Equilibra aptitud con actitud

Por Vivaconproposito

¿Qué son la Aptitud y la Actitud?

La aptitud es la capacidad de conocimiento y las habilidades de una persona; mientras que la actitud tiene que ver con la forma de pensar y sentir del individuo.

Desde que nacemos y empezamos a crecer, nos enfrentamos a todo tipo de conocimientos técnicos sobre matemáticas, historia, literatura, física, química… invirtiendo muchos años en formar nuestras aptitudes en un sentido meramente intelectual.

El autor, Zig Ziglar, explica en su libro, “Te veo conquistador”, que “La actitud es más importante que la aptitud… A pesar de la abrumadora evidencia que apoya la importancia de una actitud mental correcta, nuestro sistema educacional desde el Jardín de Niños hasta llegar a la escuela de graduados ignora virtualmente este factor vital en nuestras vidas. El noventa por ciento de nuestra educación está dirigido a adquirir conocimientos con solo un diez por ciento de nuestra educación dirigida a nuestros “sentidos”—o actitudes”.

La universidad de Harvard realizó un estudio y confirmó que las personas que alcanzan el éxito (en metas, logros, promociones, etc.), debían un 85% a la actitud y solamente un 15% a la aptitud (habilidades técnicas); es decir para conseguir lo que realmente deseamos, es necesaria una actitud adecuada, más que los conocimientos técnicos.

Estos números son realmente increíbles, cuando nos damos cuenta de que la parte “pensante” es solamente un 10 o 15% de los “sentimientos” en el cerebro.

El autor Ziglar también indicó que William James, el padre de la psicología americana, estableció que el descubrimiento más importante de nuestros tiempos es el que nosotros podemos cambiar nuestras vidas al cambiar nuestras actitudes.

Y conforme pasa el tiempo todo parece indicar que nos recetan más y más tecnicismo y menos desarrollo de actitud. Entre más trabajo con personas en su fase educativa, más me convenzo de esto.

Siempre que visito un centro educativo, estos se ostentan de las muchas orientaciones nuevas que los destaca; enseñan 20 idiomas, 15 derivaciones de la química o la filosofía, otras 20 ramas de la historia o leyes, un sin número de cursos extras para inducir a los niños en el liderazgo, escolares de cortísima edad que estudian mercadeo, política o matemáticas complejas. Con quizás algo de suerte he encontrado centros educativos que refuerzan el deporte competitivo y la disciplina militar, también promueven los trabajos extraclase que entretiene a las pequeñas criaturas entre complejas investigaciones y aprendizaje de toneladas de aplicaciones. Algunos de ellos te garantizan inclusive que tus hijos saldrán certificados y visados como parte de sus honores de graduación.

Pero bien, quizás exagero un poco y no niego que todo esto, en una medida racional, pretende un apremiante beneficio de las aptitudes que no puede menospreciarse. Pero realmente es importante notar que estos escenarios son insuficientes para el desarrollo de las actitudes.

Pegunto yo ¿No debería reevaluarse el currículo de enseñanza e incluir más asignaturas para el “desarrollo de la actitud”?

En definitiva, es imperante equilibrar nuestra actitud sobre nuestra aptitud. En otras palabras, primero debemos cultivar y dominar nuestros pensamientos, emociones y sensaciones los que responderán automáticamente y con máximo desempeño, a nuestra percepción de los estímulos externos.

La actitud positiva

Investigando me he encontrado una ecuación que creo nos podría ayudar a entender mejor lo que necesitamos respecto a la actitud para triunfar en los campos que queramos en nuestra vida:

Actitud positiva + acción = Actitud Constructiva.

La actitud positiva nos proporciona energía para derribar los obstáculos que encontremos en el camino, pero la actitud constructiva es un paso más allá, es dejarse de palabras bonitas y pasar a la acción, es lograr que las cosas se hagan, es aceptar el reto de hacer cosas.

Hablar es fácil, lo podemos hacer todos, pero construir es lo que aporta valor agregado a nuestra vida. Es lo que hacen los que quieren llegar a sus objetivos .La actitud constructiva, nos aportará el poder de la acción, fundamental para alcanzar el éxito.

Entonces, la aptitud y la actitud se combinan para aplicarse a alguna acción específica en un tiempo determinado. Sin embargo aún individuos con un buen nivel de aptitud y con la actitud correcta, no realizan lo que desean justificando la falta de oportunidades. Y aunque es verdad que las oportunidades en muchas ocasiones son limitadas, podemos considerar que la unidad de oportunidad básica es el tiempo, y éste es el mismo para todos; es decir todos tenemos las mismas 24 horas por día, aunque sabemos que no todos las usamos de la misma manera.

Si nos lo proponemos, todos podemos intentar cualquier objetivo una y otra vez, las veces que sea necesario hasta conseguirlo. No siempre es sencillo, “si las cosas que valen la pena fueran fáciles, cualquiera las haría”.

Si podemos aprender y/o modificar la manera de pensar, podemos mejorar el cómo nos sentimos y por lo tanto nuestra actitud. Al tener una mejor actitud, obtendremos más eficiencia de nuestras aptitudes, lo cual se traduce en un mejor comportamiento favoreciendo el desarrollo de un círculo virtuoso. Por el contrario, una actitud negativa ocasiona que el comportamiento sea malo o inferior, lo cual conllevará a un círculo negativo del mismo proceso.

La aptitud es algo externo, pero la actitud es algo que nace en tu interior.

“Tu actitud no tu aptitud es la que determinara tu altitud.” Zig Ziglar

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