Es la Navidad efectiva....

Hace 10 años recuerdo una de las navidades más tristes de mi vida: un país desequilibrado, en la mesa comiendo migajas y brindando por un 2002 que sea un poquito menos peor. Con un laburo que era una mierda pero que había que estar agradecido porque era lo que había (había pasado más de 6 meses buscando trabajo sin conseguir nada...), con mi viejo sin saber hasta cuando se iba a sostener lo del taller, cada vez laburando menos días a la semana... en fin, veniamos de hacer sobremesa llenandonos hasta el hartazgo de apatía y resignación. La que era por ese entonces mi novia se iba a rajar a España: ahí vivía su hermano, así que tenía dónde parar laburar un par de meses para traerse unos morlacos y hacer diferencia. "Yo no me voy ni en pedo!", le dije, y no estaba haciendo pose de un falso patriotismo sino porque no quería irme del país: si tenía que limpiar pisos y laburar como grone me quedaba acá. Me acuerdo esa semana de fin de año, yendo al Elvis Shop de la calle Florida. Claro, era un borrego que vivía en una nube de pedos y asistía frecuentemente a conseguir novedades ahí: los discos con grabaciones ineditas, importados a $30 que todavía eran iguales a 30 dólares. Lo ví a Carlos Ares acongojado, "obviamente por la situación que se está viviendo", me dije... y no..."¿Y cómo voy a estar? Ahora van a devaluar, el material se va a disparar al demonio". Ahí me di cuenta de lo mercenario del tipo, el pecado original del buen burgués preocupado por sus negocios y el mundo que reviente. Fue la última vez que fui... Esa semana de fin de año, traté de contactar a mi mejor amigo, había pasado tiempo que me habia puesto de novio y estaba medio distanciado. Al poco tiempo me enteré que la familia no podía sostener más el alquiler y estaban viviendo en una pensión de mala muerte.
***A lo que voy con todo esto es que, a pesar de que existen los incredulos del kirchnerismo y ombliguistas, nuestra vida no se puede separar del bienestar general. En un par de meses se van a cumplir un año que estoy militando activamente, y estoy feliz y orgulloso de esta Nueva Argentina. Estoy contento de ver que se avanzó muchísimo, que a pesar que todavía existen familias en situación de indigencia ahora tenemos un Estado responsable que toma cartas en el asunto. Uno se siente respaldado, identificado, alerta a la hora de defender lo que se consiguió y consciente de lo que falta.Hace diez años, en la mesa no brindé por todos porque aún era el pensamiento noventista del salvese quién pueda. Anoche brindé por Néstor, porque nos devolvió la esperanza, y brindé por Cristina porque ella es la mujer que está pariendo el cambio, gracias a su entereza cada día hay un argentino que nace protegido, con un futuro brillante...Anoche, compartí la alegría con mis compañeros de militancia. Anoche, a una semana de despedir el 2011 (un año muy emocionante, lleno de alegrias y tristezas pero que no ensombrecen nuestros sueños sino que los exalta), en esta Navidad efectiva, tengo presente la voz de Néstor... y no nos mentiste Lupín, era verdad lo que dijiste, que el cambio es el nombre del futuro y que lo estamos construyendo...