Enya - A Day Without Rain (2000)

Publicado el 23 enero 2016 por Syntheticman @vozdelosvientos

Vamos a hablar hoy del disco que nos provoca una mayor indeterminación a la hora de opinar de él de toda la carrera de Enya. Lo es, no porque no tengamos una opinión clara del mismo sino porque ésta no coincide demasiado con la de la crítica en general. El listón que la irlandesa había puesto con “Shepherd Moons” estaba altísimo. Para qué engañarnos, era inalcanzable. A nuestro juicio, su siguiente trabajo renunció a intentarlo siquiera y continuó por el mismo camino con un resultado digno pero algo tramposo, algo que no ocurre con el disco que sucedió a éste cinco años más tarde. Sin embargo, para la mayoría de la crítica, lo que nosotros apreciábamos ya en “The Memory of Trees”, ocurría en este “A Day Without Rain”.
Paradójicamente, el disco peor valorado por la crítica hasta entonces, sin tener tampoco un single poderoso (el de presentación, “Only Time” era una balada extremadamente tranquila), se convirtió en el más vendido de la carrera de la artista alcanzando los 15 millones de copias, por encima de las obtenidas por  “Watermark” o “Shepherd Moons”. Alcanzó el número uno en las listas de varios países y ganó el “Grammy” al mejor disco en la categoría de “New Age” (tercero en la carrera de la artista). El contraste entre las opiniones “cualificadas” de los críticos y el éxito del disco nunca había sido tan grande en la carrera de la artista irlandesa y eso nos desconcierta porque no encontramos en “A Day Without Rain” motivos suficientes para ninguna de las dos posturas...
El proceso de creación del disco fue el mismo de siempre: un largo periodo de encierro casi monacal para componer la música mientras Roma Ryan escribía los textos y Nicky se encargaba de la producción.

Enya durante una firma de discos de la época.


“A Day Without Rain” - Un tema de piano electrónico con acompañamiento coral y sintético abre el disco en la tradición de los trabajos anteriores de la artista. El corte recuerda bastante a “Watermark” aunque con una mayor presencia de las voces a lo largo del mismo. No es una pieza especialmente destacable pero sirve para introducirnos en el nuevo trabajo de forma adecuada.
“Wild Child” - Fue el segundo single del disco aunque tenía las características ideales para haber sido el primero. Se trata de un tiempo medio cantado en inglés que cuenta con estribillo realmente bello. Los arreglos hacen un uso muy importante de los clásicos sonidos de “pizzicato”, cada vez más presentes en la música de la cantante irlandesa. A estas alturas nos damos cuenta de que las novedades en el disco habrán de venir de la parte compositiva y no de los arreglos que no se salen ni un ápice de la imagen de marca de la artista. En ese terreno, “Wild Child” es una gran canción que no necesita de demasiada pirotecnia para hacerse valer.

“Only Time” - Como decíamos más arriba, la canción que sirvió de presentación del disco es una balada ciertamente bella en la que la voz de Enya suena con una gran nitidez, siendo la primera vez, si la memoria no nos traiciona, en que en determinados momentos aparece en forma de “sampler”, es decir, no simplemente desdoblada en cientos de pistas sino “muestreada” y tratada para formar una especie de linea de bajo continuo a lo largo de todo el tema. No es una novedad especialmente relevante pero sí digna de destacar en alguien tan inmovilista con su sonido.

