¿Es la democracia la dictadura de los débiles?
En un planeta tan competitivo, la colaboración semeja haber quedado apartada a un segundo plano. Los medios emiten noticias que muestran el lado más oscuro y ególatra del humano. Desde las más altas esferas del poder, incluyendo el campo educativo y cultural – se justifican e incitan conductas dirigidas a conseguir mayores beneficios de “los unos” en perjuicio de “los otros”.
En términos económicos, se trata de un equilibrio de competencia imperfecta. Múltiples empresas que compiten en un mismo mercado pueden seleccionar cuánto generar para aumentar al máximo su beneficio. Pero cuando los débiles colaboraban entre sí el resultado siempre era más estable que cuando se sometían al más fuerte y además de esto forzaban a todos, incluyendo al más fuerte, a colaborar.
Pero eso es en lo económico. En lo social nos encontramos a menudo con una actitud proclive a inventarles obligaciones al resto, y es lo que alguna gente ha llamado las dictaduras de los débiles. Una propensión a coaccionar al resto. Esta dictadura consistiría en transformar la debilidad en un azote. Un ejemplo es Haití, el país más pobre del continente, que tienen el setenta por ciento de su población en desempleo, lleno de enfermedades que se transmiten por vectores, ocupado por tropas extranjeras, como carece de un polo de autoridad, ha aprovechado la atención del planeta, para emplear esa condición de débil como un rodillo contra el resto.
Veamos ciertos ejemplos
Unos indocumentados que penetraron en un camión que se negó a obedecer a la orden de alto en la frontera de Dajabon. Para detener al conductor imprudente, los centinelas fronterizos se vieron forzados a disparar. Eran las 2 de la mañana. El camión volcó. Murieron 6 haitianos, que se encontraban escondidos en la cama del vehículo. La R. Dominicana fue condenada al pago de un millón de dólares.
El Instituto por la democracia y la justicia en Haití, una O.N.G. haitiana establecida en la ciudad de Boston, sometió a la Organización de Naciones Unidas frente al juzgado de la ciudad de Nueva York, exigiéndole el pago de indemnizaciones millonarias por el contagio del cólera. En el expediente se asevera que la cepa del virus fue traída por un soldado nepalí. Los haitianos exigen miles de dólares para la familia de cada fallecido. Oficialmente hay ocho mil fallecidos y, demandan, además de esto cincuenta mil dólares por cada perjudicado. Se calculan unos quinientos mil perjudicados. Las reclamaciones haitianas alcanzan cifras extravagantes de miles y miles de millones de dólares. Con estas imputaciones se ha querido vejar a la Organización de la Naciones Unidas, que, ya había conminado con retirar sus tropas y ponerle punto final a la presencia de los cascos azules . Tras bambalinas, se encuentra la mano pedigüeña del Gobierno haitiano, aunque oficialmente no aparece en el expediente judicial.
Es el darwinismo social, que premia a los más fuertes frente a los más débiles, y se ha instalado como base ideológica de las sociedades. No obstante, la historia de la humanidad está repleta de ejemplos que contrarían esta teoría. Cuando a fines del siglo XVIII el rey de Francia Luis XVI se pavoneaba en el Palacio de Versalles presumiendo de su enorme poder, no se imaginaba que poquitos meses después iba a ser ejecutado en la guillotina por una multitud hambrienta y enardecida. Cuando el dictador rumano Nicolae Ceacescu, que había amasado una de las fortunas más grandes de Europa a costa de depauperar a su pueblo, se asomó al balcón de la plaza de Bucarest a vocalizar uno de sus alegatos, tampoco podía adivinar que aquellas decenas de miles y miles de personas iban a interrumpirle al grito de “el pueblo somos nosotros” y mucho menos que solo 4 días después iba a ser fusilado.
Seguro que conocéis bastante gente que puesta en la circunstancia de escoger entre una persona infernal que se enoja por todo y tu… la prefieren a ella. Verdaderamente no la prefieren pero no se quieren enfrentar y terminan dándole la razón. Saben que tu no les responderás con insultos, borderías y manipulaciones. Pero de esta manera retribuimos a los egoístas
Se supone que si somos fuertes no somos asimismo sensibles, y no padecemos. ¿No hay en todas y las personas aparentemente débiles un punto grade de egoísmo? ¿no es su supuesta sensibilidad y una suerte de escudo que justifica lo inexcusable? Violencia es igual a debilidad. Toda forma de violencia tiene sus raíces en el temor irracional a perder el control sobre otros/as.