Ernesto Che Guevara: “Cartas de despedida”

Por Juancarlos53

En estos tiempos en que algunos tanto hablan de Revolución -revolución pendiente parece como la de aquellos otros a los que, paradójicamente, tanto vienen a parecerse- acaban de cumplirse 50 años de la muerte en la selva boliviana de uno de los últimos auténticos revolucionarios que dio el siglo XX: Ernesto Che Guevara.

La editorial Ocean Sur, -“editorial latinoamericana que ofrece a sus lectores las voces del pensamiento revolucionario de América Latina de todos los tiempos“, según dice su página web-, es la que, con motivo del cincuentenario del asesinato en octubre de 1967  por el ejército boliviano y agentes de la CIA del Comandante revolucionario tras ser capturado herido en una pierna  en la Quebrada del Churo, ha publicado un pequeño volumen con cuatro cartas manuscritas que este argentino insigne dirigió en 1965 a su compañero de fatigas Fidel Castro, a sus hijos , a sus padres y a su mujer  Aleida March. Al compañero de revolución le muestra subordinado respeto al tiempo que le comunica la decisión de abandonar sus responsabilidades políticas en la República socialista de Cuba; a sus hijos les pide que estudien y sean honestos; a sus padres les ruega disculpas por los disgustos que les haya podido dar; y a su mujer, Aleida March, le confiesa su profundo amor y le envía unos versos del poeta comunista turco Nazim Hikmet que hablan de la entrega a los demás:

Los Todos me exigen la entrega total, / ¡que mi sola sombra oscurezca el camino! / Mas, sin burlar las normas del amor sublimado / Te guardo escondida en mi alforja de viaje

En estas cuatro breves misivas quedan al descubierto los sentimientos auténticos del hombre que se escondía tras un uniforme militar, una boina estrellada y una melena al viento convertidos al poco, él y ello juntamente, en icono de la lucha contra la injusticia, de la lucha por la libertad propia y ajena sin tener en cuenta las fronteras o las artificiales divisiones nacionales que los contrarrevolucionarios -en palabras del propio Ché- trazan para defender sus personales intereses.