ENTREVISTA: MERI TORRAS Profesora de Literatura Comparada "El siguiente paso es incluir a las mujeres inmigrantes"

Publicado el 30 mayo 2010 por Daniela @lasdiosas
Meri Torras (Badalona, 1968) se hizo una promesa en la universidad y no pudo cumplirla hasta años más tarde. "Prometí que me matricularía en la primera asignatura que llevase en su título la palabra feminismo o feminista", explica. Estudió dos filologías y no hubo forma, tuvo que esperar a estar cursando el doctorado. Esta profesora de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad Autónoma de Barcelona ha participado en el XVII Encuentro de Bibliotecas y Centros de Documentación de Mujeres que se ha celebrado en Bilbao desde el jueves y hasta ayer con una conferencia sobre Los documentos biográficos y la construcción del movimiento feminista.Pregunta. ¿Qué papel juegan los centros de documentación en la formación de un movimiento como el feminismo?
Respuesta. Cuando una producción cultural no goza de los privilegios del sistema dominante esos textos normalmente se pierden, se borran, no se valoran o ni siquiera se editan. Si no hubiese centros que los conservaran y los clasificaran sería imposible dar con ellos y no podríamos trabajarlos. Los centros de documentación son fundamentales y acabarán existiendo para inmigrantes, por ejemplo, que es un colectivo que no tiene una gran representatividad en nuestra sociedad y que seguro que están produciendo textos culturales y de reflexión interesantes.
P. ¿Cómo han evolucionado los estudios sobre la mujer?
R. Lo más bonito no es que el mundo académico haya cambiado tanto, si no que el público del mundo académico está cansado de ver siempre lo mismo y muestra interés por textos no sólo de mujeres si no por textos donde, por ejemplo, aparecen otras etnias. Te piden que los trabajes en el aula, cuando tienen que hacer una exposición buscan la diversidad. Y desde la teorización hemos incorporado una reflexión sobre el feminismo recogida en libros, en programas académicos y en documentos sobre la labor que se realiza en la universidad. Aunque sigue habiendo mucho trabajo que hacer.
P. En esta labor, ¿qué aporta la mirada de una mujer?
R. Puede restituir el conocimiento y la presencia. Ofrecer una genealogía de textos de mujeres, sobre mujeres, producidos por mujeres, leídos por mujeres. Entre mi generación y la actual esta es la gran diferencia, que se puede conocer más fácilmente el legado de las mujeres de Euskadi, de España, de Cataluña o del mundo entero si se quiere.
P. ¿Qué ha sido necesario para que se produzca este cambio?
R. Podemos hacer una cronología de los logros de las mujeres en España desde el derecho o la sociología, por ejemplo. Pero hay algo que siempre olvidamos y es el día a día de las mujeres. En estas jornadas quise hablar de la publicación de la agenda de la mujer a partir del año 78 y que se sigue editando hoy en día. De como a través de un documento, de una agenda, se hizo agenda feminista. En ella te podías encontrar cosas de las que no hablaban los medios de comunicación en los años ochenta, que no habían sido tratadas entonces por las leyes, como por ejemplo lo que se llama violencia de género, en esas agendas encontrabas directrices sobre qué hacer si sufrías maltrato o si habías sido violada.
P. ¿Qué debería incluir ahora esta agenda?
R. En los ochenta era preciso anotar e incoporar información sobre métodos anticonceptivos, probablemente hoy en día no haga falta. El derecho sobre el propio cuerpo que tenía una mujer en 1978 no es el mismo que tenemos ahora, en 2010. La función de la agenda como un punto de encuentro para personas implicadas en el movimiento desaparece con Internet, antes tirabas de teléfono para ver qué cosas podían interesarnos, qué podíamos hacer, ahora mucha información sobre las mujeres la puedes encontrar en la web. Ahora hay una gran oportunidad de ofrecer información de tipo cultural.
P. En este proceso de transformación del papel de la mujer, ¿cuál debería ser el siguiente paso?
R. Es bueno ver que tiene varias velocidades, no todas las mujeres tienen o tenemos los mismos privilegios para esa transformación. Depende de para quien hablemos y sobre quién pensemos. Todavía tengo en clase muy pocas mujeres que vengan de una familia inmigrante o que sean inmigrantes. Las puedes encontrar en los primeros cursos pero son pocas y no sé si por motivos económicos podrán llegar al doctorado tan fácilmente, por ejemplo. Tendríamos que conseguir que hubiera más si buscamos una universidad formativa y reflexiva, que haya una pluralidad de puntos de vista, lo más global, lo más compleja e irresoluble posible.
Por INÉS P. CHÁVARRI Fuente: El País