Supuestamente escuchar música compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart aumenta la capacidad cognitiva de las personas, algo que sigue siendo objeto de estudio sin que, todavía, se haya llegado a conclusión fiable alguna.
Alfred A. Tomatis, en 1991, publicó su libro que habla del método que lleva su nombre en el que se empleaba la música para el tratamiento de la depresión y de aquí es donde surge la teoría que nos ocupa y lo que le empieza a dar cierta notoriedad.
Posteriormente, en 1993, en la universidad de Columbia se postula que la música de Mozart aumenta notablemente los resultados en la pruebas de razonamiento espacio temporal según los resultados de un estudio sobre personas y mantiene que ese efecto perdura durante 10 minutos tras la audición.
Publicaciones, que siguieron a este estudio, en el New York Times en defensa de esta teoría y acciones de marketing de varias escuelas privadas defendiendo este postulado le dieron la difusión que necesitaba para llegar a convertirse en una creencia relativamente conocida.
Diversos estudios posteriores abogan, unos por la veracidad y otros por la falsedad de este efecto Mozart, pero ninguno con una demostración científica de sus hipótesis. Los que están a favor no logran una constatación universal de sus resultados y como es lógico no resulta fácil probar que dicho efecto no exista en realidad.
Lo que sí está probado es que frente a la epilepsia la música de Mozart presenta efectos beneficiosos en los cuadros que presentan estos paciente, reduciendo los episodios y distanciándolos en el tiempo, lo que parece indicar que para este tipo de dolencia sí está indicada la música.
No obstante, e independientemente de todo estudio científico, la música es un elemento beneficioso para, cuando menos, los estados de ánimo, sea del tipo que sea y, desde luego, la compuesta por Mozart no iba a ser menos, cuando es uno de los genios de la humanidad y que nos ha obsequiado con un milagro, no logrado por otros autores hasta el mismo punto, que consiste, según lo define Tomatis, en “colocar al ser humano al unísono con la armonía universal”.