Cómo nos gusta polemizar. Debatir y discutir parecen ser deportes cada día más alimentados y más recorridos por cientos de miles de personas cada día. Las redes sociales digitales han contribuido al crecimiento de las discusiones por todo, en ocasiones con razón y en otras… bueno, supongo que también tendrán las suyas los que polemizan.
La última polémica a la que he asistido y sobre la que he charlado bastante es esa celebración de la semana pasada del Día de la Escritora, que se ha decidido conmemorar anualmente el lunes que llegue después del 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Jesús.
No sé a vosotros, pero a mí no solo me parece una vergüenza, sino que, además me desilusiona y me entristece. Me asusta que nadie, ¡en dos siglos!, haya intentado que se rompa esta injusticia.
Aunque ayer escuché algo todavía peor… dicen los que saben de economía (lo que tampoco viene a decir mucho a su favor, porque la Economía es la Ciencia que siempre acierta las cosas cuando ya han sucedido), que la Igualdad económica entre hombres y mujeres no llegará al primer mundo hasta dentro de 170 años (si seguimos por aquí, supongo). Vamos, otros dos siglos de desigualdades sin corrección. ¿No es como para hacérnoslo mirar?
Si nos vamos al mundo de las letras pasa algo muy parecido e igualmente irritante, especialmente cuando todos sabemos que ha habido, hay y habrá tantas mujeres creadoras, y tan buenas, como hombres creadores. Puede que en ciertas épocas existiese una diferencia de educación y de posibilidades (y aun así hay excepcionales creadoras en todas las épocas), pero hoy… ¿nos sigue extrañando que exista machismo entre nuestros niños y jóvenes? Es algo que todos aguantamos sin protestar. Que pasa sin que nos asombre. ¿Cómo es posible que en los Premios Nacionales, en los Cervantes, en nuestra Real Academia de la Lengua… y en tantos y tantos sitios de relumbrón, sigan creciendo las diferencias entre hombres y mujeres? ¿Cómo permitimos que esto siga pasando?
Y, fijaos, un detalle tonto para volver a reiterar la necesidad de celebrar un Día de las Escritoras. Ayer, mientras buscaba las efemérides literarias del día (esas que siempre arrancan Castillos en el Aire con un poema o con un texto de un autor o una autora del día) me encontré con dos fallecimientos y dos nacimientos. En las listas de efemérides me topé con el nacimiento del ruso Andrei Bely y del español Manuel Rivas, además de con la muerte del griego Nikos Kazantzakis y del portugués José Cardoso Pires… pero, en esa lista no había ni rastro, por ejemplo, de Karim Boye, la escritora sueca que abrió nuestro programa el miércoles pasado. Y esto es algo que ocurre con relativa frecuencia, hay que buscar a las autoras, no te las encuentras a la primera. Hay que rebuscar un poco más para hallarlas.
No sé vosotros, pero yo creo que sí, que un Día de las Escritoras es necesario. Desgraciadamente todavía lo es.