Eres peor madre por no darle el pecho

Por Titiroca

Cuántas veces habré escuchado frases de este tipo y similares... ¡Demasiadas! Y la mayoría de las veces sin conocer la historia que hay detrás. Y da igual la historia, porque aunque simplemente fuese porque no quisiera darle el pecho, nadie es quien para juzgar y muchos menos criticar o hacer juicios de valor sobre mi manera de criar a mi hija.

Cuando nació mi pequeña dictadora se la llevaron a la incubadora por tener la PCR elevada, la proteína C reactiva, un indicador de una posible infección. Lo mejor que me podía suceder tras el peor día de mi vida ...

Durante el día podía bajar a darle el pecho cada 3 horas, cosa que no entiendo porque la lactancia es a demanda ... Y únicamente tenía diez minutos. Pero por las noches no me dejaban bajar ni a verla, por lo que le daban directamente biberón.

Recuerdo aquello como una situación muy incómoda, varias enfermeras preguntando cada minuto si estaba comiendo la niña para que a la mínima que les dijese que no, ¡zas!! le plantaban un biberón. ¡Ahí! Sin presión! ¡Facilitando a una primeriza! Aparte, la dejaban en la incubadora con una tetina de biberón a modo de chupete... ¿Sabrían que el uso del chupete dificulta bastante la lactancia materna?...

Al segundo día, me empezaron a salir grietas, me sangraba el pecho y cada vez que la niña lo cogía me entraban unos calambres horribles. Lo comenté con las enfermeras y me dijeron que era normal, que dar el pecho dolía. WTF!!??!! ¿Es broma?

Los días siguientes, ya en casa, fueron horribles. El momento de darle el pecho era muy doloroso y frustrante porque no tenía suficiente leche y se había acostumbrado al biberón y al chupete, bueno, más bien, la habían acostumbrado. El pediatra nos recomendó darle biberón para complementar la escasa lactancia materna. Vamos, un verdadero despropósito todo. Tenía lo malo de cada opción. Le daba leche de fórmula mientras tenía que estar con el sacaleches cada tres horas durante media hora para estimular la subida de la leche, por lo que acabé agotada, con el pecho dolorido y con grietas, con una incipiente ansiedad y teniendo que escuchar opiniones incómodas y, por supuesto, no pedidas e inoportunas.

Pero eso no fue todo. ¡Ojalá!! A toda esta fantástica situación se le sumó la aparición de mi depresión postparto. Y claro, no podían mandarme ningún tipo de medicación mientras le diese el pecho, por lo que aguanté lo más que pude.

Al mes fui al médico de cabecera a decirle que quería dejar de darle el pecho a mi hija porque la situación me superaba y me desquiciaba, y me dijo que intentase aguantar más, que lo mejor era la leche materna. ¿En serio? ¡No me digas! No tenía la más remota idea, solo quería fastidiar a mi hija quitándole el pecho porque soy la peor madre del mundo (Léase con ironía).

Lo comenté con la matrona y me dijo que ella daba clases de lactancia y que no abandonase. Todos dejaban entrever que era peor madre por no darle el pecho. Daba igual que me sangrara el pecho. Daba igual que no tuviese suficiente leche. Daba igual que necesitase tratamiento para la ansiedad/depresión de caballo que tenía. Daba igual que tuviese que darle biberón porque en el hospital no se hicieran las cosas como deberían. Resumiendo: daba igual YO.

Ese mismo verano, con el bebé de dos meses, tuve que escuchar en varias ocasiones, por parte de señoras maleducadas y descaradas, la pregunta de que por qué no le daba el pecho si era lo mejor. ¿Otra vez el mismo discurso? ¡¡Grrrrr!!

Sentía que tenía que estar justificándome cada vez que le daba el biberón. ¿Justificándome ante quién? ¿Quiénes eran ellas para juzgarme como madre sin ni siquiera saber la historia que había detrás? ¿Quiénes son para juzgar a una persona como madre por el hecho de no darle el pecho? ¿Hay que dar el pecho a toda costa? ¿Y si no se puede?

Sabía y sé más que de sobra que lo mejor es la lactancia materna. Pero falta decir si las circunstancias lo permiten, NO a cualquier precio. Un bebé jamás estará bien si su madre NO lo está, por mucha leche materna que se le dé.

No me considero, ni lo soy, peor madre por sólo darle el pecho un mes y pico. Ser madre es mucho más que darle el pecho. ¿Acaso las madres que adoptan son peores o menos madres? Todo lo contrario.

Y es que ya me gustaría ver a todas las talibanas de la lactancia materna en mi misma situación. ¿Qué harían? Porque si no se tratasen, acabarían en un hospital sin poder ni siquiera ver a sus bebés, pero eso sí, orgullosas de darles el pecho a sus bebés. Venga co**!