Autor: Nick Hornby
Edición: Ediciones B, Barcelona 1999
«Will Freeman, soltero y de treinta y seis años, tiene dinero suficiente para vivir sin trabajar y disfruta de mucho tiempo libre. No siente ninguna necesidad de procrear, pero ha descubierto que los hijos democratizan a las mujeres hermosas y esto ha despertado su interés por las madres solteras o separadas. De modo que se apunta a un grupo de autoayuda al que sólo asisten padres -pocos- o madres -muchas- separadas: el SPAT. Para ello, naturalmente, debe fingir que tiene un hijo. Pero, poco importa, a Will se le da bien contar mentiras. Marcus no tiene padre ni amigos, sus estudios no van bien y tampoco recibe demasiada ayuda de su madre. Cuando conoce a Will, cree haber hallado en él al sustituto del padre ausente. Sin embargo, ¿cómo puede Will, un completo inmaduro, cumplir las funciones de progenitor?» (de la contraportada).
Hornby no me hace reír. No lo hizo con Alta fidelidad, ni tampoco lo ha hecho con este libro. Sí sonreír y soltar un par de carcajadas, porque el autor es ocurrente y tiene escenas y conversaciones bastante logradas. Que, oye, para pasar el rato no está nada mal. La tesis de que para ayudar a Marcus basta con un tipo (masculino) que le escuche y que esté ahí, aunque sea un inmaduro de manual, me parece muy interesante. Creo que, con los adolescentes, escuchar y estar funciona.