Equipos Históricos: Holanda 1988, la única que alcanzó la gloria

Publicado el 22 junio 2012 por Marianofusco

En plena disputa de la Eurocopa 2012 en Polonia y Ucrania, el seleccionado holandés ya ha quedado eliminado, siendo uno de los fracasos más rotundos. Así es que el equipo que alzó el trofeo en 1988, de la mano de figuras como Ruud Gullit, Marco Van Basten y Frank Rijkaard, entre otros, sigue firme en el inconsciente colectivo de los futboleros.

Solamente ocho selecciones disputaron aquel certamen en la que todavía era la República Federal de Alemania: El combinado local; Unión Soviética; Italia; Inglaterra; Dinamarca; España; Irlanda y Holanda.

Hasta ese momento el equipo “Naranja” no cosechaba título alguno a nivel mayores y no dejaba de extrañar a la generación que consiguió los subcampeonatos mundiales en 1974 y 1978.

El 12 de junio en Colonia, el candidato de muy pocos se presentaba ante la poderosa Unión Soviética, equipo sensación dos años antes en la Copa del Mundo de México. Fue 1 a 0 para los soviéticos con gol de Rats a los siete minutos de la segunda parte.

Gullit y Van Basten festejan el título en 1988

Luego fue el turno de enfrentar a Inglaterra en Düsseldorf tres días después. Fue ese el día que comenzó a explotar un verdadero equipazo. El triunfo por 3 a 1 con tres goles de Van Basten capturó la mirada del mundo futbolero, alerta de que algo se estaba gestando. Uno de los mejores centrodelanteros de los últimos tiempos se ganaba un lugar en el histórico Milan de Arrigo Sacchi junto a Gullit y Rijkaard desplegando toda su jerarquía en pleno suelo germano.

El 18 de junio, en Gelsenkirchen, Holanda selló su pasaporte a las semifinales al ganarle 1 a 0 a Irlanda con gol de Kieft a ocho minutos del final del encuentro.

Los dirigidos por Rinus Michels optaron por no conformarse con estar entre los cuatro mejores de Europa y el 21 de junio en Hamburgo dieron el primer gran golpe al eliminar a la Alemania de Lothar Matthaus por 2 a 1 y sacar pasaje sin escalas a la gran final. Ronald Koeman, el histórico líbero y el temible goleador lo hicieron posible.

Por la otra llave, la Unión Soviética había eliminado a Italia, por lo que no habría “equipos grandes” en el partido decisivo. Ni siquiera campeones del mundo. Pero no por eso la final perdía interés, eran dos equipos que generaban una gran expectativa por su estilo de juego frontal, carente de especulaciones.

El 25 de junio, en el Olímpico de Múnich, se volvieron a encontrar luego del debut de ambos en la fase de grupos. Pero la historia sería totalmente distinta, ya que los holandeses borraron del campo de juego a sus rivales y lo plasmaron en el marcador a los 32 del primer tiempo con un violento cabezazo de Gullit.

Hasta que Carlos Bianchi bautizó a Martín Palermo como el “optimista del gol”, ese mote tal vez le haya correspondido como a pocos, a Marco Van Basten, quien sin dejar que la pelota toque el piso, impactó el balón con una volea furibunda y puso de manera espectacular el 2 a 0 final.

Locura naranja en Alemania y Europa a sus pies. Esa misma generación de futbolistas llegaron, dos años después, como grandes candidatos a la Copa del Mundo de Italia 1990, pero su actuación fue decepcionante, ya que quedaron eliminados en octavos de final a manos de Alemania Federal, a la postre, ganador del torneo.

Integrantes del equipo levantan en andas a Rinus Michel, artífice del equipo

Hoy, una generación que trata de emular a sus antecesores, lucha por repetir aquella historia. Por ahora, sin éxito.