Hola, fantasma, soy la Navarrete... Que me dicen que si quieres pescado en el arroz...
Aviso: estoy enfadada, lectores, y mucho. Resulta que uno de mis programas de televisión favoritos, cuarto milenio, último reducto que quedaba de seriedad y de fuente de fascinación, ha caído en picado para mí. En la noche del domingo, a eso de las doce, hora de las brujas y de las cenicientas, cuarto milenio apareció en la televisión y se dejó caer por una cuesta sin freno de mano para estrellarse contra el poste de la desfachatez y del sensacionalismo más vomitivo. Yo había oído y leído muchas veces por ahí que el programa se nutría a veces de mentiras y de historias tergiversadas para lograr audiencia, pero hasta ahora no había sucumbido a las malas lenguas , y había apostado por la honestidad de Iker Jiménez, su conductor jefe, y por la del resto del equipo, formado por parapsicólogos, psicólogos, grafólogos, arqueólogos, enamorados de los fantasmas, buscadores de psicofonías, ufólogos, y demás especies que para unos deberían estar encerradas en un sótano y para otros deberían ser tratados como héroes por su empeño en dignificar lo misterioso y descubrir al mundo todas las conspiraciones habidas y por haber. Hasta ahora yo había sido de esos que pensaban que estas personas se merecían estar en la cúspide de la televisión por su empecinamiento en mostrar las verdades ocultas que hay por todas partes, pero ahora pienso que es mejor que estén en la cola del paro o en la carnicería de la esquina pidiendo cuarto y medio de mortadela. Os preguntaréis el porqué de este cambio de parecer, (espero que os lo preguntéis, porque si no, no sé que hago aquí), ¿no?, pues tranquilos, que yo os lo cuento ( faltaría más...) El pasado Domingo a eso de las doce, cuarto milenio llevó al plató a unos padres que habían perdido a un hijo y que aseguraban que éste se había quedado en la casa provocando fenómenos extraños como levantamiento de cosas, traslado de objetos de un lugar a otro y cosas por el estilo. En la mesa de debate estaban, además de los padres, un psiquiatra, ("el Gaona" o Jose Miguel Gaona, para quien no lo conozca), un parapsicólogo llamado Santiago Vázquez ( uno con barbas que siempre dice paranormal y fantasmal y que siempre ve y huele fantasmas por todos lados), y una señora llamada Paloma Navarrete que es miembro del grupo de parapsicólogos Hepta ( o Jeta) y que asegura que puede ver a los muertos everywhere. Los padres, que tenían un evidente sufrimiento por la muerte de su hijo y que no habían resuelto el duelo de este hecho, aseguraban haber visto cosas muy extrañas y tener testigos de dichas extrañezas en el vecindario, pues según su versión, varios vecinos habían ido a su casa y habían notado que en ésta pasaba algo fuera de lo normal. El psiquiatra intentó decirles que probablemente tenían un duelo no resuelto por la muerte de su hijo y que estaban percibiendo todas esas cosas porque no querían aceptar el hecho de que el niño no estaba ya con ellos, pero fue inútil, porque luego le tocó el turno al barbas ya la señorona medium, y éstos se apresuraron a asegurarles que su hijo muerto estaba rondando por la casa. Yo creo que no vale todo, de verdad que no. Puedo aceptar el hecho de que la tal Navarrete se crea su propia mentira y piense que es capaz de ver a los muertos, y puedo aceptar también que el tal Santiago piense que está rodeado de fenómenos paranormales por todos lados, pero que aseguren con es decisión, sin ningún tipo de pruebas, que el hijo muerto de unos padres que están sufriendo está jugando al pilla pilla con su familia por la casa, pues no lo acepto. Creo que el domingo demostraron que no se diferencian en nada a todos esos videntes de pacotilla que viven a costa de engañar a enfermos y a gente desesperada, y que con tal de conseguir mantener la audiencia que tienen son capaces de jod.... a quien sea. No se pueden hacer ciertas declaraciones sin pensar en lo que se dice, porque se puede hacer mucho daño. Pienso que la televisión debería estar más controlada y tener unos contenidos más veraces y que no insultaran a la inteligencia del espectador, porque si uno de los pocos programas que quedaban con cierta seriedad como éste se atreve a revolcarse en la mierd.... como hizo el domingo, pues apañados vamos todos... Yo creo que deberían revisar los contenidos de la televisión y tirar a la basura todo lo que oliera mal ( seguramente se tiraría casi todo, pero mejor eso a que se inunden nuestros salones de mierd... cada vez que la encendemos), pero no seré yo quien ponga el grito en el cielo continuamente. Algunos dirán que este post es un intento de boicotear el último programa de temas paranormales medianamente digno que quedaba, pero tengo que decirles a quienes aseguren esto que en el momento en el que decidieron jugar con el dolor de unas personas que estaban sufriendo las secuelas de una desgracia, tiraron la dignidad que tenían por la ventana. No se puede jugar con todo, no vale todo en televisión o no debería de de valer, y algunas cosas hay que empezar a probarlas o a demostrarlas, aunque solo sea un poquito. No se trata de creer, se trata de tener sentido común y de no esparcir el mal gusto por los hogares de todo el mundo. He dicho!