Entrevista realizada por MANUEL ACOSTA
Entre amigosEl pasado febrero se publicó Entre amigos, la sexta entrega de los casos protagonizados por la detective Sonia Ruiz. En esta ocasión ha sido el escritor Antonio Parra Sanz el encargado de dar continuidad al personaje que crearon Lorenzo Silva y Noemí Trujillo y a los que en posteriores entregas siguieron Andreu Martín, Claudio Cerdán, Esteban Navarro y Jazz Bocanegra.
Antonio Parra recoge el testigo marcado por la impronta que cada autor imprime en la protagonista y la lleva al que será, por el momento, su caso más personal sin dejar de lado la acción y el misterio en una trama ágil y rápida en la que no hay lugar para el aburrimiento. Entrevistamos al escritor para que nos desvele algunas de las claves para meternos de lleno en Entre amigos.
—EL COLOQUIO DE LOS PERROS: La primera pregunta es obvia y necesaria. ¿Cómo llega Antonio Parra Sanz hasta la detective Sonia Ruíz? ¿Conocía al personaje? ¿Le seguía la pista de cerca?
—ANTONIO PARRA SANZ: La verdad es que tuve la fortuna de encontrarme con ella ya en la primera entrega de la serie Seis Doble, cuando Lorenzo Silva y Noemí Trujillo la crearon, y he de confesar que al conocer el proyecto sentí una envidia enorme, y unas ganas brutales de poder participar de alguna manera en el mismo, quizá porque tanto la historia como la propia Sonia eran tremendamente atractivas. Luego leí las siguientes entregas, y cuando José Ángel Zapatero me llamó fue como si hubiera salido el genio de la lámpara dispuesto a que se cumpliera mi deseo. Bueno, en este caso un par de genios, porque sé que el bueno de Paco Marín algo había ido enredando por ahí.
—ECP: Entre amigos sigue en la línea marcada por los anteriores casos, pero hay en esta historia un fondo más personal con respecto a la protagonista. ¿Cree que era el momento de darle a Sonia un caso que no fuera ajeno a ella y la tocara desde dentro?
—APS: Al leer la última entrega, la quinta de la serie, me quedé con un sabor un poco agridulce al pensar en Sonia, porque lo ocurrido en ella la dejó un tanto descolocada (animo desde aquí al lector curioso a acercarse a Bala perdida de Jazz Bocanegra, y de paso a todos los títulos de la serie), y como de los momentos de extravío a veces surgen las decisiones más drásticas, o los volantazos más violentos, me dije que igual era un buen momento para sacudir un poco su universo, como usted dice, desde dentro, desde uno de sus rincones más personales, y ver hasta dónde sería capaz de llegar, cuánto le durarían las fuerzas.
—ECP: Usted acostumbra a situar la acción de sus novelas en el Sureste, aunque alguna ya había desarrollado en Madrid, su ciudad natal. ¿Cómo ha sido volver a patear las calles de Madrid?
—APS: Pues parecerá algo tópico, pero he agradecido también la posibilidad que Sonia me brindaba. Tras mi primera novela, que transcurría allí, no había terminado de volver narrativamente. Llevo muchos años fuera de Madrid y eso supone desconocer nuevos rincones o zonas que ya no son las mismas que uno conocía, pero por fortuna el barrio en el que suele moverse Sonia sí lo conozco, era el mío, así que no lo dudé a la hora de situar la acción. Lo demás ya fue fácil, no había más que seguir sus pasos y dejarse llevar un poco por la memoria y la inercia.
—ECP: Su anterior novela, de la que se halla aún en plena promoción, es una historia que atípicamente ha unido a dos detectives de ficción, el suyo, Sergio Gomes y el de Alfonso Gutiérrez, Samuel Alonso. Con Entre amigos da continuidad a un personaje al que en cada entrega ha dado vida un escritor diferente. ¿Le gustan estos retos tan alejados de la novela convencional? ¿Cree que los lectores demandan cada vez más estos cambios en las normas tradicionales de la narrativa?
—APS: A mí sí me gustan estas sinergias literarias, creo que cualquier autor se enriquece si trabaja en contacto con otro, y por consiguiente el producto final también ha de mejorar. Es cierto que tienen sus riesgos, como lo de escribir a cuatro manos, pero si no nos atrevemos a romper algunas tradiciones literarias de vez en cuando, ¿qué vamos a aportar? Creo que no se puede estar toda la vida transitando el mismo camino cuando hay tantos senderos bifurcándose alrededor. Dos mentes, o tres o cuatro, trabajando juntas, pueden ser más productivas, y brindar más puntos originales para el lector, logrando así atraerle con nuevas propuestas. Aunque, eso sí, hay que tener mucho ojo con la compañía de viaje que uno elija.
—ECP: Volviendo a Sonia Ruiz, ¿cuál cree que es su mayor aportación a un personaje que ha ido creciendo a través de los ojos de seis escritores?
