Es optimista, y sonríe

Por Siempreenmedio @Siempreblog

17 septiembre 2013 por JLeoncioG

Elige optimismo, se pasa mejor. En el ¿truco trato? de la vida estamos empeñados en elegir siempre el lado oscuro: el cuánto me duele todo, soy un pobre diablo al que han echado del trabajo, mi mujer me dejó, no tengo ganas de nada, qué caro es todo, siempre está nublado, qué calor insoportable hace…

Por más que le demos vueltas, y que pensemos que a partir de hoy “voy a vivir al límite”, caemos una y otra vez en el mismo charco infecto y pestilente de la desgracia -que ya será menos desgracia-, pero que a nosotros nos parece tan grande, o mayor, que la peor de las calamidades.

Entre ron y ron, ginebra y ginebra (así es como los españolitos analizamos casi siempre  las cosas jodidas de la vida) me recordó mi interlocutora que Anóniman, el hombre anónimo del cartel de la Autopista del Norte (del que ya se ha hablado en este blog, y que ejerce de psicólogo colectivo y gratuito con todos los -como yo- neuróticos exacerbados de este Norte isleño)  había puesto, hace algún tiempo, en sus grandes letras plateadas sobre fondo verde de esa ladera, ese mensaje con el que hoy arranco este post: Elige optimismo, se pasa mejor.

Y hasta ahí bien, pero carajo, me gustaría saber qué cosa es la que tengo que elegir, qué aglutinante, qué pegamento bueno el que hay que comprar para que cada vez que NO caigo en la trampa de la sociedad y, efectivamente, elijo el optimismo, no se me vaya desde que me lavo la cara.

Mi amiga, la que me contaba todo esto, lo ha conseguido; pero no me lo dijo todo la tía, no me dijo cuál era la fórmula que ella usaba para no deshacer el hechizo, para ser optimista siempre, antes que nada y que todo. Casi me dejó caer que ese trabajo era particular y de cada uno, y que no servían remedios compartidos.

Y ella sonríe. Y vaya que es bonita su sonrisa.