Hay
un mito o dicho popular que recae en la recomendación que con mucha
frecuencia escuchamos “no cojas al niño en brazos que lo
malcrías y luego solamente querrá brazos”. Bien, primero de
todo, hay que destacar que no existe ninguna evidencia científica
que nos indique que coger a los bebés o niños en brazo pueda
ocasionar ningún trastorno o consecuencia perjudicial para un
correcto y equilibrado desarrollo físico y
psicológico.
En
cambio, sí hay evidencias científicas que hablan de los beneficios
del contacto físico,
sobretodo cuando hablamos de bebés. La teoría del apego
habla de este vínculo emocional que establecemos con nuestros padres
(y de un modo especialmente particular con las madres), en el cual el
contacto físico y afectivo nos proporciona un equilibrio y
seguridad emocional que influye en el desarrollo de nuestra
personalidad. Por tanto la proximidad es uno de los elementos
clave para nuestra regulación emocional, tanto a nivel de
enfrentamiento a miedos y situaciones de estrés, el comportamiento
social, seguridad y salud mental. Esto es particularmente importante
en los primeros años de vida, donde la estimulación a través de
los sentidos, favorecen nuestros recursos y habilidades
para enfrentarnos a situaciones negativas.Siempre
hay bebés más demandantes que otros, pero lo importante es crear un
vínculo en el que pueda sentirse seguro para descubrir, adaptarse y
aprender de su alrededor, lo cual siempre empieza a través de los
padres y por tanto, a través de estar en sus brazos. Así que
¡¡coger en brazos, acariciar, abrazar y dar cariño a vuestros
hijos!! ¿Desde cuando querer ha sido algo malo?