No tardaremos en ver la actividad de la “quinta columna” en Crimea. Van a tratar de agravar el conflicto en Abjasia, trabajando con los turcos, para, si no expulsarnos del Mar Negro, cuando menos debilitarnos. Están los planes del oligarcado hebreo mundial y la élite anglosajona también alberga sueños en relación a Crimea y toda la costa, así que veremos esos planes desarrollarse.
¿Significa eso que Occidente nos está cercando en un anillo enemigo?
Solo pueden rodear a aquellos que se muestran débiles y no adoptan pasos decididos. Tenemos hoy un potencial enorme. Putin lo demostró, aunque parece que después se ha tranquilizado. Ese salto hacia Oriente, en Shanghái, la firma de contratos en la esfera gaso-petrolera, la celebración de maniobras marítimas conjuntas en esas mismas fechas, etc. Y China se alegra de acoger a una Rusia, ante la que Occidente ha levantado un muro de sanciones, porque Rusia se ha visto hoy en el primer plano de la confrontación con los EEUU y China se muestra bastante firme cubriéndonos las espaldas. Mientras que en el espacio de la región asiática del Pacífico, es precisamente China la que aparece en un primer plano, y nosotros tras sus espaldas. Es un vínculo acertado. Pero ahora es el momento de pasar a la ofensiva. Allí donde hoy no atacamos, y nos quedamos esperando, a la defensiva, sin falta acabarán rodeándonos, que es lo que estamos viendo ahora.