Normalmente procuro que mi escritura no tenga faltas ortográficas, aún me falta mejorar la redacción, pero la ortografía es un tema que considero manejo adecuadamente. Durante mi experiencia profesional he generado gran cantidad de documentos, ya sean informes, memorandos, oficios, propuestas técnicas, correos electrónicos a mis colegas, jefes, clientes, proveedores y demás. Desde siempre la comunicación escrita ha sido fundamental.
Alguna vez en mi lugar de trabajo con el cambio de autoridades, el tema de la ortografía se volvió un poco drástico, pues existieron pequeñas sanciones por cada falta de ortografía que se encontraba en un documento. Como todo cambio, al principio resultó un poco molesto, pero pienso que esta medida aportó mucho con el crecimiento profesional del equipo, pues posteriormente todos se fijaban muy bien lo que habían escrito o en lo que firmaban para asegurarse de que no exista ninguna falta de ortografía; si esto se convierte en hábito para cada persona seguro todos habremos ganado.
Muchas veces el primer contacto o el más frecuente en las relaciones profesionales es a través de un medio escrito, por lo que en muchas ocasiones se dejan muy malas impresiones “únicamente” por escribir con faltas ortográficas. Aunque actualmente las herramientas informáticas nos ayudan mucho a evitar faltas de ortografía en documentos, es importante que conozcamos las reglas para no dejar una mala impresión.
Si desarrollamos el hábito de la buena lectura, seguramente también vamos a mejorar mucho nuestra ortografía y como consecuencia se mejorará nuestra imagen profesional.