Errores de izquierda, III
Publicado el 24 septiembre 2017 por Tomasalberich
SI al referéndum en Catalunya para poder votar NOEl movimiento independentista nos divideSi algo hemos aprendido del procés es que ha conseguido dividir profundamente a la sociedad catalana y a la española, y mucho más ha conseguido dividir, una y otra vez, a la izquierda. El tema “Cataluña” está tan manido que aburre a la mayoría. Por lo que la división sobre el tema en España es muy relativa. Pero la división y la crispación dentro de Cataluña es evidente y se ha acentuado durante el proceso hacia el 1 de Octubre.En el resto de España era necesario el debate. De hecho, dejando aparte que la mitad de los españoles están más preocupados por los resultados de la liga que por los del procés, la otra mitad se divide a su vez entre los que piensan que los catalanes tienen derecho a decidir y los que piensan que, si algo hay que decidir, debe de ser entre todos los españoles. Que es tanto como defender que para que en un matrimonio se dé un divorcio los dos deben de estar de acuerdo. De hecho así ocurría en muchos países hasta hace décadas: si el marido no quería no “concedía” el divorcio a la mujer. Parece que lo mismo quieren muchos españoles.
En todas las encuestas la mayoría de los catalanes se muestran a favor del derecho a celebrar un referéndum, sistemáticamente entre un 70 y un 80% son favorables al derecho a decidir. Pero sobre qué votarían en esa hipotética consulta los resultados son muy ajustados y rondan el 50%. Esta es una de las características diferenciadoras del proceso catalán: no conozco ningún caso en la historia del mundo en que una zona de un país haya conseguido la independencia con un respaldo tan exiguo. La izquierda más transformadora ha acertado desde hace tiempo en solicitar una consulta, oficial y pactada para que tenga validez. A pesar de lo cual históricamente no se pone de acuerdo en qué voto pediría después, o al menos ha tenido posiciones ambiguas. Izquierda Unida (EUiA en Catalunya) e Iniciativa Per Catalunya (IC) han estado oficialmente siempre a favor de una España federal y que se pudiera celebrar un referendo. Sin embargo se han ido desangrando con independentistas en los dos partidos. Y sus direcciones no han dejado claras sus posiciones. Lo que ha dado lugar a broncas internas y que algunos dirigentes y cuadros se declararan independentistas, y han ido abandonando estos partidos. Lo muy sorprendente es que aún hoy haya miembros de estos partidos que digan que quieren votar el 1 de Octubre y que votarán sí a la independencia. No sé qué hacen en estos partidos y no se van ya ¿Están esperando su mejor momento para hacer el más daño posible a la izquierda? A Podemos le ha pasado casi lo mismo y a los comunes (de Ada Colau)tres cuartos. La mayoría de los dirigentes de estas formaciones siguen diciendo que “no somos independentistas pero queremos que el pueblo catalán pueda votar”, lo cual está muy bien y muy claro. Pero cuando se les pregunta: ¿qué votarán si se celebrara un referéndum oficial? Se van por las ramas. Que si “yo no tengo que decir lo que la gente tiene que votar...”, que sí ya se verá en ese hipotético caso, que “cada uno decidirá en conciencia”... y cosas por el estilo. Por favor, no te están preguntando lo que tiene que hacer la gente, te están preguntando qué postura tiene tu partido ante un tema fundamental. Ante un tema transcendental, de primera línea en Catalunya ¿cómo se puede estar aún sin una postura al respecto?¿Tan difícil es decir, alto y claro: SÍ AL REFERÉNDUM EN CATALUÑA PARA PODER VOTAR NOA LA INDEPENDENCIA? Para poder defender una España federal con reconocimiento explícito de Cataluña como nación al igual que otras nacionalidades. Y el resto de la izquierda ¿qué opina? Brevemente, ya que se han publicado cientos de artículos sobre el tema. Por un lado tenemos al PSOE que se ha alineado, desde siempre, con el nacionalismo españolista. Con un PSC que ha ido a su bola durante muchos años y que le ha ocurrido al igual que lo citado anteriormente: se le han ido del partido los más independentistas o nacionalistas catalanes. Solo en los últimos años ha tratado de unificar posturas y, copiando a IU, ha pasado a defender una España federal. Pero no lo concreta y además se ha manifestado reiteradamente contra el derecho a decidir del pueblo catalán. En los últimos meses el nuevo Pedro Sánchez 2.0 ha planteado que Catalunya es una nación y se debe reconocer como tal en la Constitución (a Susana le faltó tiempo para decir que si fuera así Andalucía también). Y solo en los últimos días el PSOE está haciendo una aproximación desesperada a una tercera vía para decir que, si se desconvoca el referéndum no oficial del 1 de octubre, están por reformar la Constitución y negociar nuevas prerrogativas o reconocimientos explícitos para Catalunya. Y el PP casi dice lo mismo, que aquí el que no corre vuela. El intento del PSOE por separarse del PP es a la desesperada y un tanto patético. El negar el derecho a decidir del pueblo catalán es una responsabilidad histórica: el PSOE no puede seguir negándolo por sus problemas internos y por sus reaccionarios barones/as. Puede haber situaciones violentas a la vez que ridículas, tanto como detener a gente por imprimir papeletas o carteles, que ya se ha dado, y si se producen situaciones más violentas y negativas para todos la responsabilidad del bloque PP-PSOE-Cs es brutal. El PSOE sabe que no puede seguir defendiendo el nacionalismo españolista y a un gobierno corrupto si no se quiere suicidar. Solo le falta convencer a los suyos o romper con ellos.
Y, finalmente, están los que, desde una radicalidad simplista, argumentan que “seguimos en el franquismo” o que el neofranquismo morirá el 1 de octubre. Están los que dicen que, porque se haya detenido durante unos días a una docena de personas en Cataluya, vivimos en una dictadura o que nunca hemos salido de ella... Y llaman a la desobediencia y a proclamar la república. Digo yo que o son muy jóvenes o nunca han salido de España, porque si viajaran compararían y verían el tipo de democracias, dictablandas y dictaduras, puras y duras, de las de verdad, que las tenemos a pocos kilómetros de aquí.