El Diario El Mundo, en su edición del País Vasco, publicaba ayer una
entrevista a la “portacoz” de EH Bildu, la proetarra Laura Mintegi. En dicha
entrevista, además de equiparar a las víctimas de ETA con sus asesinos, hizo
unas declaraciones, cuanto menos curiosas, al referirse a dos dirigentes del
Partido Popular Vasco, concretamente sobre Javier Maroto y Borja Sémper.Dijo la política independentista "La verdad es que en las pocas
ocasiones que he tenido de estar con esas personas me he sentido muy
cómoda", dice. Y continúa: "tengo una relación muy natural con
ellos. Saben distinguir el trato personal de la actividad política". Y no
contenta con ello, añadió: "Les felicito y les digo que yo estoy en
esa misma sintonía. La única manera de acercar las ideologías es acercar a las
personas. Por lo tanto, sí, creo que debería haber más personas como las que
menciona" (refiriéndose a Maroto o Sémper).Como comenté ayer en Twitter, vamos a la deriva… Si fuera uno de los
aludidos, estas declaraciones me darían mucho que pensar. Y lo más triste es
que seguro que han recibido hasta felicitaciones por parte de compañeros del
PP.Este es el camino que ha elegido el Partido Popular del País Vasco y, por
lo tanto, el PP a nivel nacional. De vergüenza. Recuerdo que estos dos
políticos dijeron que Bildu no era ETA y que el País Vasco debía integrar a
esta formación.Ya lo dijo María San Gil el sábado en el acto de homenaje a Gregorio
Ordóñez (al que, por cierto, no asistió ningún dirigente del PP), “hoy los
etarras están más cerca que nunca de conseguir sus objetivos” y prosiguió
diciendo que “los propios etarras y todo su entramado tienen que sorprenderse
de haber conseguido, burlando al Estado de Derecho (que se ha dejado burlar),
tener un partido en las instituciones que no hace tanto fue ilegalizado por ser
un instrumento de la banda terrorista ETA y hoy, con solo cambiar de nombre,
sin renunciar a ninguno de sus propósitos, sin arrepentirse de nada, sin pedir
perdón, sin entregar las armas, sin colaborar con la justicia, han
conseguido tener más de 1.200 cargos públicos, por no hablar del alcalde de San
Sebastián y del Diputado General de Guipúzcoa. Y lo que verdaderamente resulta
estremecedor, y no lo hubiéramos imaginado hace 18 años, es que son tratados
por el resto de partidos y de representantes políticos como si fueran simples
adversarios políticos, demócratas de toda la vida”.Mucha pena me da esta situación, pues creo que se ha cogido el camino
equivocado; la pregunta es, ¿es demasiado tarde para volver?