También es importante destacar que esta es una antología que nació gracias al esfuerzo de sus integrantes y la colaboración de muchas personas en el crowdfunding, un método que ha dado muchas alegrías en este país.
El prólogo es de Carlos Sisí, que actúa como reclamo y nos abre las puertas a un mundo de inocente miedo. ¿Y los relatos? Como en cualquier antología, con sus altibajos, aunque creo que la selección final obtiene buena nota. Menciono a continuación la opinión de cada uno.
-El lobito infectado de Voro Luzzy. Un breve poema homenaje a José Agustín Goytisolo y su “Lobito bueno” que encajaría mejor como prólogo. -Zerilla de Joe Alamo. Como siempre en este autor, una visión particular y muy distinta a lo que estamos acostumbrados. Uno de los mejores relatos de la antología.-Ricitos de oro de Athman M. Charles. Aquí la sangre pulula a sus anchas, y cierta idea turbia delata a su autor, que nos ofrece una versión de Los tres cerditos muy acorde a lo que se pide.-Caperuzita Roja de A.M. Caliani. En esta historia he llegado a poner cierta mueca de asco, y esto en una antología de zombies siempre es bueno. -Juan y las habichuelas mágicas de Juan de Dios Garduño. Mira que me gusta este autor. He disfrutado con sus novelas, y no dejo de recomendar su Camino de baldosas amarillas. Pero este relato me ha parecido horrible, fuera de lugar y puesto en la antología más por su renombre que por el merecimiento de la historia. Deberé reelerlo porque me sorprende mucho el sinsabor que me ha dejado. -El Sastrezillo Valiente de Daniel Gutiérrez. Buena historia, bien narrada aunque demasiado breve. Cumple con lo que se pide, y eso es para remarcar.-Los Tres Zerditos de Tony Jiménez. Esta historia me ha gustado mucho porque destila infancia por todas partes, gamberrismo, sangre y pólvora. -Hanzel y Gretelz de Marta Junquera. Uno de los cuentos con los que más me he divertido, manchados por el terror que pide la antología y con un sabor final agradable.-La Bella y la Bestia de Carolina Márquez Rojas. En mi opinión, el mejor relato de toda la antología por su originalidad, su mensaje escondido, el aura de terror, la caracterización de los personajes, la reescritura del mito. -La Manzana de Ana Martínez Castillo. Una historia ascendente, con tintes deprimentes que termina por enganchar. -Ariadne y Barba Azul de Miguel Ángel Naharro. Historia violenta con moraleja, crítica social y amenaza para aquellos que se pasen de la raya.-Zetanocho de Julián Sánchez Caramazana. Un cuento muy corto, en mi opinión demasiado pues la historia podía dar mucho más de sí. Sin embargo, bien escrito y con la dosis de terror requerida.-La Zirenita de Victoria Vilchez. El colofón de la antología, un relato que sin destacar cumple a la perfección con lo que se le pide.
Así que tenemos ante nuestras manos una recopilación de relatos bien trabajada, finamente maquetada, con muy buenos artistas y que cumple lo prometido. Siempre existen altibajos, pero en Érase una vez apenas se notan.