El erasmismo fue un movimiento de carácter religioso, cuyo fin era la renovación de una espiritualidad que había decrecido en los últimos decenios de la Edad Media. La obra de Desiderio Erasmo (1467-1536) ejerció una enorme influencia durante la primera mitad del siglo XVI, especialmente tras la Reforma luterana, ante la que se presentó primero como un esfuerzo de conciliación, y después como una alternativa. El año 1524, en el que Erasmo de Rotterdam se enfrentó a las tesis luteranas en su De libero arbitrio, marcó el paso entre una y otra actitud.
Pero el erasmismo fue también un movimiento cultural, político y filosófico, y tuvo en España una enorme difusión, especialmente entre 516 y 1559.
En Erasmo influyó la orden de los Hermanos de la vida común, y en España estuvo favorecido por los judíos conversos del siglo XV, la tendencia contemplativa de la Orden de los Jerónimos y las críticas populares a la inmoralidad eclesiástica.
ERASMO DE ROTTERDAM
La inmoralidad del clero era notoria desde finales del siglo XIV, con simonías o ventas de cargos eclesiásticos, desde el obispado al papado. En Roma existieron más de 6.000 prostitutas, y la venta de oficios, beneficios, bulas e indulgencias era escandalosa. Las órdenes monásticas eran algo más ejemplares, pero también merecedoras de reforma. Y en ellas comenzaron las reformas del cardenal Jiménez de Cisneros (1436-1517), que reformó la Orden franciscana, fundó la Universidad de Alcalá de Henares, e impulsó la Biblia Políglota.
Los franciscanos se habían dividido en conventuales y observantes, viviendo los primeros de sus rentas, y siendo fieles los segundos al voto de pobreza. Cisneros quitó a los conventuales sus monasterios, instalando en ellos a los observantes; lo que motivó el acercamiento de estos frailes al erasmismo, e incluso al evangelismo luterano. Cisneros favoreció además las reformas de los dominicos, benedictinos y jerónimos.
Dejó subordinada la Universidad de Alcalá de Henares al Colegio de San Ildefonso, cuyo rector lo era también de la universidad. Los primeros colegiales datan de 1508, aunque los estatutos de la universidad, a imitación de los de París, no se promulgaron hasta 1510. Esta universidad no tuvo Facultad de Derecho, porque Cisneros pensó que las de Salamanca y Valladolid eran suficientes. Pero dio mucha importancia a la Teología, con estudio directo de la Biblia. Se introdujo en esta universidad la doctrina de Duns Scoto, y cierto nominalismo, que en aquellos años compartía con el tomismo la primacía en las universidades europeas. La Biblia se estudió en hebreo y griego.
JIMÉNEZ DE CISNEROS
El latín se estudiaba en la cátedra de Retórica, ocupada entre 1509 y 1513 por el humanista Hernando Alonso de Herrera (1460-1527), nacido en Talavera de la Reina y muerto en Salamanca, donde fue catedrático también. Su obra filosófica principal es Disputatio adversus Aristotelem Aristotelosque secuaces (1517), dedicada a Cisneros, donde discute si las oraciones son cantidades discretas, así como las de lugar, cuerpo y tiempo. Y son ocho diálogos, a cargo de Juan Versor, Boecio, Mártir de Anglería, el Comendador Hernán Núñez, Juan Mair, San Alberto Magno, Pedro Hispano y Aristóteles. Sostiene que no son categorías las oraciones, ni el cuerpo, lugar y tiempo; sólo el número. Su objetivo fue favorecer el erasmismo, sin ser enemigo del aristotelismo. Escribió también Tres personae: brevis quaedam disputatio de personis nominum, prononimum et participoram adversus Priscianum gramaticum(1496).
La Biblia Políglota (1514) fue obra de un esfuerzo colectivo, y comprende seis tomos: los cuatro primeros referidos al Antiguo Testamento, el quinto al Nuevo y el sexto incluye vocabularios hebreo y caldeo, un diccionario latino-hebraico y una gramática hebrea. Los conversos Alfonso de Zamora, Pablo Coronel y Alfonso de Alcalá fijaron el texto hebreo y caldeo; Demetrio Ducas, Juan de Vergara, Diego López de Zúñiga, Hernán Núñez y Antonio Nebrija se ocuparon de los códices griegos.
ANTONIO DE NEBRIJA
Antonio Martínez de Cala y Jaraba de Hojo, Elio Antonio de Nebrija (1442-1522) nació en Lebrina, (Sevilla) y murió en Alcalá de Henares. Estudió en Salamanca y Bolonia, y fue profesor en Sevilla (1443), Salamanca (1476-1488) y Alcalá de Henares (1513-1522). Sus obras principales son Lexicon latinum et hispanum, Introductiones latinae explicatae, Gramática castellana, Gramática latina, Lexicon iuris civilis, Quinguagenae locorum scripturae, De liberis educandis, Dicta philosophorum carminibus latinis reddita, Historia de la guerra de Granada e Historia de los Reyes Católicos.
Fue precursor del erasmismo, conocedor de Lorenzo de Valla y discípulo de Pedro de Osma. El inquisidor general fray Diego de Deza confiscó sus papeles, alarmado por sus investigaciones sobre el texto bíblico. Tuvo también problemas con los eruditos de Alcalá de Henares, pues se le pedía que revisase la Vulgata sin confrontarla con los textos hebreos, caldeos y griegos.
Al lado de los erasmistas tuvo también importancia, durante los años 1519 y 1529, el movimiento de los alumbrados, con centro en el palacio renacentista de los Mendoza en Guadalajara, por lo que no hay que confundirlos con los que hubo, a finales del siglo XVI, en Llerena (Badajoz), Jaén y Córdoba. Influyeron hasta Valladolid y Toledo, y también en Santa Teresa de Jesús y Francisca Hernández.
El movimiento partió pues de los Mendoza de Guadalajara, conversos, y sus denunciantes fueron cristianos viejos. Fueron autodidactas, por lo que los inquisidores los tacharon de idiotas y sin letras. Pero también hubo entre ellos un grupo urbano y palaciego de fina sensibilidad y sutileza. Fueron a la vez anárquicos y aristocráticos, y su mejor representante fue Juan de Valdés (1509-1541).
Al igual que los recogidos proponían una vía mística de unión con Dios, basada en el amor desinteresado y en la experiencia personal; pero esta mística terminaba en los alumbrados en inacción y quietismo, dejamiento, mientras en los recogidos entraña una atención a Dios cargada de doctrina.
Los alumbrados despreciaban las obras externas, que consideraban ataduras; y los recogidos las consideraban medios de unión con Dios. Los alumbrados no rezaban en voz alta, los recogidos sí. Los alumbrados rechazaban la autoridad de los teólogos, y creían que el amor de Dios en el hombre es Dios; con lo que llegaron a la doctrina de la impecabilidad, y a un teocentrismo en el que desaparece el carácter mediador de Cristo, por lo que no aparece en ellos la doctrina del cuerpo místico de Cristo, núcleo del erasmismo. Se les tuvo por sexualmente desordenados por sus teorías sobre el Ágape cristiano y la libidinización del eros platónico; pero entre ellos no se produjo ningún caso de inmoralidad.
Pertenecieron a este movimiento Isabel de la Cruz, amiga de los duques del Infantado y de la burguesía de Guadalajara; Pedro Ruiz de Alcaraz, contador y predicador laico, criado en el palacio del Infantado y paje de Juan Valdés en el castillo de Escalona; María Cazalla, instruida por Isabel de la Cruz; y Gaspar de Bedoya, clérigo de Pastrana.
En realidad, durante este tiempo erasmismo, franciscanismo e iluminismo se confundían, pues Erasmo de Rotterdam tuvo más influencia en España que en otras naciones, dada la corrupción del clero. La fornicación fue tan grande que el obispo Francisco de Bobadilla prohibió que sus hijos bastardos y espúreos les sirvieran en la Iglesia (1537). Fray Pablo de León dice que todas las catedrales y colegiatas estaban amancebadas, y fray Francisco de Osuna llama a los obispos obispotes, llenos de buenos bocados, y usando las limosnas en soberbia y lujuria.
Volviendo a Erasmo se tradujeron sus obras en muchos lugares, siendo las más conocidas las de Diego de Alcocer, Diego López de Cartagena, Alonso Fernández de Madrid, Alonso de Virués y Luis Mexía. La reforma erasmista fue más mental que de costumbres, pero divulgó la figura de Cristo como arquetipo de perfección humana.
DIEGO LÓPEZ DE ZÚÑIGA
Diego López de Zúñiga (1510-1564), colaborador en la Biblia Políglota, encontró errores en la traducción que Erasmo hizo del Nuevo Testamento, y escribió Annotaciones contra Erasmum Roterodamun (1520), a lo que Erasmo contestó en su Apología, originándose una disputa descortés entre ambos.
El franciscano Luis de Carvajal (n. 1500) defendió a las Órdenes religiosas, tan atacadas por Erasmo, en su Apología monasticae professionis diluens nugas Erasmi (1528), a la que contestó también Erasmo en Adversus cujasdam febricitatem libellum. Pero Alcalá de Henares y Sevilla fueron focos de erasmismo con multitud de autores y escritos. La propia Corte real fue muy erasmista, con Alfonso de Valdés como ejemplo. Y fueron igualmente erasmistas Juan Luis Vives, Juan de Vergara, Luis Núñez Coronel, Cristóbal de Villalón, Andrés Laguna, Juan Maldonado, Bernardino de Tovar, Pedro de Lerma, Miguel de Egía, Mateo Pascual, fray Alonso Ruiz de Virués, los hermanos Valdés, etc.
Los enemigos de Erasmo consiguieron que se celebrara en Valladolid en 1527 una junta de teólogos que pusiera en duda la ortodoxia de Erasmo. Pero Erasmo salió fortalecido, proliferando durante cinco años más las traducciones de sus obras. Tras la muerte de Erasmo en 1536, se produjeron procesos contra erasmistas como Juan de Vergara, María Cazalla, Bernardino Tovar, Miguel de Eguía, fray Alonso Virués, etc., pero sólo se consiguió un erasmismo más cauto entre 1536 y 1566. Paulo IV manifestó hostilidad contra los spiritualli, pero en España sólo influyó en represiones contra luteranos e iluminados.
En 1588 la Inquisición persiguió núcleos pietistas en Valladolid, Salamanca; Palencia, Zamora, Toro, Logroño y Sevilla, y murieron en la hoguera Francisca de Chaves, Lulianillo Hernández, Juan Ponce de León y Agustín Cazalla. Paulo IV delegó en el Inquisidor general Valdés poderes contra obispos, arzobispos, patriarcas y primados pietistas.
BARTOLOMÉ DE CARRANZA
El caso más resonado de esta persecución fue el del arzobispo de Toledo Bartolomé Carranza, porque Melchor Cano denunció sus Comentarios sobre el Catecismo christiano, publicado en 1558, en el que los censores encontraron dos mil proposiciones heréticas, por lo que su autor estuvo preso 17 años; declararon igualmente herético un lenguaje paulino, por el sólo hecho de parecer luterano; al final se declaró herético al catecismo, y a su autor sólo sospechoso de herejía; pero se le sacó de la cárcel viejo, enfermo y achacoso, por lo que murió poco después; y todo lo que contenía el Catecismo eran doctrinas e ideas aceptadas por el Concilio Vaticano II.
