Aunque es una buena idea para anticiparse a las objeciones que el cliente pueda tener el preparar respuestas razonables, no es sino una forma más de poner nosotros las barreras y generar un posible problema que realmente aún no existe. No es bueno ‘poner el carro delante de los bueyes’.
2. Dejar la pelota en el tejado del cliente
Aquello de que ‘si está interesado llámenos’ o ‘piénselo y vuelva a visitarnos’ es algo habitual en muchos comerciales y es sinónimo de que el cliente no volverá (salvo casos puntuales). El comercial vende, y con estas frases lo que queremos no es vender nosotros sino que el cliente compre, que haga nuestro trabajo. No es conveniente dejar una posible venta abierta.
Solución: Mantener la pelota en nuestro tejado: ‘Le llamaré la próxima semana’. Tu vendes, tu trabajas.
3. Vender el producto y no satifsacer necesidades
Muchos comerciales conocen a la perfección las características de su productos y las ‘sueltan’ con el ánimo de convencer al potencial cliente de que lo que venden es lo mejor. Eso puede que sea innegable pero ¿sabes si es lo que realmente necesita el cliente? ¿Has escuchado sus necesidades previamente.
4. Fingir
Muchos comerciales pecan de exceso de familiaridad, es decir, demostrar demasiada confianza con un cliente sin que haya dado este motivos para tenerla. Fingir que realmente nos interesa un cliente para cerrar la venta es un error. Recordar que el comercial es un profesional con lo cual se espera una actitud profesional y no de amigo (y menos fingido).
5. Hablar más que escuchar
Ya va a lo anterior. ¡Dios nos ha dado dos orejas y una boca!, con lo cual será mejor al menos escuchar el doble de lo que hablamos.
La venta bien hecha implica satisfacer las necesidades del cliente para que se vaya a gusto, no es satisfacer el vender para cubrir mi cupo. Se podrá cubrir hoy pero no todos los días con esta idea.
6. No perder el tiempo
Los cinco primeros minutos en cualquier relación entre personas son fundamentales para el devenir del resto. En la venta pasa lo mismo. No perder los primeros 5 minutos en nimiedades o tonterías. Aprovecharlos para demostrar de verdad que quieres satisfacer las necesidades del cliente y que este lo perciba. Habrás ganado mucho en la venta.
7. La falta de seguimiento
La venta por si solo no implica que el cliente nos sea fiel. Hay que realizarle dos seguimientos: uno hasta que realmente adquiere nuestros servicios o productos y otro posterior para que el cliente sepa que estamos a su lado y ver si nuestra venta le ha satisfecho de la forma correcta.
Cerrar una venta o llegar a un acuerdo no es sinónimo siempre de una buena venta. Fidelizar al cliente va más allá (la famosa post venta olvidada por muchos comerciales).