Entró, entró. Urdangarin se va de colonias

Publicado el 19 junio 2018 por Rgalmazan @RGAlmazan

No es un partido de tenis. Finalmente el cuñado del rey ha entrado en la cárcel. En Brieva, a siete kilómetros de Ávila. Una cárcel de mujeres. Y será el único recluso masculino.
Para empezar, esta cárcel ha sido remodelada en los últimos meses. Un nuevo sistema de calefacción y agua caliente, un nuevo acondicionamiento de los baños y se ha reparado la cubierta del pabellón deportivo. Ya sé que dirán que la entrada en la prisión del cuñado del rey no tiene nada que ver, que es casualidad. Una casualidad que es muy casual, cuando apenas se están remodelando cárceles en los últimos tiempos, debido a los recortes presupuestarios.
Y sí, es una cárcel de mujeres, donde se ha tenido que habilitar un módulo para que entre Urdangarin, él solito. A vivir como un príncipe. Dicen que lo hacen por cuestiones de seguridad. O sea, se puede llegar a la conclusión de que a los presos famosos hay que llevarles a sitios donde estén solos. Una maravilla. Una vez conocido el caso, podríamos empezar haciendo una campaña: A cada famoso condenado: cárcel particular. Así es que podríamos llegar a la conclusión de que no debemos mandar a la cárcel a famosos, porque su seguridad nos impone unos gastos que nos pueden dejar tiesos.
Imagínense lo que supone abrir un módulo para un solo preso. Porque los presos no pueden convivir con presas. ¿Cuántos guardias de prisiones necesita? Se supone que ahora son mujeres las que están en el módulo femenino. ¿Cuántos gastos administrativos y de limpieza? ¿Cuánto espacio para un solo preso? Y, ¿cómo se va a cumplir la reinserción? ¿Acaso se puede reinsertar uno sin que tenga tareas en equipo? ¿Quién va a juzgar su conducta? ¿Con quién lo comparamos?
A todo esto sumen que en el módulo masculino debería haber una biblioteca, una enfermería, una capilla (¿acaso no tiene derecho a oír misa y a confesarse si es católico?) Y todo ello para él solo. Vamos que el exduque nos va a salir por un pico. Pero claro esto no es trato de favor, porque como dice Grande-Marlaska tiene derecho a pedir estas condiciones, o sea, cualquier preso lo puede hacer. Y a vivir que son dos días.
Seguro que el kit que le dan a la entrada, contiene unas gafas de sol, unas cremas antisolares, unos bañadores y un reloj subacuático. Las cosas hay que hacerlas bien.
Un aristócrata (aunque sea exaristócrata) necesita vivir en condiciones dignas, no le vas a mezclar con otros presos. ¡Hay que tener piedad! Ya sabemos que entre los presos hay drogatas, violadores, ladrones, atracadores y gente de mal vivir. No los vamos a comparar con Urdangarin. Un hombre que ha sido castigado, sólo, por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias no se puede mezclar con delincuentes. No nos rasguemos las vestiduras, demasiado que ha entrado en prisión, aunque sea en un palacio para él solito. Las casi doscientas mujeres presas en un módulo, mientras que él, abandonado, en otro.
Eso sí, gastos los que quiera, los que necesite, que para eso es quien es. ¿Y de devolver el dinero robado? ¡Ah, no! Eso es otra historia. No va a dejar a su familia desasistida. Sería la primera familia emparentada en primer grado con la Casa Real que pasara hambre, y eso si que no. Si uno tiene reyes, lo lógico es que tengan familia, y que para su propio distingo y honor hayan creado una corte aristocrática, y no los vamos a tirar, con lo majos que son. Y mandarles a la cárcel nada. Le mandamos a colonias, pagadas por el Estado, a Ávila, que en verano se está fresquito. Y en invierno… ya veremos, que la sierra está muy cerca y sabe esquiar.
Salud y República