Es tiempo de personas, por tanto, de hombres y mujeres. El hablar de ello como seres completos, sin fijarnos en lo que no somos semejantes, es una apuesta más perfecta para la vida. Pero también debe venir dado desde la igualdad de trato entre hombres y mujeres. No se puede pedir que se acabe la violencia de género, que es el final de un proceso discriminatorio, mientras se siga pagando a las mujeres mucho menos que a los hombres. Esto es un problema que debe ser enfocado desde arriba, revisando todas las pautas, comportamientos, costumbres y normas establecidas y aplicadas.
Habrá que jugar con los factores a nuestros favor, como es la innovación y estar integrado en la Sociedad de la Información. No de forma superficial, “este país está lleno de teóricos de la innovación y el emprendimiento” como señalan Sonia Muriel, socia de la consultoría estratégica KlimWay, y María Antonia Otero, cofundadora del portal digital de moda tenestilo. Esa innovación de pose.
Y si pasamos a la esfera privada, como personas huiremos de no tener formación y ser independientes económicamente, así como elegir mejor a nuestro compañero para no cargar con maridos/padres no coparentales. Se traducirá esto en aciertos: buscar una pareja igualitaria, un compañero de vida; tener una profesión a partir de la formación adquirida y la visión de nuestro propio mantenimiento.
Por lo que este debe ser un tiempo de hombres y mujeres, un tiempo de personas.