“Tempus Vernum” - Es una característica común a casi todos los discos de la irlandesa que el tema cantado en latín sea algo más oscuro que el resto y tenga una importante componente épica, con las cuerdas destacando en sus tesituras más graves. No es esta una excepción, desde luego y, como ocurría con todos sus hermanos de los discos anteriores, “Tempus Vernum” es un de las mejores composiciones del disco.
“Deora Ar Mo Chroi” - Sin solución de continuidad el corte anterior enlaza con esta preciosidad cantada en gaélico con un arreglo vocal casi al cien por cien acompañado sólo por unos tenues fondos electrónicos. Se puede apreciar, en general, una cierta mesura en el uso de los recursos que acerca mucho más el sonido del tema (y, en general, del disco) al de “Watermark” que a los que aparecieron más tarde.
“Flora's Secret” - El clásico vals que nunca falta en los discos de Enya tiene, nuevamente, un arreglo sencillo: la voz en primer plano, los coros en segundo y las cuerdas dibujando el ritmo de toda la pieza con unas percusiones puntuales en la segunda mitad de la misma. Un corte previsible que no aporta demasiado pero de escucha agradable aunque ¿de qué tema de Enya no se puede decir esto?
“Fallen Embers” - Otro elemento que no suele faltar en los discos de nuestra artista es el “lied” en el que su voz se enfrenta al piano. Somos laxos en la definición porque todo lo que suena es electrónico pero la canción, en el fondo, es el clasico duo de piano y voz. Una preciosidad.
“Silver Inches” - Antes de entrar en el tramo final encontramos este breve instrumental de ritmo alegre con sonidos de clavicordio y cuerdas pellizcadas. Una miniatura de las que abundan en la discografía de la artista, muchas veces como “caras b” de los singles.
“Pilgrim” - Nueva balada de preciosa factura en la que podemos disfrutar de la voz de Enya sin demasiados aditivos. Buen momento para recrearse en ella, algo que muchas veces podemos dejar pasar abrumados por la exuberancia de los arreglos y sonidos que la acompañan. Insistimos en que la producción de este disco parecía buscar de forma intencional este sonido menos cargado, lo que es un acierto en nuestra opinión.
“One By One” - Los discos de Enya no son muy dados a las sorpresas pero esta canción podría entrar en esa categoría porque, a los habituales coros, cuerdas pellizcadas y juegos vocales se suma una melodía muy peculiar en el estribillo que rompe en cierto modo, la linea habitual de la artista. Es una diferencia muy sutil, inapreciable en cualquier otro artista pero que tratándose de la irlandesa, nos parece una novedad refrescante.
“The First of Autumn” - También tiene algo diferente este instrumental, empezando por la introducción que sería una especie de versión acelerada de los que se escucha normalmente en las piezas en latín de la artista. Con un ritmo muy vivo (a veces sincopado) durante todo el tema, Enya nos muestra una pieza que, al margen de los sonidos, es bastante distinta de lo que venía ofreciéndonos hasta ahora. El tema no aparecía en la edición americana del disco aunque sí en las de la mayor parte de los países. Eso, unido a la corta duración total del trabajo, también fue criticado por muchos.
“Lazy Days” - Cierra el disco un tema algo más enérgico, de nuevo con reminiscencias de piezas de “Watermark” como “Storms in Africa” aunque sin llegar a la excelencia de aquella.
Planteábamos una duda al principio de la entrada que casi hemos ido respondiendo nosotros mismos mientras la escribíamos. Nos parecía extraño que la crítica empezase a afirmar que Enya siempre hacía el mismo disco, justo en este momento (cuando, nosotros pensamos que esto ocurría ya mucho antes). Lo que ocurre en “A Day Without Rain” no es exactamente que suene igual que los anteriores sino que regresa, intencionadamente o no, a un sonido más próximo a “Watermark” que a los discos posteriores a éste. La diferencia estriba en que donde los demás veían estancamiento, nosotros apreciamos una búsqueda consciente de un sonido más sencillo, más adecuado para unas nuevas composiciones que encontramos muy superiores en general a las del disco anterior, disimuladas en ese caso por la producción del trabajo, mucho más abrumadora y recargada pero ya habrá ocasión para hablar de “The Memory of Trees” más adelante. En la siguiente entrada del blog daremos un salto hasta el presente para hablar de lo más reciente de Enya que apareció apenas dos meses atrás.
Os dejamos con un tema que sólo apareció en la edición del disco en algunos países y como "cara b" del singles "May it Be" que formó parte de la banda sonora de la primera entrega de "El Señor de los anillos" meses más tarde: