Si recordamos lo ocurrido en 2013, las solicitudes de adhesión al ERE superaron con creces el volumen de salidas planteado por Caixabank. Teniendo en cuenta que las condiciones laborales de la plantilla no han mejorado, no debería descartarse que nuevamente el interés de la plantilla por adherirse al ERE y dejar la entidad fuera similar.
En cuanto a la sorprendente y positiva recepción que tuvo el ERE en 2013 por parte de la plantilla, las interpretaciones se identificaron principalmente en dos grupos:
(a) Las condiciones del ERE eran tan buenas que la oferta resultó demasiado tentadora.
(b) Buena parte de la plantilla de Caixabank no está contenta y vio con buenos ojos salir de la entidad, incluso a pesar de la mala situación económica que había entonces.
En cualquier caso, tanto si nos decantamos por una interpretación o la otra, está claro que, aunque la entidad afirme que "trabajar en Caixabank compensa".... visto lo visto, quizás a muchos no les compense tanto, ya que la "demanda" superó a la "oferta" en más de un 53%.
En cuanto a los accionistas, especialmente aquellos que invierten a largo plazo, el que se repitiera un interés similar podría suponer una pequeña señal de alarma, especialmente teniendo en cuenta la imagen e historia de "La Caixa". Tratándose de una empresa de servicios, donde el trato personal al cliente es esencial (o por lo menos se afirma que lo es), un posible desencanto de los empleados podría revelar que quizás algo no funcione tan bien como antes.
Por otro lado, la reacción de los sindicatos está siendo similar a la que se produjo en 2013, siguiendo el mismo guión. Por lo tanto, de momento, no sería de esperar un desenlace muy dramático. Señores... ¡La función ha comenzado!