Con igual rigor se prohibieron, en el Catalogus librorum qui prohibentur, obras del beato Juan de Ávila, San Francisco de Borja y fray Luis de Granada. De acuerdo con las conclusiones del Concilio de Trento, clausurado en 1563, en 1969 apareció el Índice de libros prohibidos, y en 1571 el Index expurgatorius librorum qui hoc saeculo prodierunt privó a Erasmo de sus proposiciones más originales. Con todo se prolongó la influencia de Erasmo, encontrándose erasmismo hasta en el Quijote y Los nombres de Cristo de fray Luis de León.
ALFONSO VALDÉS
Los hermanos Alfonso y Juan de Valdés son los mayores erasmistas españoles, Alfonso en Diálogo de las cosas ocurridas en Roma (1528) y Diálogo de Mercurio y Carón (1529), y Juan en Diálogo de la doctrina cristiana (1529), pues el resto de sus obras son más bien iluministas.
Alfonso de Valdés (1490-1532) nació en Cuenca, y debió estudiar en Alcalá de Henares. Desde muy joven Pedro Mártir de Anghiera le inició en las humanidades y estudios literarios. En 1520 acompañó a Carlos I a su coronación en Aachen, y en 1521 a la Dieta de Worms. En 1521 era escribiente de la Corte de Carlos I, desde 1522 secretario de la cancillería imperial, y en 1524 registrador y contrarrelator. En febrero de 1526 fue nombrado latinista oficial, con salario de 100.000 maravedíes anuales, encargado de la correspondencia romana e italiana. Ascendió enseguida a secretario imperial, muy ligado al canciller Mercurino de Gattinara. Cuando en 1529 la Corte abandona España, Alfonso Valdés la acompaña, conservándose cartas suyas fechadas en Piacenza, Bolonia, Mántua, Innsbruck y Augburgo, donde mantuvo conversaciones con Melanchthon, durante los días de la Dieta de Augsburgo. Las conversaciones con los protestantes fracasaron cuando el prestigio de Erasmo había decaído en Europa, especialmente en Bélgica, Francia y Roma. Los erasmistas pusieron entonces sus esperanzas en la convocatoria de un Concilio ecuménico, pero se declaró la peste en Viena, y la Corte huyó, muriendo Alfonso Valdés en 1532.
Diálogo de las cosas ocurridas en Roma es una conversación entre Lactancio, caballero de la Corte, y el Arcediano del Viso, en la plaza de Valladolid; en la primera parte se intenta salvar la responsabilidad directa del Emperador en la toma de Roma, y la segunda trata del carácter providencial de esta intervención. Mientras Diálogo de Mercurio y Carón es una justificación de la política imperial en sus rivalidades con Francisco I de Francia, Enrique VIII de Inglaterra y el Papa Clemente VII, denunciando las actitudes de los eclesiásticos en el mundo temporal, criticando la religiosidad intolerante y señalando como imperio ideal el que tiene como propósito la fraternidad de todas las naciones cristianas, regidas por el emperador.
En 1531 escribió desde Bruselas la carta de felicitación a los católicos suizos por la victoria sobre Zwinglio. La importancia pues de ambos Diálogosson los predicadores, frailes, obispos, reyes, monjas, cardenales y duques, criticando la sociedad de la época; con la curiosidad de que la mayoría de los eclesiásticos se condenan por haber predicado una religiosidad falsa, externa, basada en ceremonias y cultos, mientras las gentes sencillas se salvan trabajando en su oficio honesta y caritativamente.
Una de las características principales del erasmismo es la crítica de la corrupción y abusos de la Iglesia católica, enlazando con la reforma cisneriana, que tenía la misma intención. La Corte papal se había paganizado, predominando en ella la inmoralidad, la ambición y la codicia, y esta situación era propia de toda la cristiandad. Las alusiones a los clérigos amancebados es constante en los dos Diálogos.