—APS: Esta pregunta es difícil, pero que muy difícil. Podría salir por la tangente sugiriéndole que se la haga a la propia Sonia, pero seré considerado. No creo que yo haya aportado mucho a un personaje que nació ya fuerte, decidida, inteligente, atractiva, dura... Y podríamos seguir, porque así la hemos ido viendo los lectores a medida que llegaban sus historias. El carácter de esta detective se ha forjado gracias a cada narrador que ha caminado junto a ella, en mi caso, quizá he tenido la suerte de toparme con una mujer que ha tenido que mirar en su interior, camino ya de los cuarenta, y que no acaba de estar satisfecha con lo que ha visto, intuye que algo no encaja, no termina de saber bien qué es, pero sí tiene claro que ha de seguir luchando hasta averiguarlo, y a ello se pondrá, cuando logre finiquitar el caso que le ha saltado a la cara.
—ECP: ¿En algún momento ha sentido la tentación de cambiar algo de manera radical y que trastocara todo el camino recorrido o se ha sentido cómodo en el camino abierto anteriormente?
—APS: No he tenido en ningún momento la necesidad de dar un cambio brutal e irreparable a la vida de Sonia, creo que cada una de las entregas anteriores ya le ha ido dejando alguna muesca que otra. Por otro lado, ¿ha visto usted los nombres de quienes me han precedido?, ¿cómo no iba a sentirme cómodo con un camino abierto por Lorenzo y Noemí, por Andreu Martín, Esteban Navarro, Claudio Cerdán o Jazz Bocanegra? He procurado en todo momento ser muy respetuoso con el trabajo hecho anteriormente, y sobre todo tratar de acompañar a Sonia en lo que demandase, estar de su lado, que era lo más importante.
—ECP: En esta entrega de Sonia Ruiz vuelve a haber una gran carga sexual que, además, sirve como catalizadora de las emociones a las que se ve sometida la protagonista. ¿Podría entenderse la historia y sobre todo el personaje sin ese aspecto tan marcadamente sexual?
—APS: Fíjese que es algo que destaca mucha gente, la alta sexualidad de Sonia, y yo no creo que eso sea tan notorio. Me explico, es una mujer con un atractivo elevado, y con unas pulsiones sexuales que, si bien son intensas, tampoco creo que se salgan de lo normal. Quiero decir que en ningún momento vi a Sonia como una animal exclusivamente sexual, sino como una mujer decidida y valiente en todas sus acciones, con una personalidad muy marcada, y eso incumbe también a su percepción del sexo. Sí es cierto que ha tenido un pasado, sentimental y sexual, que no podemos ignorar, y que cada autor ha tratado de manejar a su manera, con mejor o peor suerte para Sonia. Ahora le devuelvo yo una pregunta: si hablásemos de un personaje masculino en una novela negra, ¿haríamos tanto hincapié en su sexualidad?, ¿le daríamos tanta importancia a los polvos que echara o dejara de echar?
—ECP: Como en toda novela negra o policíaca también aquí hay un foco puesto en algunos temas de actualidad, en su caso las nuevas drogas de diseño y las mafias que las distribuyen o las nuevas redes sociales para adultos. ¿Por qué eligió estos temas?
—APS: No fue algo premeditado, al hilo de la trama en la que quería enredar tanto a Sonia como a Pau, fueron surgiendo posibilidades, y como bien dice, la actualidad está ahí, a veces como fuente de información, y otras como recordatorio de cosas que no acaban de funcionar demasiado bien en nuestra sociedad, como las mafias y la trata de personas, tan difícil de perseguir y desmantelar, o esas nuevas drogas con las que parece que alguien quiera buscarle las vueltas a los más jóvenes, al igual que esas redes sociales que son casi siempre pornografía encubierta. Era una manera de centrar un conflicto con una serie de condicionantes que, por desgracia, son rematadamente reales, y le remito a un caso que se vio no hace mucho, de una sobredosis de esta droga, que llevó a un joven a arrancarse la piel del brazo a mordiscos, algo mucho más salvaje que lo que yo haya podido contar en la novela. Volvemos a ver algo ya muy habitual: el hecho de que la realidad siempre nos va a superar.
—ECP: ¿Esta historia nace para esta novela o ya tenía una trama en la que colocar, en este caso, a la detective Sonia Ruiz?
—APS: Pues si le soy sincero, lo único que andaba flotando por mi mente, o por la cazuela donde los escritores vamos guardando las ideas, como dice Antonio Orejudo, era el asunto de la droga, la pirovalerona, porque andaba buscando una trama en la que estuviera presente. Pero nada más. Cuando José Ángel Zapatero me propuso escribir la sexta trama de Sonia, todo encajó, fue surgiendo la historia y de manera facilísima en ella entró la droga, pero todo lo demás se creó exclusivamente para el universo ya conocido de estos personajes, aunque, eso sí, con el propósito de volverlo todo un poco del revés.
—ECP: Junto a Sonia Ruiz aparecen unos personajes femeninos de marcado carácter que crean situaciones tensas pero que aguantan el pulso de la protagonista. ¿Le gusta crear personajes que se vienen arriba en situaciones límite?
—APS: Es que pienso que la mejor forma de que un personaje dé su verdadera medida es colocarlo en una situación límite, así que en ese sentido decidí que no habría concesiones para Sonia, si acaso pequeños respiros, pero tenía que llevarla hasta un extremo en el que, o no hubiera estado nunca, o hiciera mucho tiempo que no había transitado. En cuanto a las otras mujeres, sí fueron buscadas, quería una especie de némesis de Sonia y por otro lado alguien del gremio policial, y la verdad es que, aunque suene inmodesto, estoy muy orgulloso de ambas, creo que tanto Alba Mendoza como la subinspectora Lidia Goya me han dado justo lo que esperaba de ellas. Ah, y no me olvido de Esther, la fidelísima amiga de Sonia, que también tiene su papel en esta trama.
—ECP: Desde el principio de la novela está presente el tema de la amistad, no en vano todo gira entre Sonia y Pau, y a pesar de un distanciamiento anterior, eso no hará que Sonia dude de que su sitio está en volcarse con su compañero y amigo. Incluso el título, aunque con otra connotación, habla de ello. ¿Cree que la amistad es uno de los valores que más se deforman según la manera en que lo gestionamos?
—APS: La amistad es una de las cosas más hermosas del mundo. Junto al amor, es lo que nos hace vivir, pero al mismo tiempo es una amiga caprichosa, que a veces se deja tambalear por un viento ingrato y nos da una bofetada de amargura. No sé si se puede deformar según la gestionemos, pero sí sé que cuando hay que empezar a “gestionar” una amistad es que está dejando de ser real. A un amigo no se le gestiona, ni se le discute nada, se le dicen verdades, aunque duelan, y se le ofrece lo que necesite, obviamente a veces hay decepciones, pero si la amistad es verdadera, no se duda. Como no duda Sonia a la hora de hacer lo que tiene que hacer, porque así lo siente, porque Pau es Pau y porque no hay otro camino.
—ECP: Algunos personajes de los que transitan en Entre amigos son ya conocidos de los lectores. Otros, sin embargo, son de nueva factura. ¿Cree que alguno de ellos tendrá continuidad en próximas entregas? ¿Le gustaría que su sucesor mantuviera alguno de ellos?
—APS: He procurado dar cabida a algunos que los fieles lectores de la serie reconocerán, tales como Esther, Arcadio Palacín, o el mismo Méndez, que aparece en el recuerdo, y por supuesto, Pau, creo que un personaje imprescindible para esta serie. Todos ellos forman parte del universo de Sonia y debían aparecer. En cuanto a los nuevos, ya no dependerá de mí sino del siguiente autor, pero los he creado con el cariño suficiente como para que puedan perdurar, y espero que lo consigan. La subinspectora Goya, por ejemplo, creo que puede tener mucho recorrido, y quién sabe, igual cierto inspector de la UDYCO, un tal Acosta, pueda hacer de nuevo alguna aparición. Es otra de las virtudes de esta serie, el respeto con el que los autores vamos acogiendo a los personajes que otros han introducido antes en el mundo de Sonia Ruiz.
—APS: Lo que sí tengo claro es que Sonia no volverá a ser la misma tras este caso, por razones que ahora no le puedo desvelar al lector, y que debe descubrir por sí mismo. Por otro lado, siempre entendí que el juego de este proyecto consistía no sólo en recuperar al personaje, sino en dejar guantes, hilos tendidos al final de las tramas, precisamente para darle al siguiente la oportunidad de seguirlos o no. En este final queda bastante claro que hay cosas que no se han cerrado, y otras que exigirán, quizá, actuaciones futuras por parte de algún personaje, que se continúen o no ya será decisión de quien se encargue de la entrega número siete. Lo bueno es que, como ha ocurrido hasta ahora, la Sonia que encontramos al final de esta entrega poco tiene que ver con la que se nos presentaba al concluir la anterior.
—ECP: Y por último le pido que se moje y comparta con nosotros a qué escritor le gustaría leer dando vida a un nuevo caso de Sonia Ruiz.
—APS: Usted me quiere poner a los pies de los caballos. Eso es algo que deberá decidir José Ángel Zapatero, que es el guardián del proyecto Seis Doble. Un nombre no le voy a dar, porque sería señalar demasiado, pero sí me gustaría que la siguiente entrega la escribiera una mujer, creo que ya es hora, no en vano otra mujer, Noemí Trujillo, contribuyó a crear a Sonia Ruiz. Y no se crea, que alguna candidata ya tengo en mente, pero me la guardo para mí, eso sí, en el caso de que José Ángel pregunte, a él le daré su nombre de mil amores.https://elcoloquiodelosperros.weebly.com/entrevistas/antonio-parra-sanz7059876?fbclid=IwAR3HcOJhyrQDB8lM71n_XZWC4FwKALG80l3nFdrqxRHcG9G1D9zI5MogAqw