Son palabras de Mario Vargas Llosa en su columna de este día en El País. Parecen escritas con un único destinatario, pero déjenme aclarar que no fueron redactadas para nuestra nación, son parte de su historia sobre documental que realizaron a Sebastián Marroquín, seudónimo del hijo del fallecido capo colombiano Pablo Escobar, quien hoy vive alejado del narco en la Argentina.
Palabras fuertes sin duda que deben tomarse en cuenta por nuestro actual líder, un presidente de México requiere de un equipo de asesores que le ayuden a contemplar las mejores opciones para mejorar al país y escoger la o las que mejor puedan funcionar, dirigir un país no es tarea individual, y desgraciadamente en México no se sabe trabajar en equipo y he aquí los resultados: Un país asfixiado por la violencia y por una débil economía que degrada e invalida al mexicano.
En el libro de Rafael Loret de Mola que les platicaba esta misma semana, viene la entrevista que le realizó a Norberto Rivera Carrera y según este último le aconsejaba de esta forma a Felipe Calderón cuando discutían sobre la guerra al narco que proponía nuestro presidente:
“Para ser efectivos, señor -continuó el cardenal en esa ocasión-, es necesario tener en cuenta cuatro elementos de la mayor importancia: primero, tener amplios conocimientos sobre la expansión del mal y la consiguiente magnitud de sus entresijos; segundo, evitar confrontaciones callejeras para no convertir a los comunes, indefensos, en rehenes de la violencia sorda; tercero, es indispensable contar con una red de inteligencia, lo suficientemente extendida para poder atacar los enclaves soterrados, incluso dentro de las instituciones y cuarto, acaso la condición más importante, no caer en las tentaciones que prohíja la ambición desmedida. El dinero fácil es, sin duda, el mejor recurso de las mafias“.
A la luz de estos tres años puedo señalar que de la primera recomendación el presidente tenía solo una idea incompleta, esto lo llevó a declarar la -imposible de ganar- guerra al narco y ya van muchos inocentes víctimas del fuego cruzado, no tuvo la capacidad de establecer una red de inteligencia y en su equipo y en muchos funcionarios públicos de primer nivel la ambición sigue siendo desmedida.
A la luz de estos tres años le pregunto al presidente de México ¿Que carajos haces Felipe? ¿Porqué has permitido que el país se estanque y no has roto con las mafias políticas? Supongo que te quisiste ir “por la fácil” y sacaste al ejército a las calles a detener narcos, cuando lo que debiste hacer era evaluar las recomendaciones que Norberto y otros líderes de nuestro país te hicieron, pero no, te valió madres, te ganó el ego y quisiste pasar a la historia como Felipe el grande, siendo que te estás forjando un epitafio de verguenza: “Aquí yace Felipe el pendejo, el alcohol y su incapacidad de hacer equipo le impidió gobernar México“.
Por último, lejos estoy de querer avalar al PRI cuando le reclamo a Felipe sus errores y omisiones, que va, las mafias del PRI son el mayor culpable de nuestra situación, así que necesitamos un próximo presidente que no acarree las corruptelas priístas, necesitamos un presidente que venga de otro partido o si llega uno del PRI soñar con el milagro de que pueda darle la espalda a los dinosaurios de la política.
¿Será posible? ¿Se vale soñar?