Alfonso de Valdés entiende el cristianismo como una religión de amor y concordia entre los hombres, y considera nociva la guerra no sólo por sentimiento cristiano, sino por contraria a la naturaleza humana. En el Diálogo de Mercurio y Carón identifica la buena conducta con la voluntad de Dios, y llama camino real a seguir la voluntad de Jesús, pues ideal de Cristo fue que sus súbditos no se identifiquen por nada externo, sino por la actitud interior, que es de caridad para todo y con todo.
El Diálogo de la doctrina cristiana, de Juan de Valdés, se desarrolla entre un sacerdote ignorante, Antonio, un religioso sabio, Eusebio, y fray Pedro de Alba, arzobispo de Granada, fallecido recientemente, a quien Juan de Valdés confía la enseñanza de las verdades de la fe cristiana. La idea que se va desprendiendo de las enseñanzas del arzobispo es la de un cristianismo interior en el que se presta especial atención a la fe justificante, como se demuestra en la interpretación del Credo, donde Juan de Valdés sigue casi literalmente el coloquio Inquisitio de fide de Erasmo; exalta al varón espiritual, y confronta la fe-certidumbre y la fe-confianza, con primacía de la segunda, a la que identifica con la fe viva. Cristianismo es entrega al bien, y erasmismo vuelve a ser la crítica de los hermanos Valdés a la devoción a las imágenes, oración verbal, censura de los clérigos, reliquias, confesión auricular y misa oída sin devoción. El alma cristiana es templo, y eje del cristianismo interior es el cuerpo místico, considerarnos miembros de un solo cuerpo, cuya cabeza es Cristo.
En el siglo XVI la política era religiosa, aunque erasmista. En Erasmo se inspiró Carlos I, y erasmistas fueron los altos clérigos y teólogos de su reinado.
El erasmismo gira en torno al ser humano: su función en el mundo, su deber, su relación con los demás. Y la espiritualidad que predican supone una actitud experimental ante los valores religiosos.
ANDRÉS LAGUNA
Andrés Laguna (1499-1559) fue médico helenista, farmacólogo, botánico y humanista, conocedor de Italia, doctor honoris causa por Bolonia, hablante de seis idiomas, erasmista, avituallador del ejército imperial en Metz, mercader al tanto de la hacienda pública turca y pacifista.
Nació en Segovia, hijo de Diego Fernández Laguna, médico judeoconverso; estudió dos años de Artes en Salamanca, y en 1530 marchó a París, donde estudió medicina y se graduó en Artes en el Colegio de Francia, siendo discípulo de Pedro Danes, Jacques Toussaint y Juan Gédida en Artes, y de Silvio, Juan Winter y Juan Ruelio en medicina. Invitado por la Universidad de Köln pronunció el discurso Europa sese discrucians, defendiendo la unidad europea, y aludiendo a la paz. Estudió también lenguas clásicas, y leía en el original a Dioscórides. Regresó a España en 1536, manteniendo contactos con la universidad de Alcalá, y viajó a Inglaterra, viviendo algunos años en los Países Bajos y haciendo herbolarios en todos los lugares a los que iba, para comprobar las prescripciones de Dioscórides. Entre 1540 y 1545 residió en Metz, contratado como médico por la ciudad, y desde 1545 a 1554 permaneció en Italia, donde la universidad de Bolonia le nombró doctor honoris causa, y le honraron los papas Pablo III, que le nombró soldado de San Pedro, caballero de la Espuela Dorada y conde palatino; desde 1551 fue médico de Julio III. Estuvo hospedado en Venecia en casa del embajador español Diego Hurtado de Mendoza, humanista propietario de una nutrida biblioteca. Regresó a España a finales de 1557, tras tres años de estancia en los Países Bajos. Fue médico de Carlos I y Felipe II, logrando que Felipe II creara el Jardín Botánico de Aranjuez. Falleció en Guadalajara, y sus restos están depositados en Segovia, en la iglesia de San Miguel.
