El tema del censo, es menos grave, si bien es cierto que en las municipales de municipios pequeños, un aumento de pocos votantes puede alterar el resultado, pero, en principio no cabe estar censado en dos sitios y no hay prohibición de cambiar el domicilio. Si habría que controlar casos como el que se detectó el otro día en una ciudad en donde en una casa donde vivían la personas que caben en una casa, estaban censadas, muchas más y aún encima, al parecer vivían en Marruecos. Estos casos son más por el fraude de subvenciones que por el de votos, pero también se podría aprovechar.
Ahora, en mi modesto entender, el gran fraude está en el propio sistema electoral.
El votante es soberano solo durante el segundo que deposita la papeleta, luego pierde todo control sobre el representante, quién llega a incumplir su propio programa electoral y votar a un presidente que no es el suyo.
Cada ciudadano tiene un voto, pero no todos los votos tienen el mismo valor. Hay diputados que llegar a costar el triple de votos.
El sistema no es representativo y es más bien oligárquico, pero ninguno de los partidos tiene interés en cambiarlo.
Antonio Urzáiz