Y aunque es cierto que tanto José Coronado como Javier Cámara y Roberto Álamo salen airosos gracias a sus interpretaciones, hay que decir que son lo único aceptable de un film que llega a aburrir a pesar de su corta duración (apenas una hora y media).
El resto de interpretes quedan en un segundo plano que se acerca peligrosamente a ser algo testimonial, lo que creo que puede ser uno de los grandes errores del film más allá de su falta de chispa e ingenio para hacer reír.Resumiendo, una completa decepción. No es que esperara reírme de principio a fin ni un guión digno de un Goya, pero desde luego es un producto que se queda muy por debajo de lo esperado.Nota: 3/10