¿Es la vibración el nombre de Dios?

Recuerdo que en mis años jóvenes me encontré con unos amigos siguiendo a un gurú de la India. Viajamos a Roma desde todos los lugares del mundo; aquello fue extraordinario. Mi mujer y yo éramos advenedizos, sólo queríamos intentar ver y comprender. A los veteranos ya se les había dado “el conocimiento”. No sé exactamente en qué consistía porque era secreto, pero yo veía que se sentaban en posición de loto y se cubrían totalmente con una sábana. Sólo sé que alguien me comentó que se trataba de una postura de meditación que te unía con el avatar y que incluía el sonido universal. También entre los recuerdos impresionantes de mi juventud están algunos de la Biblia: El Evangelio según San Juan comienza: El verbo hecho carne. 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 1:2 Este era en el principio con Dios. 1:3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Luego ya siguen las batallitas entre judíos, pero eso no nos interesa. Lo realmente importante, lo sorprendente por su profundidad está en esos tres primeros versículos.
Aunque sería tentador incluir en este capítulo el hecho del derrumbe de las murallas de Jericó por las vibraciones de las trompetas de los sacerdotes judíos reforzados por el Arca de la Alianza, no lo vamos a hacer porque según podemos ver en este artículo “Las murallas de Jericó y el fundamentalismo” es muy probable que hechos anteriores sirvieran de excusa imaginativa para inventar y “rejuntar” distintas historias en una que fuera de raza y moralizante (pura propaganda, vamos) y que no tuviera nada que ver el sonido en ello, pero nos muestra que ya entonces se llegó a pensar en el poder de la vibración y el sonido que la produce, y al contrario.
Hoy en día también podemos ver dispositivos protectores antivibración en puentes, tendidos eléctricos de alta tensión y rascacielos, por ejemplo. Estos mecanismos pretenden amortizar las vibraciones que tránsito y vientos producen, de detener un proceso que in crescendo podría llevar a la rotura de lo construido.

Por otra parte, la Teoría de cuerdas nos dice que las partículas subatómicas son en realidad un conjunto de cuerdas minúsculas de energía (sin masa) que vibran en un espacio-tiempo de más de cuatro dimensiones. Estas cuerdas vibran oscilando de diferentes maneras, y dependiendo de su vibración “veríamos” un electrón, un fotón o un quark. Visto de esta manera nos podríamos preguntar qué es lo que hace vibrar la cuerda. Podría tratarse de una propiedad intrínseca, pero también podría ser debido a que algún bosón interfiriera haciéndola vibrar con sonido producido por él mismo, que le enviaba y que acabara haciéndola vibrar de un modo determinado. No obstante, hay que tener en cuenta que lo que llamamos vacío entre materia, no son más que campos por los que fluyen fuerzas. La gravedad, el electromagnetismo, la nuclear fuerte y la débil… todo son fuerzas inmateriales que influyen en la vibración quizás buscando equilibrios. Esta sería la base de la materia y dependería de la frecuencia de la vibración los átomos se acabarían convirtiendo en distintos elementos que a su vez se convertirían en otros tantos tipos de materia. Tanto en un caso como en otro, parece ser que el sonido tiene una función básica en el Universo y que por supuesto dios tiene algo que ver en esto. Podríamos concluir diciendo que somos vibración y que todo es vibración.
Lo curioso de esto es que ya alguien hace mucho, mucho tiempo, vio, observó, comprobó, reflexionó sobre ello, y se dio cuenta de la importancia del sonido, de la vibración, de la palabra, del verbo. En otras palabras, que el Ser Humano fue capaz de “ver a dios” con muy poco saber y menos tecnología.
Caña a quien con buena voluntad no intenta comprender e ir un poco más allá.
Completa tu información: Música. Tesis sobre lo que podría ser el Sonido Universal.
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Juan-Lorenzo dalescana@gmail.com