Aún se respira pólvora en este blanco predilecto de los ataques de la OTAN. En una sola jornada, a plena luz del día, aquí pueden caer hasta sesenta misiles para convertir en ruinas lo poco que ya queda en pie. Los rostros dibujan expresiones lo mismo de júbilo, rebeldía y dolor.Una joven nos invita a acercarnos cuando ve nuestra cámara inquieta en busca de imágenes y testimonios.Interpreto el gesto de Aicha, como un intento por hacer que su verdad corra suerte de ser vista y escuchada. Impresiona su belleza sin maquillaje, su instinto travieso pero delicado de madre joven, con una bebé dormida en brazos y otro de sus hijos corriendo por el lugar.
Aún se respira pólvora en este blanco predilecto de los ataques de la OTAN. En una sola jornada, a plena luz del día, aquí pueden caer hasta sesenta misiles para convertir en ruinas lo poco que ya queda en pie. Los rostros dibujan expresiones lo mismo de júbilo, rebeldía y dolor.Una joven nos invita a acercarnos cuando ve nuestra cámara inquieta en busca de imágenes y testimonios.Interpreto el gesto de Aicha, como un intento por hacer que su verdad corra suerte de ser vista y escuchada. Impresiona su belleza sin maquillaje, su instinto travieso pero delicado de madre joven, con una bebé dormida en brazos y otro de sus hijos corriendo por el lugar.