¿Es comer “pescaito frito” en una terraza una manera de llegar a la felicidad?

Por Antoni Xavier Torres Collado @cienciaesfacil

Vale, puede ser que me haya pasado con el titular, puede que sea criticado como sensacionalista. Pero yo creo que no. Ahora os explico porqué he elegido este título.

Serotonina en su máximo esplendor. Fuente Wikipedia

La serotonina es un neurotransmisor que está implicado en muchos procesos cognitivos. Está implicada en funciones de decisión, de filtrado sensorial y en comportamiento social. Y  hay muchas deficiencias cognitivas que implican estas funciones: el síndrome de déficit de atención, el autismo, el síndrome bipolar, la esquizofrenia y los comportamientos impulsivos. Además la serotonina está implicada en la depresión. Parte de los medicamentos disponibles en el tratamiento de la depresión lo que hacen es aumentar los niveles de serotonina en nuestro cerebro de una manera o de otra. La depresión es sin duda un problema que traspasa el ámbito personal para  pasar al ámbito social. No sólo la sufre el deprimido sino que también la sufre su entorno. Este síndrome además tiene un alto coste económico. Los autores en este trabajo presentan un mecanismo basándose en trabajos ya publicados por el cual tanto la vitamina D como los ácidos grasos de tipo Omega-3 estarían implicados en la regulación y síntesis de la serotonina. Es conocido que administrar éste tipo de compuestos a gente afectada por las anteriores disfunciones hace que mejore sus síntomas.

Boquerones Fritos. Que ricos. Fuente Flickr

La vitamina D está implicada en la conversión del aminoácido triptófano al neurotransmisor serotonina.  Y dos compuestos que se engloban dentro de la familia de los ácidos grasos omega-3  también están implicados en la regulación de la síntesis de la serotonina.  Uno de ellos (EPA de ácido eicosapentaenoico) está implicado en la secreción de la serotonina en las neuronas. Evita la inflamación y eso favorece que pueda salir la serotonina de las neuronas. Otro ácido graso componente de los omega-3, el DHA (de ácido docosahexaenoico), ayuda favoreciendo el movimiento del receptor de la serotonina en la membrana, haciendo que esta sea más fluida. La serotonina para llevar a cabo su función en las neuronas es secretada por una y tiene que encontrarse con su receptor en la otra neurona. Así pues mi titular no creo que esté tan desacertado. Hace 30 años cuando era niño a nuestras madres les desaconsejaban la inclusión de pescado azul en nuestra dieta. Pero gracias a la investigación se descubrió que estos animales contienen niveles elevados de ácidos grasos de tipo omega 3 que son cardio-saludables. Simplemente tienen un 5% de grasas en sus cuerpos, más que los pescados blancos, que se quedan en un 2%. Esto es debido a que el pescado azul es menos sedentario, son pescados que migran en nuestras aguas.

Terraza’s time is coming. Fuente Flickr

La vitamina D necesita de la luz solar para producirse en el organismo. Es por eso que leyendo el artículo de estos autores, no es difícil llegar a la conclusión que una manera de estimular la producción y funcionamiento correcto de la serotonina en el cerebro es comiendo más pescado azul y tomando más el sol. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que tomando una tapita de boquerones fritos en una terraza al solecito? Pero como nos recuerda nuestro buen amigo @JPPRes, poneros un protector solar. ¡Buen fin de semana a tod@s!

Referencias.

-FASEB J. 2015 Feb 24. pii: fj.14-268342 (Artículo) -UCSF Benioff Children’s Hospital Oakland. “Omega-3 fatty acids, vitamin D may control brain serotonin, affecting behavior and psychiatric disorders.” ScienceDaily. ScienceDaily, 25 February 2015. <www.sciencedaily.com/releases/2015/02/150225094109.htm>