El día 5 de Julio pasado se aprobó la ampliación de los supuestos de la ley del aborto. Por anticipado indico que el aborto es un hecho que me provoca no pocos dilemas de índole moral, entiendo las circunstancias de las presuntas madres, pero me he de poner del lado del nascituro, indefenso en un mundo hostilisimo, también hecho en cara quienes se amparan en este suceso para hacer ganancia política tachando de inmoral o de insolidario, por partes, a los contrarios olvidando los múltiples viajes a la Roma del aborto que hasta no hace mucho era Londres.Pero de lo que hablo es de la ola de "objeción" sobrevenida a la ley que ha inundado las bocas de muchos políticos conservadores. Una ola de rebeldía o de insumisión legal que si bien puede tener sus réditos políticos, hablémoslo claro: electorales, tiene un resabio o poso de irresponsabilidad grande que por suerte es reconvenida desde los cuarteles generales del PP.La medicina admite, entre sus presupuestos, la objeción moral a ciertos hechos como éste: el aborto donde los principios hipocráticos no están claros. Me refiero al "preservar la vida", y de hecho esto hace que la mayoría de los médicos en la sanidad pública se cubran bajo ese cobertor que además de evitarles problemas con agresivos colectivos antiabortistas le permite pasar del caso. Otro asunto es en las clínicas privadas donde muchos de esos médicos objetantes dejan de tener dilemas morales con el color del dinero y ejercitan esas prácticas que acaban con el futuro, no entro en si vida o no vida, de 115.000 nonatos cada año en este país.Pero todo esto está dentro de la deontología médica y aunque a veces pueda chocar es asunto permitido y entendible.Pero que ocurre con los que no son médicos ¿Pueden obstaculizar una ley, por mucho que pueda parecer injusta?, ¿Se pueden declarar insumisos, incluso desde las instituciones, frente a una ley aprobada en el legislativo?Y abundando en todo esto, puede ser este pensamiento extensivo y adecuado sin dinamitar la convivencia, vuelvo a repetir que el aborto me llena de dudas morales muy sombrías.Es decir, ¿Podrá un policía elegir no aplicar la ley si esta le parece injusta?, ¿Puede un juez dejar de aplicar la ley definida "avant la lettre" porque la considera injusta sin caer en la prevaricación como en el caso Calamita?, ¿Puede un funcionario dejar de tramitar o de notificar un hecho si considera que su consecuencia es "más justa" de acuerdo a su arquitectura de valores? y en última instancia, ¿Pueden los ciudadanos crearse una "legislación a la carta" donde las leyes injustas no son atendidas sin reponder por ello?Si es así, si todo esto que es un reductio ad absurdum canónico llega a ese fin, a la afirmación de que cada cual puede hacer de su capa un sayo, incluso en el lugar donde la ley consagra un derecho y no una obligación, entonces, maldeciré el haber pagado las multas de tráfico que recientemente tenía pendientes. Me hubiera ahorrado un dinero simplemente objetando la ley de tráfico.Como por suerte, aunque me duelan los 500 euros de vellón, no es así ya que la obediencia a la ley es una obligación, tanto como su conocimiento, llegamos a la conclusión de que debemos incluir esta "boutade" dentro de los despropósitos de los políticos, uno más, el de esta semana. Un nuevo vale todo que siempre es lesivo para la convivencia de todos.Políticos e irresponsabilidades. Recuerdos del día de mañana.
Nota. No he querido poner fotos que glosen el dilema general aborto si o aborto no y centrarme en la irresponsabilidad de los políticos para afrontar asuntos importantes con la suficiente seriedad y no caer en el folletín ni en entremés chusco que casi siempre pone en duda la democracia y el estado de derecho.Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte.
A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar.
Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.