Erupción del volcán de Fuego: La importancia de la prevención

Publicado el 09 junio 2018 por Carlosgu82

El domingo 3 de junio de 2018 parecía que iba a ser un día cualquiera en las poblaciones cercanas al volcán de Fuego. La montaña había dado avisos en los últimos meses. Pequeñas erupciones habían tenido lugar y la gente se había acostumbrado a vivir con esos pequeños despertares del volcán. Pero uno nunca debe bajar la guardia.

Qué pasó en el volcán de Fuego

A las 6 de la mañana el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) lanzaba un primer aviso sobre la erupción y añadía, según informó El Periódico de Guatemala, que se estaban produciendo flujos piroclásticos. Este aviso debió ser el punto de partida para una evacuación a gran escala alrededor del volcán, pero no lo fue. No sabemos por qué, pero no se evacuó y decenas de personas murieron. Tal vez no se hubieran podido salvar a todas, eso no podrá saberse, pero seguramente a muchas sí.

La erupción continuó pero la gente en las poblaciones y aldeas más cercanas permanecía allí. Es más, algunas personas al ver o enterarse de que el volcán estaba dando un espectáculo decidieron acercarse a los puentes a grabar lo que estaba ocurriendo. Un gran error que a algunos les costó la vida. Y es que hacia mediodía la erupción se torno más violenta. El volcán lanzó materiales incandescentes que descendieron ladera abajo arrasando lo que se ponía por delante. Los pueblos de El Rodeo, Las Lajas y San Miguel Los Lotes en Escuintla se vieron afectados de forma severa. De hecho, San Miguel Los Lotes quedó sepultada.

Flujos piroclásticos descendieron del volcán de Fuego

A su vez, la columna de ceniza se alzó hasta los 10 kilómetros de altura mientras se iba expandiendo por la región. En la ciudad de Guatemala se informó de la caída de ceniza y de pequeños materiales del tamaño de arena. Además, en los valles próximos al volcán se han registrado varios lahares, que son una mezcla de agua y material volcánico que desciende desde las cimas.

A día de hoy, una semana después de la tragedia, los fallecidos ascienden a 109 y los desaparecidos son casi 200 según el CONRED. Tan sólo se han identificado unos 50 cadáveres en lo que va a ser una labor muy complicada, ya que la gran mayoría están abrasados por las altas temperaturas de los flujos piroclásticos. Los heridos ascienden a 300 y los evacuados a más de 12.000. Las tareas de búsqueda de los desaparecidos sufren continuos paros porque el volcán sigue lanzando nubes ardientes cada cierto tiempo y los equipos de rescate deben abandonar los lugares en que se encuentran.

La erupción del volcán de Fuego de este 2018 ya se ha convertido en la peor tragedia volcánica de Guatemala desde 1929.

¿Se podía haber evitado la catástrofe volcánica del volcán de Fuego?

Pero, ¿se podía haber evitado? Parece, por los datos que han aparecido, que sí. No solo porque el primer aviso ya daba cuenta de lo que podía ocurrir, sino porque la prevención es clave y parece que no estaba bien implementada. Una persona con la información suficiente sabe que no debe acercarse al punto por el que va a pasar un flujo piroclástico. Es más, incluso puede reconocerlo en su comienzo y tratar de huir. Por las imágenes que han saltado a los medios, las personas que vivían a las faldas del volcán de Fuego no sabían lo que estaba descendiendo del volcán. Y esto es culpa en gran parte de los medios de prevención que se habían puesto a disposición de la población. Es decir, que las autoridades gubernamentales y locales no habían hecho los deberes.

Además, el sistema de monitorización del volcán de Fuego parece consistir únicamente en una estación sísmica, lo que se ve claramente insuficiente para las características del volcán. Un volcán que ha hecho erupción en más de 60 ocasiones en menos de 100 años.

A la vista de todo esto, parece claro que la monitorización de los volcanes y la prevención son las únicas formas de prevenir catástrofes de esta envergadura. Sin embargo, para esto hace falta voluntad política porque son los Gobiernos los que al final ponen el dinero para evitar que estos desastres tengan lugar.