Por lo general odio que se hable mal de nuestra competencia, ya que soy de los que piensan que no hace más que demostrar que no tenemos capacidad para mostrar nuestras virtudes.
Nada que ver con que tengamos buena o mala imagen, solo que no podemos detectar nuestras fortalezas y sacarles el mayor provecho, por contra tampoco vemos que estamos mostrando nuestras debilidades al no poder contrastar con la competencia.
Esto en vocablos un poco más técnicos lo encontramos definido en el Análisis DAFO (el enlace nos manda directamente a la definición que encontramos en la wikipedia).
fuente elblogsalmon.com
Me quedo con esta explicación:
Este recurso fue creado a principios de la década de los setenta y produjo una revolución en el campo de la estrategia empresarial. El objetivo del análisis DAFO es determinar las ventajas competitivas de la empresa bajo análisis y la estrategia genérica a emplear por la misma que más le convenga en función de sus características propias y de las del mercado en que se mueve.
Si te has molestado en leer la definición extendida del análisis DAFO te recomiendo que leas el Análisis Porter de las cinco fuerzas, ya que solo teniendo toda la información podrás evaluar todas tus competencias
Aunque todo esto es un poco “técnico” (aunque todos los que nos dedicamos a esto deberíamos tener muy presente) por lo que vuelvo al hilo del principio.
Si hablamos mal de nuestra competencia demostramos nuestra incapacidad, por contra debemos analizar cualquiera de sus debilidades y convertirlas en nuestras fortalezas, modificando todo lo que sea necesario, aunque si combatimos con excelencia no debemos olvidarnos de la potencia que tiene este arma y si nos relajamos se convertirá en algo que nos golpee la cara con un buen manotazo.
Por otro lado el demostrar potencia frente a la competencia en nuestra publicidad tampoco está muy bien visto en Europa y reconozco que nunca lo he usado con ninguno de nuestros clientes. Bien sea por que no era el caso, bien sea por falta de valor al ser una campaña completamente disruptiva y fuera de expectativas… Llámale miedo o falta de valor y eso que por lo general destaco por descarado y capaz de cualquier cosa, pero supongo que no soy inmune a todas las influencias.
Me gustaría decir algo sobre este vídeo:
O incluso éste:
Comprendo que son marcas que se sacan los ojos a diario con tal de vender unas botellas o latas más, aunque en Europa por ejemplo nos dejamos impresionar por una de las marcas sin observar de ninguna manera la posibilidad de comprobar si las debilidades del otro son reales o simplemente inducidas.
Desde luego solo las compañías de marketing con origen en Estados Unidos o Canadá se sienten tan involucrados con las marcas que representan que son capaces de diseñar algo así y esto es lo que nos diferencia…
Nosotros no sentimos apego hacia casi nada intangible, de la misma manera que Europa se autoconsidera laica impulsada por las corrientes comerciales. Probablemente por las influencias de decenas de religiones que ostentaban los comerciantes o guerreros que fueron poblando nuestras tierras y que consiguieron desestabilizar el asiento de la fe en nuestros sentimientos.
De la misma manera digo que tenemos poco arraigado el sentimiento por lo intangible, de modo que no conseguimos amar incondicionalmente nuestras marcas personales y por ende la de nuestros clientes, y por eso algunos tenemos ventaja sobre nuestros clientes (al mismo tiempo que sentimos frustración) ya que amamos su marca incluso más que ellos mismos.
Probablemente no me atreva nunca a presentar una campaña de esta guisa a un cliente, pero lo que no se puede olvidar es que está ahi, y que siempre se agazapa en un rincón de mi cerebro dispuesto a saltar a la cara en cualquier momento, ya que me considero que formo parte de los creativos más que los estrategas y una vez diseñada la campaña siempre prefiero sorprender antes que aburrir. (para eso ya están los noticiarios)
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