Este sábado nos invitaron a Pablo y a mí a debatir en La Sexta Noche. Podemos tiene un ADN por recuperar. Creo que ya está en camino. Ideas, programa, posiciones claras. La centralidad no es el centro: es hablar a la gente para convertir en políticas de cambio sus argumentos, para dar herramientas a los que están hasta las narices del hurto que sufre la democracia española. Llegamos hasta aquí hablando claro. Estaba deseando que regresara la insolencia, la desobediencia, la irreverencia. Y, al tiempo, decirle a España que queremos gobernar este país, desatascar el reto abierto en Catalunya, perseguir y juzgar a los corruptos y no olvidarnos de que ni Rato ni Urdangarín entran en la cárcel mientras si lo hacen los que han dado la cara por ellos. Podemos no va a la recepción real porque no es una formación monárquica, aunque tampoco tiene la más mínima intención de regalarles la posibilidad de centrar el debate en algo que, como la tauromaquía, muere de sentido común. Estamos por la renta básica, tardemos lo que tardemos en ponerla en marcha. Vamos a hacer auditorías para que los ladrones no se vayan de rositas, y no nos olvidamos de los inmigrantes (como se ha demostrado en los ayuntamientos del cambio). Queremos que los jueces sean independientes y que la fiscalía no dependa del gobierno. Queremos garantías para que los derechos sociales sean reales y queremos rescatar a las personas y no a los bancos. Escuché a Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo decirle a la mala gente del Frente Nacional -la que llamó “plaga” a los inmigrantes-, que son BASURA. He escuchado a Pablo recuperar en esta entrevista en La Sexta esa contundencia que enamoró a este país. Han sido muchos meses de ataques desde todos los frentes del régimen del 78. Estamos como en mayo de 2014: corrupción, paro, precariedad laboral, Bárcenas y Rato, sobresueldos, ERES, 3%, acuerdos por arriba y, claro, encuestas que vuelven a decir que no existimos, insultos constantes, ataques, amenazas. Como nada de ha solventado -salvo que han buscado a Ciudadanos para que actúe de muleta del PSOE o del PP según les convenga- hemos vuelto. Que van a hacer lo imposible por hacernos desaparecer ya lo sabíamos. Teníamos que descontarlo y ya lo hemos hecho. La pelota importante estaba en nuestro tejado y la hemos bajado al suelo.
Posdata: Deseo para mi país un periodismo que no sea mercenario, que no apueste siempre por los poderosos, que no esté implicado en las tramas de corrupción regional (por ejemplo, en Baleares). Algún día lo lograremos. Mientras, debo comentar en postdata (en postdata porque, la verdad, no merece mucho la pena) el lamentable comienzo de la entrevista, determinado por las acusaciones previas a Pablo de la eterna acusación: Venezuela, Venezuela, Venezuela. Un tonto al que no se le acaba el camino intentó, como siempre, torpedear la posibilidad de un debate sosegado de ideas (para qué vas a pensar, insistía, si puedes insultar y descalificar: una manera de hacer periodismo que parece un resíduo del franquismo que fuimos). Cuando las interrupciones cesan, salen las reflexiones y los puntos de vista. Que es lo que algunos no querían que pasara. Pero que al final, cuando el ruido desapareció, es lo que hicimos. Salud.