Trató temas literarios, históricos, filosóficos, políticos y médicos. Tradujo Materia médica de Dioscórides, con el título de Annotationes in Dioscoridem Anazarbeum (Lyon, 1554). En ella señala los errores cometidos por Ruelle. Consideró vigentes la teoría de los cuatro humores, pero se mostró escéptico respecto a la alquimia, rechazando cuanto no tuviera confirmación empírica; excepto lo referente a productos americanos, como el antisifilítico guayaco.
Sus obras principales son Europa heautentimorumene, De articulari morbo Commentarius (1551), Discurso breve sobre la cura y preservación de la peste (1556), Anatomia Methodus, sive de sectione humani corporis(1551); Methodus cognoscendi extirpandique excrecentes in vesicae collo corunculus (1551), Sobre la vida de Galeno, Tratado de pesos y medidas medicinales, Abecedario de los dogmas o sentencias de Galeno sobre Hipócrates, Viaje a Turquía (1557), etc.
Su libro más erasmista es Viaje a Turquía (1557), con repudio de las reliquias y simonías, tendencia realista y positivista, empírica y experimental.
JUAN LUÍS VIVES
Juan Luís Vives es el más importante del Renacimiento filosófico español, nacido en Valencia y muerto en Brujas (1492-1540). Fue judío converso, pues su padre fue quemado en 1526, y su madre Blanca March enterrada en 1508, y desenterrada y quemada en 1529. Desde 1507 a 1509 estudió en Valencia, pero los procesos de la Inquisición contra su familia aconsejó a su padre a mandarlo a París, donde llegó en 1511, y no regresó a España, aunque se le ofreció una cátedra en Alcalá de Henares en 1522, pues no sólo sus padres sino ascendientes paternos y maternos habían sido exterminados por el Santo Oficio, confiscándoseles sus bienes, quedando tres hermanas suyas en la más extremada pobreza. Con todo Juan Luis Vives predicó siempre el amor, la concordia y la pacificación. Vivió en el centro de los litigios de su tiempo, sin perder nunca la calma, tratando de comprender y conciliar.
Llegó a París en 1511, con 19 años, estudió en los colegios de Bauvais y Montaigu, siendo compañero de Luis Núñez Coronel, Gaspar Lax y Fernando de Enzinas, y discípulo de Dullaert, cuya vida escribió más tarde. Eran tiempos en los que había desaparecido la distinción entre lógica y metafísica, y de una sofística baladí, contra la que Juan Luis Vives redactó In pseudo-dialecticos, dirigido a su condiscípulo Juan Fort, en el que repudia a cuantos hacían de la filosofía una logomaquia de palabras incomprensibles. Concibe la metafísica como disciplina de lo real, y la lógica de lo formal. Terminados sus estudios parisinos en 1512 se instaló en Brujas, ciudad que consideró su patria, siendo preceptor de Guillermo de Croy (1517), uno de los flamencos que vinieron a España y acompañaron a Carlos I, siendo nombrado arzobispo de Toledo. En Brujas mantuvo correspondencia con Erasmo, Linacre, Tomás Moro, Guillaume Budé, Damián de Gois, Joäo de Barros, etc. Fue también preceptor de la familia española Valldaura, de judíos conversos, casándose con Margarita en 1524.En 1519 enseñó en la universidad de Lovaina, en amistad con Erasmo, que le asoció a la edición de las obras de San Agustín: revisando y comentando La ciudad de Dios, publicada en Basilea en 1522-1529, y retirada después por algunas frases erasmistas. En 1523 Enrique VIII le nombró preceptor de la princesa María Tudor, y lector de la reina Catalina de Aragón; protegido de Wolsey enseñó en el colegio Corpus Christi de Oxford, y publicó De institutione feminae christianae (1524) e Introductio ad Sapiantiam (1524). Desde mayo de 1526 a junio de 1527 residió de nuevo en Brujas, donde escribió De subventione pauperum (1525), De Europae dissidis et Republica(1526), De pacificatione (1529) y Quam misera esset vita christianorum sub Turca (1929). De nuevo en Lovaina escribió De disciplinis (1531), Exertitatio linguae latinae, De anima et vitae (1538), Diálogos sobre la educación y De Europeae statu et tumultibus. Muriendo en Brujas el 6.5.1540.
