Si hay que reconocer algo bueno a Nintendo es la calidad que le dio a su WiiMote que posteriormente evolucionó a WiiPlus. Este mando que todos conocemos y que hemos empuñado más de una vez, hace las delicias de una consola que siendo técnicamente muy inferior a lo que hay hoy en día en el mercado, ofrece grandes dosis de diversión.
El último caballo ganador lanzado por la gigantesca compañía americana es Zelda Skyward Sword, un juego que si bien gráficamente no alarde ni brilla por sus gráficos si lo comparamos con juegos “Next-Gen”, si ofrece una novedad que muchos esperábamos a los inicios de Wii: un control perfecto y una inmersión total en la aventura y particularmente con Link, el protagonista del juego.
WiiPlus detecta todo: los espadazos horizontales, verticales, oblicuos, estocadas, cuando usemos el arco el WiiPlus servirá para apuntar mientras que el Nunchuck hará que tensemos más o menos la cuerda de nuestra arma. Otra funcionalidad es la defensa sacando nuestro escudo con tan solo empujar el nunchuck hacia delante, o ya curiosidades varias, mantener la estabilidad mientras hacemos de funambulista por los altos barrancos de Celestea.
El control es tan perfecto y está tan sumamente bien ligado a nuestro héroe, que no veo cabida de cómo eliminarlo en un futuro juego de Zelda. Una revolución diréis algunos, quizás si. Aquí es dónde Zelda si se puede llevar un 10, ya que en Skyward Sword somos Link, empuñamos su espada y sentiremos cada uno de sus ataques. Un control tan bien atado que es imposible eliminarlo en su futura secuela.
No veo un futuro Zelda sin este control de movimiento ¿y vosotros?