Ernest... siempre Hemingway

Por Blancamiosi

Hoy después de un receso debido a problemas de salud en la familia nuevamente retomo mi blog. A los amigos bloggeros que pasaron por aquí y no han visto respuesta a sus mensajes les ofrezco disculpas, pero fueron causas de fuerza mayor. Voy a dedicar esta entrada a uno de los escritores más fascinantes del mundo literario:
Ernest Hemingway, nacido en Oak Park, Illinois, Estados Unidos, el 21 de julio de 1899, fue un escritor que trascendió su época. Aún hoy muchos aspirantes a escritores le rinden homenaje y lo tienen como ejemplo de tenacidad y buen hacer literario.
A finales del año pasado adquirí un grueso libro negro llamado ENVIADO ESPECIAL, editado por Planeta. Una recopilación de artículos seleccionados correspondientes a cuatro décadas de Hemingway como corresponsal y articulista de diversos periódicos. No diré que los he leído todos, pues si bien su estilo es pulcro, algunos artículos están redactados de manera meramente descriptiva, que es como supongo debe hacerse un trabajo periodístico, aunque en alguno de ellos existe alguna pizca de picardía o de genio literario.
Me llamó la atención uno en particular: Diálogo con el maestro, en el que narra cómo un joven abandona todo para ser escritor y va en su busca a Cayo Hueso, se presenta en la puerta de su casa y le dice que lo que más deseaba en el mundo era ser escritor. Hemingway relata este pasaje autobiográfico, (como casi todo lo que escribió) con fina ironía, refiriéndose al joven como una persona con grandes deseos de aprender: … y la seriedad es una de las prendas esenciales en la dedicación a la literatura, la otra es el talento, desafortunadamente…

Una charla amena con preguntas y respuestas, en las que el joven se ganó el título de “maestro” en la embarcación de Hemingway porque sabía tocar el violín. Trabajó para él una temporada, y según el escritor afirma, jamás leyó nada escrito por el aspirante a escritor, quien lo acribillaba con andanadas de preguntas acerca de cómo hacer para convertirse en un buen escritor. Terriblemente realista, y por partes con una jocosidad parapetada tras el estilo que conocemos de Hemingway, en donde las elipsis son más importantes que lo que se describe, es un pasaje de su vida que merece la pena ser leído.
Otra de las adquisiciones que hice posteriormente fue Adiós a las armas, una novela en la que narra su experiencia como conductor de ambulancias y héroe por su valentía durante la Primera Guerra Mundial. Hemingway es uno de esos escritores parco en aderezos. Esta novela en particular posee una narrativa bastante plana, diría yo. Hay partes interesantes como cuando es tomado por desertor del ejército italiano y escapa de manera cinematográfica lanzándose a un río, pero en general, la novela es bastante sencilla: Su paso por la guerra y enamoramiento de una joven enfermera inglesa que muere al dar a luz un hijo suyo.
No he leído Por quién doblan las campanas, que según dicen es su obra maestra, y para ser sincera, Hemingway me llama la atención más por la riqueza de su vida y experiencias en diferentes frentes, que por su literatura, merecedora del Premio Nobel de Literatura en el año 1954, un año después de ganar el Pulitzer por El viejo y el mar, una novela que vi también en el cine hace muchos años ya.
Ernest Hemingway trabajó como periodista durante los primeros años, y sus primeros libros no tuvieron éxito: Tres relatos y diez poemas, 1923 y En este mundo, 1925 pasaron por debajo de la mesa, hasta que escribió Fiesta, en 1925. A partir de allí su carrera como escritor se consolida y gana fama y renombre internacional. Su fama trascendió su muerte de una manera romántica, debido a la manera extraña en la que sucedió. Muchos piensan que se disparó a sí mismo con una escopeta, poco después de enterarse que tenía Alzheimer. Pienso que es de los pocos escritores que poseen una aureola especial que los hace diferentes del resto de los mortales, y esta es básicamente la que brilla en la imaginación de sus lectores, la imagen del hombre guapo, complicado, introvertido, aventurero, y excelente escritor, que dejó de existir el 2 de julio de 1961 en Ketchum, Idaho, Estados Unidos.
B. Miosi