En De disciplinis examinó las causas de la decadencia de los estudios y establece los métodos adecuados para la reforma de la enseñanza. Es una enciclopedia de la época, dividida en tres apartados: 1) De corruptis artibus, 2) De tradendis disciplinis y 3) De artibus.
Criticó a Aristóteles con respeto, y fue precursor de Bacon en el uso de la inducción. En psicología escribió De anima et vitae (1538), separando psicología y metafísica, e investigando las manifestaciones del alma. En Tratado del alma distingue la ratio especulativa, cuyo fin es la verdad, y la práctica, dirigida al bien. Llamaba anticipaciones a una serie de informaciones naturales que recibimos de la existencia sensible. Distinguió los juicios naturales y artificiales, y cultivó las asociaciones de ideas, estudiando la memoria, el olvido y los temperamentos. Fue precursor de la psicología diferencial y de la orientación profesional. Dedicó el libro III de De anima al estudio de las pasiones, inspirándose en Santo Tomás de Aquino.
En Juan Luis Vives, mens y cogitatio ejercen una función similar al entendimiento y la razón de Kant, y senile y sensatum a fenómeno y númeno.
Es la gran figura del erasmismo español, es también avanzadilla de lo más típico del renacimiento: crítica de la autoridad, preocupación por el hombre, regreso a las fuentes clásicas, prédica de la observación y expresión, espíritu crítico y curioso, precursor de doctrinas que se convirtieron enseguida en tópicos de la época.
Amigo de Erasmo y Tomás Moro, cita e invoca mucho a Cristo, al modo de la Philosophia Cristi típicamente erasmista. En De concordia y discordia pide a Carlos I un Concilio general que atajara los males que sufría la cristiandad, aunque odia la guerra y no alaba al Imperio; pero le preocupaba la división de la cristiandad tras la escisión protestante, y la amenaza de los turcos. Por lo que escribió cartas a Adriano VI, Enrique VIII y Carlos I, y obras como De la insolidaridad de Europa y de la guerra contra el turco, De la condición de los cristianos bajo el turco, De concordia y discordisen el linaje humano y De la pacificación.
El erasmismo influyó en el anticlericalismo español, en la preferencia de lo cristiano frente a lo católico y en la tendencia al individualismo.
MIGUEL DE CERVANTES
Especial fue el legado del pensamiento de Erasmo en la literatura de Miguel de Cervantes, pues sin el Elogio de la locura no habría existido el Quijote, por más que se diga que fue reacción contra los libros de caballería. La moral del amor, la comprensión y tolerancia, la preferencia por lo sencillo y espontáneo, las alusiones a la caridad, el episodio de los galeotes, muchas conversaciones entre don Quijote y Sancho, e incluso el tema pastoril son temas erasmistas. También pudo conocer Cervantes el Monacatus non est pietas, como muestran los episodios de los frailes benitos, el ermitaño, las pláticas camino del Toboso y el eclesiástico de los duques. Batallón ve aurea mediocritas en don Diego de Miranda, ideal erasmista.
Pero en el Quijote hay también rebeldía contra el sistema político y social de la época, que hace que los grandes (clérigos, autoridades, duques, ricos) salgan malparados, o Sancho Panza sobresalga moral y políticamente por encima de los duques: lo que es otro rasgo de erasmismo. La ascendencia judía de Cervantes influyó también en la exaltación de la libertad que a veces se hace en el Quijote, además del concepto renacentista del hombre. Hay pues que aceptar que Cervantes fue de carácter erasmista, y que supo transmitir erasmismo a muchos pasajes del Quijote.