La Paleodieta actual es aquel tipo de dieta que promueve una alimentación supuestamente parecida a la que realizaron nuestros antepasados antes de la aparición de la agricultura. Los impulsores de esta corriente aseguran que el seguimiento de una alimentación basada en las pautas que seguía un hombre, u homínido, del paleolítico reduce la aparición de enfermedades como la diabetes o la hipertensión, entre otros factores de riesgo cardiovascular. Pero todavía hay más, algunos de sus impulsores han trasladado esta dieta en el ámbito deportivo, asegurando que siguiendo las pautas que ésta dictamina, el deportista verá notablemente incrementado su rendimiento.
Los impulsores de la dieta paleolítica en deportistas afirman que se puede comer libremente los siguientes alimentos: carnes magras, aves, pescados, fruta fresca y verduras. En cambio, no se pueden comer los siguientes alimentos: cereales y derivados, leche y derivados, frutas y verduras de alto índice glucémico, legumbres, alcohol, alimentos salados, carnes grasas, azúcares refinados y alimentos procesados.
Según los defensores de la Paleodieta, existen cuatro argumentos de peso para implementar este tipo de alimentación en deportistas, ya sean éstos de nivel aficionado o de alto rendimiento:
- Es una dieta rica en aminoácidos de cadena ramificada.
- Promueve la alcalinidad del pH de la sangre.
- Es una fuente de vitaminas y minerales antioxidantes.
- Incrementa los depósitos de glucógeno muscular.
Seguidamente vamos a pasar a comentar cada uno de los mismos:
1.- Es una dieta rica en aminoácidos de cadena ramificada (AARR): Si bien es cierto que un consumo alto de productos cárnicos, así como de pescado, nos va a proveer de una buena dosis de aminoácidos ramificados, esenciales para el mantenimiento y la formación de la masa muscular, también es cierto que realizar una actividad deportiva con un consumo bajo en hidratos de carbono solamente va a fomentar la utilización de estos aminoácidos como fuente de energía. Sin unos depósitos de glucógeno correctamente llenos, nuestro cuerpo va a emplear parte de la masa muscular como fuente de combustible. Así pues, este punto, según los expertos, no sería justificable para implementar este tipo de dieta en un deportista.
2.- Promueve la alcalinidad del pH de la sangre: Aunque bien es cierto que la eliminación de los cereales en la dieta reduce la acidificación del organismo, y que la fomentación del consumo de frutas y verduras promueve la alcalinización, a su vez tan deseada para el buen mantenimiento de la masa ósea, su efecto queda muy mitigado cuando la propia dieta recomienda que el consumo de proteína, nutriente acidificante, se sitúe en torno al 40% de la energía total de la dieta. Así que, de ese modo, este argumento no sería sólido.
3.- Es una fuente de vitaminas y minerales antioxidantes: El consumo de frutas y verduras nos aporta vitaminas, minerales y fitoquímicos que, en combinación con el de carnes magras, ricas en zinc y vitaminas del grupo B, promueven un óptimo funcionamiento del sistema inmunológico. Bien, esta afirmación, aunque cierta, no es completa ya que, contra menos glucosa se consume después del ejercicio, más se incrementan los niveles de cortisol en el cuerpo y, en consecuencia, menos activo se encuentra el sistema inmunológico. Quizás sea por este aspecto, entre otros, que los impulsores de la Paleodieta en deportistas, justifican, contrariamente a lo que los postulados de la Paleodieta promueven, un consumo de alimentos ricos en almidones, como la patata y el boniato por ejemplo, solo en algunos momentos puntuales.
4.- Incrementa los depósitos de glucógeno muscular: Del mismo modo que se permite el consumo de alimentos no-Páleos en la recuperación deportiva, también se permite el consumo de los mismos para preparar la competición. Si no fuera por esta licencia o modificación que los promotores de esta dieta han realizado, los deportistas que siguen esta corriente alimentaria verían disminuido, inexorablemente, su rendimiento. Para rellenar los depósitos de glucógeno muscular a partir de verduras, se deberían ingerir cantidades excesivamente altas de las mismas y esto no es viable.
Si bien es cierto que se necesitaría la realización de estudios que probaran la eficacia de la Paleodieta en deportistas; hasta el momento, los argumentos que se presentan como apología de la misma, carecen de solidez y no son aceptados por la amplia mayoría de los expertos en nutrición y fisiología deportiva de todo el mundo.