Os traigo una entrevsita con el historiador y autor del libro "Europa contra Europa 1914-1945" , Julián Casanova, publicado por el Ed. Crítica en el mes de Abril, y que ha tenido a bien conceder una entrevista a este blog. Os dejo con ella. Espero que la disfrutéis
Pregunta: El título del libro es llamativo, y para el lector, la historia bélica y política del siglo XX es apasionante; cuéntenos cuales son los conflictos principales que toca el libro.
Respuesta: Hay un conflicto de clases, estimulado y conectado con un conflicto político-ideológico, justamente en el momento en el que surgen dos nuevos movimientos sociales, el comunismo y el fascismo. Pero hay también un conflicto sobre la nación, la raza y la religión, que afecta a identidades culturales y culturas políticas.
P: Me sorprendió que un libro tan completo, y que condensa tantos conflictos como el suyo, no fuera el típico trabajo de 600 páginas que en el que la lectura se torna a veces algo densa. ¿Se podría decir que éste es un libro que tiene un marcado carácter pedagógico y que lo que busca es introducir al lector en los conflictos bélicos que han dirimido en gran medida los designios de Europa durante el pasado siglo?
R: He aprendido mucho, o así lo he pretendido, de la mejor tradición angloamericana, que busca la elegancia narrativa, la precisión (la economía en el lenguaje) y la síntesis. Ese era el reto: ofrecer un período tan complejo, con tantos acontecimientos y protagonistas en doscientas páginas. Y busco eso, sí: introducir a un público amplio los acontecimientos más importantes del siglo XX europeo, en un país como el nuestro, donde la historia de Europa del siglo XX apenas se enseñó en la escuela, en los institutos y en la Universidad únicamente para los especialistas.
P: En su opinión, ¿Qué hechos derivados de la conclusión de la Primera Guerra Mundial, fueron realmente los que influyeron sobremanera en la configuración de un nuevo panorama político en Europa durante los años 20-30?
R: La guerra duró mucho más de lo que se preveía, causó más de ocho millones de muertos y derribó imperios y dinastías centenarias, y con ellos a sus ejércitos y clases dominantes. Esa guerra cambió el mapa de Europa, de ella surgieron el comunismo y el fascismo, los dos fenómenos más influyentes en las dos décadas siguientes…. La Primera Guerra Mundial es la auténtica línea divisoria de la historia europea del siglo XX.
P: Habla de la República de Weimar como una república hija de la guerra. ¿Qué es lo que hizo fracasar ese proyecto en Alemania? ¿La carga de una gran derrota militar pesó demasiado?
R: Surgió de una guerra, en medio de una derrota desastrosa del imperio alemán y tuvo desde el principio enfrente, con claras posiciones antidemocráticas, a las elites políticas tradicionales. La República vivió al principio, incluso en sus mejores momentos a mediados de los años veinte, en medio de una notable debilidad económica que la dejó especialmente vulnerable ante los peores efectos de la crisis de 1929.
Hubo una fragmentación política, sobre todo de los partidos tradicionales, el liberal y conservador, que abrió el espacio a los nazis, una radicalización comunista que no contribuyó a estabilizar la democracia y muchos problemas a la hora de crear una sociedad civil democrática. La derrota en guerra fue una carga, pero no fue eso el factor determinante para explicar el acoso y derribo a la República. Hasta que llegó la crisis de 1929, la República dio síntomas de poder sobrevivir. Después de la Depresión, las posibilidades eran bastante remotas.
P: ¿El auge de los fascismos y nacionalismos en Europa, es consecuencia de una Primera Guerra Mundial cerrada en falso?
R: El fascismo sí que es claramente un producto de la Primera Guerra Mundial (y su radicalización con el nazismo tiene también mucho que ver con la crisis económica a partir de 1929). La idealización y ensalzamiento de la violencia de los nacionalismos había comenzado a extenderse desde finales del siglo XIX, especialmente en los territorios con mezcla étnica, y lo que hizo la Primera Guerra Mundial, con las armas por medio, fue extender y radicalizar ese proceso. La Primera Guerra Mundial marcó el comienzo sin retorno de esa escalada de la violencia.
P: El capítulo que dedica a la Guerra Civil Española es en mi opinión de los más interesantes. ¿Podría contar a nuestros lectores cuales fueron las causas por las que las democracias europeas no apoyaran al gobierno democrático de la II República durante el conflicto?
R: Desde la subida al poder de Hitler a comienzos de 1933, los gobernantes británicos y franceses pusieron en marcha la llamada “política de apaciguamiento”, consistente en evitar una nueva guerra a costa de aceptar las demandas revisionistas de las dictaduras fascistas, siempre y cuando no se pusieran en peligro los intereses de Francia y Gran Bretaña. Esas dos potencias, cuando comenzó la guerra civil española, siguieron esos principios y permitieron la intervención abierta de las potencias fascistas. Además, en el mercado del dólar y de la libra esterlina, los franquistas encontraron muchas más facilidades para obtener créditos y financiación para ganar la guerra.
P: He oído en ocasiones que la Guerra Civil Española fue un pequeño ensayo bélico de algunas de las principales potencias contendientes en la Segunda Guerra Mundial. ¿Cree que esto fue así?
R: Fue un eslabón más de una serie de crisis que, desde Manchuria a Abisinia, pasando por Checoslovaquia, condujeron a la explosión de la Segunda Guerra Mundial. España se convirtió en el campo de batalla de un conflicto inevitable en el que al menos había tres contendientes: el fascismo, el comunismo –o la revolución- y la democracia.
P: ¿Cree que ya en 1936, Europa ya estaba abocada a un conflicto de carácter global?
R: No. La guerra civil española contribuyó a eso y fue el pacto de Munich en septiembre de 1938 el que puso el punto de no retorno.
P: Para concluir; si tuviera que destacar a tres personajes determinantes de ese periodo de 30 años que en su opinión, fueron piezas clave para la configuración de Europa cuales serían y por qué.
R: En los años 30 la respuesta es muy fácil: Hitler, Stalin y Mussolini. Si nos vamos a los años 40, habría que meter a Churchill y Roosevelt. En el caso de los tres dictadores, son personajes que venían de fuera del establishment, del orden dominante, y se apoderaron de una buena parte de Europa. Churchill y Roosevelt dieron la batalla desde las democracias para derrotar al fascismo, aunque tarde.
Desde Europa en Guerra 1939-1945, quisiera agradecer a Julián Casanova la entrevista concedida, y solo me queda desearle éxito en su nuevo libro, que recomiendo a todos.
Julián C