Epílogo a un verano

Por Francisco Enrique Perez Ruiz-Poveda @PATXIPE

Uno de Septiembre y parece, al menos es el sentir de este vecino del mundo, que ya se ha clausurado el verano, y lo que es peor aún, sin la banda sonora del "Final del verano" del Dúo dinámico.Un agosto que se puede resumir con un Plácido Domingo  que han intentado, no se sabe bien  en realidad quiénes pueden estar detrás, que entre en barrena y que las élites de ese mundo, al que él ha puesto durante muchos años su banda sonora operística, se resisten a dejarlo caer, no vaya a ser el preludio de un efecto mariposa que ponga en solfa todo su mundillo de oropeles y aparentes buenas maneras.Un mes, este agosto que acaba de morir, en el que hemos aprendido inglés, al menos a decir “Open Arms”, y sueco, a hacerse el, como lo están haciendo  la gran mayoría de países que integran la Comunidad Económica Europea y su actitud con el problema de la gente que llega huyendo en todo tipo de objeto supuestamente flotante.Un mes canicular por excelencia que sin embargo, al menos sentido por este vecino, lleno de frialdad no solo en lo concerniente al “comportamiento europeo” con respecto a un problema humanitario, sino también a ese ir y venir de la Familia Real para visitar a Juan Carlos I tras su triple bypass. No se si será esa foto de la Familia Real perfecta, perfectísima, y sin "fotochop", ante las puertas del Quirón (del que se resalta ya más el nombre propio que el que sea un hospital), o el hecho de "estar de visita”, incluida la reina emérita.

Uno, que es muy mal pensado, y cada año que cumple lo es más, no puede dejar de preguntarse a quién le habrá tocado el pasarse muchas horas al lado del convaleciente. Más que nada porque así se sabría si lo ha hecho por cariño o por el vil metal. Llámenme cotilla, pero el que esté libre de pecado que tire la primera piedra…*FOTO: DE LA RED