Revista Salud y Bienestar

Entrevista: La nutrición a través de Doménico Demoro 2/2

Por Vivetudiabetes @Vivetudiabetes

Hace dos semanas os colgué la primera parte de la entrevista al nutricionista Doménico Demoro y os dejé con la miel en los labios cuando la semana pasada publiqué acerca del Hashtag #diabetESP, pero esta semana os dejo la segunda parte de la entrevista. En ella encontraréis información relacionado con la alimentación y el deporte, el papel del nutricionista en el diagnóstico, la insulina, e incluso la diabulimia. ¡No te la pierdas!

P. Muchos diabéticos al aumentar la ingesta de carbohidratos cuando realizan deporte piensan que van a engordar ¿es esto cierto?

R. Según las clásicas visiones científicas, una de las causas del sobrepeso y obesidad es el balance energético positivo, o sea cuando almacenamos más calorías de las que quemamos. Según nuestras características físicas, antropométricas, actividad física, tipo de trabajo, sexo etc… tenemos unas necesidades energéticas y calóricas bien definidas, que diariamente tenemos que satisfacer con la dieta y que al mismo tiempo, tenemos que equilibrar gastándolas gracias a los efectos metabólicos inducidos por actividad física, trabajo, subir la escalera y todas las además actividades que conllevan un gasto energético.

Por este motivo, tenemos que luchar contra el sedentarismo, y que el aporte de los nutrientes sea a medida y ajustados al gasto energético, porque cuando las ingestas son mayores, se activan mecanismos fisiológicos en el organismo que facilitan el aumento de la grasa corporal y el peso, como es el caso de una excesiva secreción de insulina. Por tanto el equilibrio es la base de todo, tanto en una correcta alimentación como en el mantenimiento del peso ideal. Quiero decir que nuestro aporte de nutrientes tienes que estar relacionado a la actividad diaria a la que nos vamos a enfrentar.

P. ¿Es fundamental el papel del nutricionista en el diagnóstico de la enfermedad? ¿En qué consiste su función?

R. Una vez diagnosticada la enfermedad, el tratamiento se basa en unos pilares fundamentales tales como la alimentación, la actividad física, el tratamiento farmacológico y alguna vez también psicológico. En este sentido, el rol del nutricionista es principalmente de educar hacia nuevos y saludables hábitos alimenticios adaptados a las necesidades físicas, bioquímicas, antropométricas, socio-económicas y gustativas personales, tanto para tratar la enfermedad como para prevenir todas sus complicaciones.

Por tanto, sus funciones se basan en educar a las personas a poder diversificar y ampliar sus conocimientos en términos de dietas, nutrición, alimentación y métodos culinarios, como también diseñar y elaborar el seguimiento nutricional estrictamente personal. Con el auxilio de charlas, folletos, manuales y otros instrumento formativo (incluyendo redes sociales, páginas webs, blogs etc…) el consultor nutricional debe sensibilizar la importancia de una alimentación variada y equilibrada, sobretodo en casos de trastornos metabólicos, como en el caso de la diabetes.

Considerado el trastorno metabólico que afecta a los glúcidos y a sus niveles hepáticos, y siempre subrayando que no existe una dieta especial para diabéticos sino, una alimentación enfocada en el aporte de todos los nutrientes de una dieta equilibrada, el nutricionista, tiene que enfocar buena parte de su trabajo en las necesidades y el rol de los hidrato de carbono en la dieta. Todos los alimentos que nos lo aportan y dependiendo de la situación, en qué cantidad y forma es aconsejable consumirlos. Instaurar los conceptos de índice glucémico y de intercambio de los grupos de alimentos a lo largo del día para poder cubrir no solo las necesidades glúcidas sino de todos los nutrientes típicos y característicos de cada uno de nosotros. El nutricionista tienes que ser un mentor, guiando hacia nuevos conocimientos, conceptos, métodos y experiencias en términos de dietética y nutrición, para poder hallar a medio-largo plazo una buena autonomía en la elección de ingredientes, platos y métodos de cocción relativos a cada situación que nos podemos encontrar a lo largo del día, previniendo tanto los caso de hipoglucemia como de hiperglucemia, y al mismo tiempo poder disfrutar de la comida de cada día y por supuesto en ocasiones extraordinarias sin riesgo algunos.

P. ¿Qué tipos de dietas no son aptas para un diabético? Ya que muchas personas se lanzan a dietas sin preguntar a un profesional.

R. El sobrepeso y la obesidad son causas tanto de la diabetes como de sus complicaciones, y por lo tanto la pérdida de peso es uno de los objetivos prioritarios que se deben alcanzar a medio plazo. Lamentablemente muchas personas recurren a métodos sin bases científicas o médicas, siguiendo dietas de amigos o familiares o las numerosas dietas milagro que periódicamente nos proponen los medios de comunicación y revistas. La obsesión por conseguir el peso ideal muy rápidamente lleva a la práctica de sistemas dietéticos escalofriantes y de semi-ayuno que pueden desencadenar posteriores trastornos hormonales, metabólicos, hepáticos, renales y psicológicos. Además estos tipos de dietas son insostenibles en el tiempo, exactamente lo contrario de lo que son los principios de una dieta, o sea la instauración de hábitos dietéticos, nutricionales y culinarios, beneficiosos para la salud, para la prevención de enfermedad y para la consecución y mantenimiento del peso ideal. Por este motivo hay que desconfiar de todos los sistemas de adelgazamiento sin base y fundamento científico, fruto muchas veces del marketing empresarial y que no respetan los cánones de nutrición variada y equilibrada en nutrientes y grupos alimenticios.

P. Por último, a la hora de llevar una alimentación equilibrada, muchas personas consideran que la insulina engorda y por ello reducen la ingesta de muchos alimentos para inyectarse menos insulina ¿Cómo influye esta hormona en el aumento de peso?

R. Científicamente ha sido demostrado que la insulina es una hormona altamente anabolizante y al mismo tiempo anticatabolica por estimular el uso y almacenamiento de los nutrientes en las células, y al mismo tiempo inhibir la degradación de sus reservas. Una situación altamente favorable a la actividad anabolizante de la insulina, es el hiperinsulinismo, o sea cuando tenemos una secreción y niveles de insulina superior a los necesitados. Típico de las personas diabéticas de tipo 2 y con insulina-resistencia, con sobrepeso, con una vida sedentaria y con malos hábitos alimenticios ricos en hidratos de carbono.La cantidad de insulina influye principalmente sobre los niveles de glucosa en la sangre evitando los altos y duradero niveles de glucemia, así como las características complicaciones; pero también sobre el metabolismo de lípidos y proteínas. La insulina en situación de exceso de glucosa en sangre, promueve la síntesis de ácidos grasos en las células hepáticas que después son trasportados en forma de lipoproteínas hasta los adipositos para ser almacenados en forma de ácidos grasos gracias a una enzima activada da la insulina, la lipoproteína- lipasa.

Al mismo tiempo la insulina inhibe la lipólisis, es decir, la liberación de los ácidos grasos almacenados en los adipositos para ser utilizado como substrato energético. La insulina también estimula el transporte de los aminoácidos en el interior de la célula donde son utilizados para formar proteínas, promoviendo así la síntesis proteica y su conservación. Por lo tanto, llevar una alimentación equilibrada y la práctica cotidiana de actividad física es fundamental para regularizar el metabolismo en general y conseguir un justo equilibrio entre ingestas, gasto calórico y niveles de insulina, previniendo así inesperados aumento de masas y peso corporal. Por éstos y por más beneficios de los cuales los deportistas pueden aprovecharse, el Consejo Superior de Deporte de acuerdo con las normas internacionales del Código Mundial Antidopajes, coloca la insulina en la lista de las sustancias dopantes prohibidas. También es verdad que cuando una persona empieza a inyectarse insulina y no controla su dieta comiendo de más, elevando así sus calorías, subirá de peso por la dieta y no por los efectos de la insulina. Sustancialmente permite a las distintas células de nuestro cuerpo, utilizar la glucosa contenida en los alimentos. La obesidad, la vida sedentaria y malos hábitos alimentarios a medio y largo plazo pueden causar el desarrollo de insulino-resistencia.

P. Debido a la idea anterior se llega incluso a trastornos como la diabulimia ¿Cómo podemos desmitificar esta idea errónea?

R. La diabulimia es un argumento altamente delicado, sustancialmente es un trastorno de la conducta alimenticia, similar a la bulimia, que afecta, por los mismo fines a adolescentes de sexo femenino hasta los 30 años y que padecen diabetes tipo 1.. La causa principal es la obsesión de perder peso o de no ganarlo una vez diagnosticado el tratamiento insulino. Efectivamente antes del diagnostico de la enfermedad, estas mujer eran bastante delgadas porque el glucosio no entraba en las distintas células; en seguida al tratamiento empiezan otra vez a hacerlo y al mismo tiempo a recuperar un peso razonable, contrapuesto a la visión de cuerpo delgado de muchas mujeres adolescentes. Aquí es cuando empiezan las crisis y la obsesión por el conseguir el modelo ideal de peso corporal. Las comidas siguen igual de frecuentes, pero lo que disminuyen son las dosis de insulina para contrastar sus efecto anabólico natural, aumentando así el riesgo de padecer las complicaciones típicas de la enfermedad. Los continuos y duradero estados de híperglucemia pueden desarrollar cetoacidosis, neuropatías graves con riesgo de ceguera, cardiopatía, osteoporosis y aumentos de las fracturas óseas. Como vemos es una realidad muy alarmante y preocupante que necesita de un enfoque médico multidisciplinar del cual tienen que formar parte psicólogo, médico, endocrino y nutricionista para evaluar el caso y elegir las oportunas intervenciones, haciendo una llamada de atención a los familiares o a las personas cercanas.

 


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