Revista Comunicación

Envío de correo masivo, spambots y la efectividad del email marketing

Publicado el 12 septiembre 2017 por Cristianmonroy

Puede no ser tan rápido en sus niveles de interacción con el usuario aunque sigue manteniendo el liderato como el canal de mercadotecnia digital con la tasa de efectividad más elevada en cuanto a retención de clientes, se trata del email marketing.

Al menos 49% de profesionales y empresas le siguen dedicando más tiempo y recursos que a otros canales según datos de BtoB Magazine.

Envío de correo masivo, spambots y la efectividad del email marketing

Cierto, el uso del correo electrónico en entornos colaborativos es poco eficiente, para eso existen herramientas especializadas que facilitan el trabajo y aumentan la productividad.

Sin embargo, el correo electrónico como canal de comunicación unidireccional o informativo sigue siendo eficaz, incluso cuando se promueve la comunicación bidireccional favorece respuestas reflexivas y no impulsivas, racionales y no emocionales como si sucede en otros canales, como las redes sociales por ejemplo.

Además, se impide la entrada de agentes externos que puedan viciar la conversación, es sencillo, si deseas hablar con tu mejor cliente no es necesario que haya decenas, cientos o miles de personas rodeándolos para conocer los temas sobre los que desean hablar.

Aprender como enviar emails masivos requiere habilidades y conocimientos específicos. Es mucho más que crear boletines y enviarlos una vez que se terminan de escribir.

Se trata de analizar los horarios de entrega más efectivos para cada cliente, tasa de entregabilidad (porque de nada sirve esforzarte en crear un boletín excelente si este no llega a la bandeja de entrada), opciones de personalización, pruebas A/B (para medir lo que funciona y lo que no), potencial de viralización a través de botones sociales, y eso es parte del trabajo.

Si quisieras profundizar un poco más podríamos entrar en temas como el copywriting (clave para crear mensajes persuasivos y efectivos), el uso correcto de los colores, los botones de llamada a la acción, entre otros, después añade el hecho de que cada actividad requiere su tiempo de especialización.

Seguramente lo nombrado hasta ahora dista, en menor o mayor proporción, del tipo de mensajes que terminan enviando muchas empresas consideradas a sí mismas como profesionales.

Pero antes de continuar…

Hace apenas unas semanas se filtraron de manera pública más de 700 millones de cuentas de correo electrónico, 711 millones para ser exactos. La mayor filtración de la que se tiene registro. ¿La razón? Un spambot intrusivo que, a raíz de una falla, exhibió toda la información que había recopilado.

El error fue más allá, la filtración incluía también las contraseñas de las cuentas asociadas.

Con tal número de cuentas comprometidas es muy probable que alguna de las tuyas se encuentre en la lista pero ¿qué es lo peor que podría pasar?

Para saber la respuesta es necesario conocer el método que utilizan las empresas encargadas de enviar spam que son en la mayoría de las veces las responsables de recopilar direcciones de correo electrónico de manera masiva y totalmente automática.

Cuando logran acceder a credenciales de SMTP, como fue el caso de esta filtración, son capaces de enviar mensajes que parecen legítimos y por lo tanto no son detectados por los filtros antispam de tu servicio de correo.

Las consecuencias comienzan a aparecer:

  • Personas recibiendo spam de manera masiva.
  • Mensajes con campañas publicitarias que parecen reales pero que en realidad contienen malware.
  • Y una de las implicaciones más serias: la dificultad de hacer llegar mensajes a la bandeja de entrada del usuario y, una vez ahí, que sean considerados como “de confianza” por los receptores.

Y es aquí donde encajamos con la primera parte de esta publicación.

Existen empresas que siguen utilizando cuentas de servicios como Gmail, Hotmail o incluso Yahoo (si es que hay alguien que aún confía en ese servicio después de haber sufrido la que hasta hace poco era la brecha de seguridad más importante históricamente hablando) para realizar su comunicación corporativa, cuando están destinadas a uso personal.

En muchos casos se envían correos a múltiples destinatarios sin siquiera esconderlos tras copia oculta, una manera sencilla de que una dirección de correo acabe en las manos equivocadas.

Todas y cada una de estas actividades en detrimento de la privacidad de los usuarios.

No importa que tan preocupado estés por tu privacidad y seguridad en línea, una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil y, si a nivel empresarial no se tiene la misma cultura no es entonces complicado que organizaciones dedicadas a actividades ilícitas o rayando en lo legal se apropien de los datos de los usuarios en grandes volúmenes.

¿Y entonces que hago para protegerme?

A nivel de profesional encargado de la comunicación con tus clientes o empleados, utilizar servicios especializados para el envío de correos masivos, entender cómo hacerlos llegar a las bandejas entrada y convertirlos en un canal para no sólo generar leads sino también fidelizarlos y hacer que se vuelvan clientes gracias al valor que proporcionas a través de tus mensajes.

Y jamás, jamás, utilizar bases de datos que hayas comprado en el mercado negro. Sólo afectarán la imagen de tu empresa y lograrás el efecto contrario; a veces implica el doble de trabajo recuperar una reputación que comenzar a trabajarla de cero. No te compliques, hazlo bien desde el principio.

A nivel de usuario, tomar las precauciones necesarias entre ellas:

  • No abrir correos de remitentes desconocidos.
  • Si por error lo llegaste a abrir, nunca hagas clic en los enlaces que se encuentran en el cuerpo del mensaje.
  • Si realizaste las acciones anteriores antes de leer esta publicación, borra las cookies de tu navegador, rastrea tus archivos con el antivirus de tu preferencia, utiliza un software antimalware para escanear tu dispositivo y evita volver a hacerlo.

Recuerda, más vale prevenir que lamentar, tu información vale mucho, y siempre hay quién está dispuesto a pagar por obtenerla.


Volver a la Portada de Logo Paperblog